Pese a no ser de noche todavía, las calles de Xalapa empezaban a enfriarse y las ocasionales ráfagas de viento no le ayudaban a Nessa, quien de vez en cuando tenía que detenerse para que el aire no la arrastrase consigo.No podía esperar más de la bola de ineptos de la facultad después de todo: Kai era un tramposo, Hanna una inútil y Kalea, un estorbo. Pero nada de eso debería importarle ahora: Nessa iría a casa y se encerraría un buen rato en su cuarto, ajena al mundo exterior, su madre incluida.
Al pasar junto a un pequeño parque, Nessa bajó el paso, intentando relajarse antes de llegar a su casa. El parque estaba algo solitario: quizá era la hora o el clima o quién sabe qué más, pero solo había una persona, una chica escuálida de piel morena y ojos hundidos en sus cuencas, de aproximadamente la edad de Nessa, aunque mucho más desmejorada. Vestía una sudadera gris con pantalones de mezclilla.
— ¿Qué hora tienes? - Preguntó la chica a Nessa.
Nessa sacó su teléfono por un par de segundos para revisar.
— Son las cuatro y media - Le respondió antes de ver que la flacucha se había incorporado y ahora iba en la misma dirección que Nessa.
— ¿Te conozco? - Preguntó la morena a Nessa para después recibir una negativa suya. - Qué raro - Musitó al final, encogiéndose de hombros.
— ¿Vas en la facultad de letras? - Preguntó Nessa, sintiendo un aire familiar en la postura y forma de andar de la chica, quien ahora avanzaba delante de ella.
— Sí, podría decirse que sí - Confesó la morena - Vas ahí también, ¿verdad Nessa?
— Hjum - Masculló ella, sin prestar mucha atención a aquella conversación, pensando en cómo haría pagar a Kai por sus constantes ofensas como la de hoy.
— Dicen que dos chicas discutieron por un punto en español - Mencionó la morena - Qué loco, ¿no?
— Yo estuve ahí. Perdí - Admitió Nessa.
— Ah.
— Sí. Todo por culpa del maldito imbécil de Kai.
La morena parecía algo nerviosa al haber escuchado el nombre de Kai, pero Nessa no se atrevió a preguntarle hasta que ella misma sacó el tema, varios pasos después.
— Entonces... Kai. Creo que sé de quién hablas - Reconoció la morena - Si es la misma persona de la que tú hablas, lo lamento. Él pasó a joderme la vida hace algún tiempo.
— ¿En serio? - Se asombró Nessa - ¿A ti qué te hizo? - Preguntó, emocionada, sin percatarse aún de que estaba siguiendo a la desconocida por una ruta alterna para llegar a casa.
— Antes éramos muy cercanos... pasaron cosas y luego... ya no lo éramos. Después me corrieron de mi casa por algo que Kai había dicho. Al menos ahora estoy mejor.
— Oye... - se atrevió a preguntarle Nessa a aquella chica - Apenas me doy cuenta pero... ¿en qué momento te dije mi nombre?
Para cuando esa chica sacó la ampolleta de vidrio de uno de sus bolsillos, Nessa comprendió que ya era muy tarde para correr. Tan pronto como aspiró el gas contenido en la cápsula del Caleidoscopio, Nessa empezó a marearse y trató de correr de regreso a la calle principal, pero mientras más avanzaba, más le costaba no tambalearse.
Entonces, sintió una cuerda enredándose en su pierna izquierda que después de hacerla tropezar y caer de bruces al piso, comenzó a tirar de ella. Con el mentón raspado contra el asfalto y la piel ardiéndole un poco, Nessa perdió el conocimiento.
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Literatura según Kai
Teen FictionKai ha logrado marcharse de su pueblo natal para estudiar en la universidad que siempre ha querido. Ahora, quizás no tiene que preocuparse por un gran enemigo ni a una pandilla de asesinos, pero eso no significa que deba preocuparse menos por las co...