Dos semanas habían pasado desde el incidente de Maestro Cantor y no habían víctimas nuevas: a Kai le gustaba atribuirle eso a la enorme cantidad de agentes de Alba Dorada que habían sido desplegados en Xalapa, sobre todo alrededor de las facultades de la universidad (no solo en la de letras), además de otros espacios culturales y asociados con la universidad.Las clases ya eran casi inexistentes y casi todos los exámenes finales ya habían sido presentados, por lo que la mayoría del alumnado asistía solo por una o dos clases: aunque no todos se quedaban la mañana entera, otros sí lo hacían, más por convivir que por necesidad de estar ahí realmente.
Era uno de esos días cuando Kai y sus amigas estaban sentadas junto a una enorme maceta de piedra, planeando una salida próxima cuando escucharon los gritos de un par de personas discutiendo y antes de verlas surgir de uno de los pasillos de la facultad, Kai supo enseguida de quiénes se trataba.
Lo primero que vieron él y sus amigas fue a Nessa señalando violentamente con el dedo a Hanna, quien intentaba no tartamudear demasiado mientras discutía con ella: lo que decían era imposible de descifrar, pues parecía más un concurso de gritos que una discusión en plena regla. Varias otras alumnas se quedaron viendo fijamente a Nessa y Hanna, que parecían no haberse dado cuenta de que la mitad del alumnado las veía.
— ¿Tienen algo que hacer, muchachos? - Preguntó el profesor Davriel, cómodamente recargado sobre la misma maceta en la que Kai y las chicas estaban recargados.
— No realmente - Contestó Toph, quien ni siquiera tomaba clases con ellos.
Davriel se incorporó y caminó hacia ambas chicas, tan enfrascadas en su duelo de sonidos guturales que ni siquiera notaron al profesor cuando lo tenían al lado. Davriel esperó al lado de ellas, como aguardando al momento en el que alguna de ellas se diese cuenta de que estaba ahí viéndolas, pero tras varios segundos más, terminó desistiendo para interrumpirlas él mismo.
— Elijan a un asesor para que las ayude a resolver esto - Les dijo Davriel - Nos vemos en quince minutos en el auditorio, estará vacío hasta las cuatro de la tarde. La que gane se lleva un punto extra.
Tanto Nessa como Hanna quedaron atónitas, como intentando procesar lo que había ocurrido. El profesor Davriel asintió, diciéndoles que debatirían exactamente ese tema por el que habían empezado a discutir y la ganadora tendría un punto extra, pero si alguna faltaba, perdería un punto en su lugar.
Inmediatamente, Nessa volteó a ver al grupito de Kai, pidiéndole ayuda con la mirada, a lo que él hizo caso omiso: Kalea por otro lado, se acercó a toda prisa a su amiga, ofreciéndole su ayuda. Sin motivos para negarse, Nessa aceptó, marchándose con Kalea al lado.
Hanna se quedó fría: no tenía a nadie que la ayudase. Nerviosa, pensó en no asistir a costa de perder un punto en la materia, pero lo pensó de nuevo, todavía sin moverse del pasillo hasta que Kai, algo estresado (y ansioso por hacer enfadar a Nessa, hay que admitirlo), se le acercó.
— Supongo que aún no tienes quien te ayude - Se ofreció Kai - Vamos, explícame por qué peleaban y veré cómo ayudarte.
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Literatura según Kai
Teen FictionKai ha logrado marcharse de su pueblo natal para estudiar en la universidad que siempre ha querido. Ahora, quizás no tiene que preocuparse por un gran enemigo ni a una pandilla de asesinos, pero eso no significa que deba preocuparse menos por las co...