T2E17: Una persona normal

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Toph volvió a entrar por la ventana tras hablar con Kai; entre ella, Khanna y Kai, él era el único con saldo disponible, pero solamente Toph cabía por esa ridículamente pequeña ventana.

— Busquen un refugio - Les pidió Kai - Ya llamé a la policía pero... - Explicó Kai - También llamé a Mei, así que estaremos esperando a que las saquen de ahí.

Toph asintió y acto seguido, tomó la mano de Khanna para arrastrarla lejos de aquella entrada. Khanna aún no entendía por qué esa chica tomaba tantos riesgos por ayudarla (sobretodo si se trataba de un hombre armado que bien podía ser un asesino.

Y sin embargo ahí estaba.

Khanna tiró del borde de un estante de madera para dar vuelta mientras Toph le daba la mano y para su sorpresa, este no estaba fijo al suelo como los demás; este se movió sobre uno de sus lados, como si fuese una puerta abriéndose.

Toph decidió dejar de correr para fijarse en el agujero en la pared; era rectangular, como una puerta sin bisagras... y sin puerta. Del otro lado, tras un corto pasillo, se encontraba una especie de amplia sala con sus cuatro muros igual de largos entre sí; tenía ventilación y el aire era igual de fresco que en el resto de la biblioteca, así que las ventanas cerradas no eran realmente un problema.

Khanna vio un asa en la parte de atrás del estante que movió por accidente y tiró de ella, dejando el estante tal y como estaba. Aquél escondite no parecía haber sido tocado en mucho tiempo, pero tampoco tenía demasiado polvo acumulado; habían varias mesas, asientos y una que otra caja apilada en las esquinas.

— Es un bonito lugar - Observó Khanna, algo nerviosa porque Toph casi no había dicho palabra alguna desde que encontraron aquella habitación secreta.

— Lo es - Confirmó Toph, sin decir otra palabra hasta que Khanna decidió sentarse en uno de los sillones de esa habitación.

— Necesito hacerte una pregunta.

Toph pestañeó un par de veces y asintió; Khanna decidió soltarlo de una vez.

— Cuando el Cazador me secuestró, me quiso interrogar. Preguntó por Kai e intentó convencerme de que él... dijo que Kai ha hecho cosas horribles.

A Khanna se le soltó la lengua; terminó diciéndole casi palabra por palabra todo lo que El Cazador le dijo, pues así de grabado en la cabeza lo tenía. Toph escuchó pacientemente, sin interrumpirla, sin querer corregirla, sin ignorarla. Cuando se detuvo, Toph tomó aire lentamente y después suspiró.

— No está tan equivocado - Reconoció ella con su característica voz átona, tenue y pausada - Es verdad, Kai tuvo mucho que ver en el asedio a La Ciudad. Él ayudó a Alba Dorada a detener a los malasangres; dicen que peleó cara a cara con el líder de los Quincunces. Si El Cazador es un malasangre, bueno... probablemente él fue de los que asediaron La Ciudad esa noche.

— Entonces...

— Kai podrá ser torpe, terco, lento para las indirectas, medio ciego, medio sordo, flojo, miedoso, bromista, idiota, valiente, empático, gentil... pero nunca un psicópata asesino.

Ambas se rieron. Hacía tres meses, Khanna jamás habría imaginado que escucharía salir un chiste de la boca de Toph y ahora ahí estaban, compartiendo una habitación a oscuras mientras se escondían de un acosador armado.

Khanna ni siquiera había terminado de reír cuando volvió la luz. Al inicio no se dieron cuenta, pues los focos en el techo de la habitación no estaban encendidos antes, pero sí cuando ambas voltearon a ver hacia el exterior a través de una ventana al mismo tiempo, cuando el alumbrado público y las luces de la facultad se encendieron.

Literatura según KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora