T2E12: La huella del Cazador

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Esta vez eligieron un café distinto para juntarse a hablar las cosas.

Toph y Kai se sentaron en una mesita apartada del resto en la terraza el domingo en la mañana, apenas unas horas después de que ella fuese a buscarlo (y a Mei también) de la carretera. Ninguno de los dos había dormido mucho, pero ambos estaban decididos a hablar las cosas.

Era de nuevo una mañana con algo de niebla, aunque no la suficiente como para no ver del otro lado de la calle. Las hojas caían de los árboles poco a poco, señal inequívoca de que el verano se había marchado hace bastante de Xalapa, dándole paso al otoño en aquella ciudad montañosa.

— Entonces... - Empezó Toph tras darle un sorbo a su taza de café cubano - Malasangres, ¿no?

Kai se vio en la obligación de explicarle; Toph ya le había dicho esa misma madrugada que lo apoyaría y se quedaría con él porque eso hacían los amigos (y también porque Gavin y otros amigos en común que tenía con él se lo hicieron prometer), pero necesitaba estar mentalmente preparada por si seguían ocurriendo este tipo de cosas.

— Supongo que recuerdas la Zona 2 de La Ciudad, ¿cierto?

Toph nunca había ido allá, pero cuando estudiaban la preparatoria fuera de Xalapa, en La Ciudad, era sabido que ese distrito en específico era peligroso, una cuna de maleantes peor aún que La Polvareda, otro de los distritos de La Ciudad. Los malasangres eran la banda dominante en la Zona 2, habiendo reclutado a varios cientos de miembros.

— Alguna vez, un chico que se llamaba "El Muerto" fue parte de Alba Dorada hasta que...

Toph recordaba eso.

— Sí... Gavin me llegó a contar eso. El Muerto prefirió ir tras la chica de sus sueños que hacer su trabajo y...

— Y la pandilla que El Muerto había conseguido pasó a manos de Rose Valdez.

Cada vez que el nombre de esa chica salía a relucir, a Toph le daban ganas de acariciarse el cuello con un cutter; después de todo, ella había sido una de las que, junto a su ex amiga (y ex novia de Kai) Gwen, habían ocasionado el asedio a La Ciudad hacía casi medio año.

— Aún no sé qué hacen aquí los malasangres - Admitió Kai - Pero estoy seguro de que El Cazador es uno de ellos; no su nuevo jefe, no creo que se arriesgue a hacer este tipo de cosas por su cuenta. Aún así...

Toph empezaba a comprender mejor la preocupación de Kai, pero al mismo tiempo, el chico torpe y descuidado que había visto de reojo en la preparatoria se estaba esfumando rápidamente para dar paso a quien era en realidad Kai; el calculador fundador de Alba Dorada.

— Entonces... ¿qué harás?

— Se supone que estoy retirado, así que no pienso meterme en peleas estúpidas - Le dijo Kai, sorbiendo de su propia taza de café, intentando mantener la calma pese a que sus pensamientos iban a mil por hora - Pero me preocupa Khanna.

— ¿Vas a llamarlos a ellos? - Sugirió Toph, refiriéndose a los de Alba Dorada.

— Puede ser. Creo que estarán felices de tener algo que hacer por aquí.

Sin embargo, la idea de tener agentes de Alba Dorada pululando por las calles de Xalapa no era algo con lo que Kai estuviese cómodo.

— Otra cosa. Creo que ya sé cómo te encontraron - Añadió Toph, buscando una foto en su teléfono. Cuando la encontró, le mostró la pantalla a Kai; era una foto en la que salía él con Xany y la ubicación del café al que iban ambos cada viernes en la descripción.

Kai pensó que no le diría nada a Xany al respecto; no quería preocuparla y mucho menos explicarle a más gente de la estrictamente necesaria acerca de su pasado. Sin embargo, cada vez era más una realidad que no podría escapar nunca de este.

A donde fuera de ahí en adelante, la sombra de Alba Dorada lo perseguiría.

El lunes a primera hora, Nessa decidió reclamarles a voz en grito que habían dejado plantadas a Kalea y a ella en el concierto; Toph, quien venía acompañando a Kai, interpretó eso como una clara señal de que era momento de irse a clases

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El lunes a primera hora, Nessa decidió reclamarles a voz en grito que habían dejado plantadas a Kalea y a ella en el concierto; Toph, quien venía acompañando a Kai, interpretó eso como una clara señal de que era momento de irse a clases.

— De seguro te convenció de irse a otro lado - Acusó Nessa, señalando a Kai mientras sus ojos fulminaban a una adormilada y confundida Mei, quien tardó más de lo habitual el procesar la alharaca de gritos de Nessa.

— No.

— ¿No qué? - Preguntó Nessa desafiantemente, mientras que Kai observaba a su amiga Mei, quien parecía haber sufrido un fallo neuronal, pues simplemente tenía fija la mirada en Nessa, como pensando si valía la pena contestarle o dormir era una mejor idea.

— Él no me convenció de ir a otro lado. Nuestro bus se descompuso, la grúa tardó una eternidad, ¡Nos trataron de asaltar y matar! ¡Volvimos a pie a Xalapa en la madrugada! ¡No trates de culpar a Kai de que las cosas no se hacen siempre como tú quieres!

Tanto Kai como Nessa se quedaron pasmados. Ninguno de los dos esperaba ver a Mei gritarle en la cara a Nessa, sin embargo, Kai pudo sentir cierta calidez en el estómago al ver a alguien defendiéndolo; después de todo, había pasado cierto tiempo desde que eso pasó en un contexto que no fuese de vida o muerte.

Acto seguido, Mei cogió el brazo de Kai, tirando de él para irse a sentar al salón donde tomarían su primera clase del día, de preferencia sin que Nessa estuviese metiendo sus narices.


Ni bien terminó la clase de Mitología y Cosmogonías, Nessa alcanzó a Kai en cuanto Mei dijo que se adelantaría a la cafetería. Ambos, Nessa y Kai, se hicieron a un lado para dejar salir al resto de sus compañeros (entre ellos Khanna, quien miró de soslayo al par al pasar, ocultando la alegría que le generaba verlos hablar sin gritarse o intentar matar al otro).

— Hola. Quería... - Balbuceó Nessa.

Se iba a disculpar por lo de hace rato, no cabía duda.

— ...pedirte tus apuntes de Estética; ya sabes que no he hecho nada y...

Kai decidió no seguirla escuchando, así que abrió su mochila y le tiró una pequeña carpeta con lo que traía apuntado de aquella materia. Ni siquiera esperaba que esa cretina se los devolviese, pero tampoco pensaba usarlos más. De cierto modo, se sentía algo herido porque aparentemente, a Nessa se le hacía imposible pedir perdón.

Ya no tenía tanta importancia. Sin embargo, no dejaba de preguntarse por qué Khanna era tan insistente con él respecto a lo de llevarse bien con Nessa. Precisamente con Nessa... mientras más vueltas le daba al asunto, más parecía ser ella la mezcla perfectamente potenciada de otras personas que le habían hecho daño en el pasado. Era Gwen, era Beckett, era Rose, Noah, Tenebra... mientras más tiempo pasaba con Nessa cerca, más difícil se le hacía ignorar la aterradora semejanza entre Nessa con todas ellas.

Es decir, Kai tenía muy en claro que no era un santo, pero aún así le parecía un abuso de confianza tentar de esa manera al destino. Su paciencia con Nessa se estaba colmando y por más bien que le cayese Khanna, no pensaba seguir intentando eso de ser amigo de Nessa si ella no ponía más de su parte.

— Te estabas tardando - Dijo Mei, ofreciéndole una torta que había comprado para él mientras sostenía la suya (con una o dos mordidas ya) con la otra mano.

Kai dejó todos esos pensamientos sobre Nessa de lado; frente a ellos estaban Toph, Khanna, Kalea y Hanna sentados en la misma mesa. Todos menos Nessa.

"Por fin, algo de paz" pensó Kai.

Literatura según KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora