La misión Resistencia Parte 1

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—¿Qué crees que estás haciendo?

Los pasos del castaño se detuvieron de golpe justo antes de montar a Chimuelo.

—Elsa...

—Ya no digas nada —habló firmemente la albina—. Yo voy contigo.

—¿Qué?

—Estás loco si piensas que harás esto tú solo.

—¡Hey, espera! —exclamó Hipo al verla llamar a Luna—. No puedo permitir que te arriesgues de más por un tema personal ajeno.

La reina abrió los ojos con perplejidad y se atrevió a mirar mal no solo a su aliado, sino a su íntimo amigo.

—¿No te parece que ya es tarde para <<no permitir arriesgarme>>? ¿Tengo que recordarte que esto también es personal para mí? Ella ha estado con Jack todo este tiempo. Según Heather, han compartido bastante juntos.

—Este asunto no tiene nada que ver con Jack.

El intento de Hipo de alejar a Elsa de aquella situación terminó por provocar en la albina un sutil pero notable enfado que pronto sería descargado contra él.

—¡Todo esto tiene que ver con Jack! No dejé Arendelle simplemente porque haya querido recorrer Noruega a modo de vacaciones. Mi hermano está inmiscuido en todo lo que a la red de Viggo respecta, y sobre todo, a La Resistencia. Así que, disculpa si muestro interés en tu novia, que resulta ser una de las dos personas más cercanas a Jack dentro de Vanaheim. Sin intención de ofender, pero no caigas en el egoísmo, Hipo.

El castaño permaneció enmudecido tras sentirse regañado por la reina. No le fue difícil apreciar el contraste de personalidad que mostraba Elsa en comparación a cuando recién comenzaban a conocerse; su manera tan cordial y refinada de expresarse se había vuelto mucho más suelta y libre debido a la confianza que habían desarrollado, además de la inevitable y creciente desesperación a la que estaba siendo orillada.

Hipo se relamió los labios y reprodujo en su cabeza la última frase dicha, preguntándose si realmente estaba siendo egoísta al llevar a cabo ese reencuentro por encima de las advertencias y los riesgos. Antes de salir de su casa, le pareció que actuar por su cuenta era la mejor de las opciones para no poner en peligro a terceros, en especial porque su corazón ya estaba harto de tener que enfocarse en todo el complicado contexto en lugar de conformarse con sus sentimientos hacia la castaña.

Por una noche, y solo por esa noche, deseó olvidarse de la inminente guerra para poder volver a tener en sus brazos a su amada.

—Lo siento —musitó, avergonzado—. Esta vez no quise tomar decisiones como jefe, sino como una persona enamorada. Supongo que ahí está mi error.

—No te estoy reprochando eso. Yo también estoy dejando de lado mi papel como reina para pensar como hermana. Ambos estamos en el mismo barco y no le veo el sentido de navegar solos cuando juntos hemos demostrado ser un muy buen equipo.

Elsa no necesitó decir más para convencer a Hipo. Pero su convencimiento no recaía en la resignación, sino en la lealtad que le tenía a la reina y en la consideración hacia su asunto con Jack.

—Bien... Pero harás todo lo que te diga. Esta vez no tenemos un plan, y la situación ya de por sí es riesgosa.

—Al principio tampoco teníamos un plan y henos aquí. Además, parte de que insista en ir es porque necesitas de alguien que te cuide la espalda.

 Además, parte de que insista en ir es porque necesitas de alguien que te cuide la espalda

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Come fly with me (Hipo y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora