Hipo:
—¡El cielo luce perfecto! ¿No crees amigo? —acaricié la cabeza de Chimuelo.
Este respondió con un leve gruñido de aprobación.
Había salido en una excursión especial a buscar el regalo perfecto para el cumpleaños de mi padre, tarea difícil considerando que es el jefe. ¿Y es que qué se le daba a un hombre que lo tenía todo?
Consideré en meterme en unos cuantos problemas, pues así es como había dado con la mayor parte de las cosas asombrosas que he descubierto. Quizá algún amuleto antiguo, una espada, o algo que combinara con su casco.
Ya había echado un vistazo entre los artilugios que distintos mercaderes me ofrecieron, pero no encontré nada digno del gran Estoico el Vasto.
Frené de golpe mis pensamientos cuando la novia de Chimuelo comenzó a descender.
No hacía mucho la habíamos conocido en un barco cazador abandonado en una isla desierta y lejana; estaba sola y herida, así que no dudamos en llevarla a Berk. Casi de inmediato, ella y Chimuelo sintieron atracción por el otro. Puesto que no sabíamos si ella era la única Furia Luminosa existente, no íbamos a dejar que algo le pasara. Y era de esperarse que estuviéramos a la expectativa de que ambos dragones procrearan y rescataran su especie, pero la espera estaba siendo más larga de lo que creíamos.
Chimuelo rápidamente la imitó, hasta aterrizar en un montículo de arena pequeño en medio del mar.
—Lo siento chicos. Perdí la noción de cuánto tiempo hemos estado volando —me disculpé, mientras ambos dragones bebían agua de un charco.
Miré a mi alrededor buscando algún archipiélago conocido, pero no había nada. Eché un vistazo a mi libreta donde tenía los mapas que yo mismo había hecho a base de largas excursiones y uno que otro tropezón. Sin embargo, no hallé ninguna similitud con el lugar en donde nos encontrábamos parados.
Luego de que los tres descansáramos, emprendimos nuevamente nuestro vuelo, alejándonos aún más. Me tranquilizaba que aún era de día, y como fuera, estaba acompañado de una Furia Luminosa y un Furia Nocturna.
¿Qué podía pasar?
Después de un largo rato, encontramos una isla que lucía prometedora a simple vista. Desde el aire, distinguí la boca de una cueva que acaparó mi atención de inmediato.
Aterrizamos en la orilla para explorar mejor a pie. Los dragones se dispersaron para repartirnos algunas secciones de la isla y poder cubrir más terreno. Por mi parte, me dirigí a la cueva a la que tanto me intrigaba adentrarme.
A pocos metros de la entrada, gracias a la luz del exterior que alcanzaba a alumbrarme, vi los escombros de lo que pudo ser una fogata, además de los corazones de algunas manzanas y una capa.
No estamos solos.
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Come fly with me (Hipo y tú)
Fanfiction𝐓𝐨𝐝𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐢𝐝𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐞𝐥𝐥𝐚. 𝐓𝐨𝐝𝐨 𝐞𝐫𝐚 𝐨𝐫𝐝𝐢𝐧𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 é𝐥. Un pueblo derrotado y un vuelo a una isla desconocida harán que Hipo y _______ se encuentren. Ella podrá tener un nuevo comienzo a pesar de sen...