Desaparición.

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Ambos amantes yacían recostados en la cama del varón, ella se entretenía trazando círculos con sus dedos sobre el pecho de él como si de fino lienzo se tratase. Entre ligeros gruñidos que el vikingo ronroneaba por las cosquillas en sus pectorales y la apacible respiración de la morocha golpeando su cuello se dejaron caer en los brazos de Morfeo.

Una vez los primero rayos de sol cayeron sobre ellos se removieron aún adormecidos, el primero en reincorporarse fue Hipo sentándose sobre la cama. Apenas vio que no era tan tarde como pensaba se relajó y frotó su cara con sus manos para espabilarse. Los ojos de su compañera se abrieron topándose con la espalda bien formada de quién una noche antes la había desvirgado. Eminentemente reparó en el tatuaje que cubría la mayor parte de su dorso desde sus omóplatos hasta su espalda baja; con su cabeza ladeante reconoció la figura de un dragón con la cola encorvada, el detalle de color diferente en una de las aletas de su cola la hizo dar por hecho que se trataba de un retrato de su propio dragón que el castaño había decidido impregnarse en la piel.

Estiró su mano para palmear la tintura con las yemas de sus dedos, el heredero de Berk se sobresaltó por el imprevisto hormigueo que su roce le causó. Se giró a ella encontrándose con sus ojos somnolientos llenos de brillo lo que lo hizo dibujar una sonrisa en su rostro reviviendo la noche anterior en su mente.

-No imaginé que tuvieras un tatuaje- dijo con sus manos por encima de la sábana que cubría todo su cuerpo aún desnudo hasta la altura de sus pechos.

-Te sorprendería- se acercó a su amada y depositó un beso en su mejilla- Buenos días mi lady. ¿Cómo te sientes?

-Adolorida- respondió entre removidas y confirmó su respuesta al sentir un ligero escozor en su entrepierna.

El líder de los jinetes soltó una risita ronca que embelesó la audición de su chica, por consiguiente se recostó a su lado recargado sobre su codo y dando caricias en su cabello.

-Es normal, se pasará pronto- depositó un fugaz beso en su frente- Te espero en el comedor para que te vistas.

Se levantó extasiando el panorama de ________ con una imagen de su cuerpo completamente desnudo. Mordió su labio tentada por aquella escultura anatómica que se paseaba frente a sus ojos con seguridad.

En cuanto el vikingo de una pierna salió ella pudo descubrir su cuerpo para colocarse sus prendas; en su mente agradecía que él hubiera pensado de antemano en que a menos que estuvieran en pleno acto ella se sentiría cohibida de que le viera al desnudo a pesar de poseer un cuerpo esbelto y para muchas envidiable. Además serviría como estrategia para que no los vieran llegar juntos y mantenerlo lo más discreto posible.

En el comedor no podían evitar cruzar miradas cómplices, los demás jinetes levantaron sospechas de un posible romance entre ellos al percibir pequeñas sonrisas que brotaban de sus labios pero nadie hacía nada por corroborarlo y se quedaba como una simple hipótesis poco probable.

-¿Cuál es el plan para hoy, jefe?- preguntó una decidida Astrid mientras que colocaba su hacha sobre la mesa.

-_______ y yo estaremos ocupados. Está trabajando en un invento y yo voy a ayudarla- miró orgulloso a la castaña de mejillas coloradas frente a él.

-¿Como el de tus alas?- intervino Patán causando carcajadas en sus amigos por la referencia mencionada.

-Mejor-  respondió con seguridad captando la atención de todos.

Al notar su autoritario semblante todos guardaron silencio intrigados.

-Bien y ¿cuando podremos verlo?- nuevamente intrigó la rubia tomando su arma en manos.

Come fly with me (Hipo y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora