Arendelle Parte 2.

1.9K 135 32
                                    

_______:

-¿Qué tanto crees que estén hablando? Llevan más de un hora metidos ahí.

-Alguien está celosa.- Heather ladeó una sonrisa hacia mí, golpeando su cadera con la mía.

-Por favor, por supuesto que no estoy celosa de la reina... no mucho.- musité lo último para mis adentros, sin embargo pudo escucharme debido a la cercanía.

Como efecto, la azabache río de mi intento de disimulo.

-Suponiendo que eso es cierto, entonces dime qué te inquieta.

Bufé quitando de paso un mechón de cabello que caía por mi frente, me recargué en el borde del balcón de una de las habitaciones del castillo y me limité a apreciar la vista del nevado horizonte. Los cuerpo de Luna y Chimuelo aparecieron en la parte inferior de mi campo visual, a unos metros de la entrada del castillo, así que me centré en ellos mientras seguía mi plática con la de ojos como aceitunas.

-¿Por qué estamos aquí, Heather?- pregunté de forma directa, al grano.- ¿Por qué de la noche a la mañana fue tan importante para Hipo venir y hablar con la reina? Y no intentes mentirme, sé muy bien que sabes qué se trae entre manos.

Los orbes verdosos de la jinete se agrandaron y parpadearon repetidas veces, signo de que mi franqueza la tomó con la guardia baja. Rapidamente suavizó su expresión y me regaló una mirada impasible.

-Descuida, él mismo se los dirá... si todo sale bien con Elsa.

La miré con un mohín en mis labios, inconforme con la respuesta dada, no obstante esperaría el momento oportuno para obtener más información ya sea de parte de Hipo o de mi leal amiga.

-Creí que ya habíamos acabado con todo esto, estoy harta de que nos oculte cosas y actúe a nuestras espaldas.- resoplé con sinceridad.

-Bueno, él es el jefe. Hace lo que le corresponde.- hablaba con total naturalidad, claramente no le turbaba el asunto a tratar pues era evidente que sabía lo que yo no.

-Jefe o no, es tan testarudo..- balbuceé entre dientes queriendo dar por terminado el tema.

-Supongo que es de familia.- se encogió de hombros con una sonrisa sagaz.

Casi de forma instantánea llegaron a mi mente recuerdos de lo que esa última palabra conllevaba, memorias de una niña con una infancia lejos de ser idealizada con padres romantizados. 

Mi silencio hizo suponer a Heather que mi inquietud iba más allá del presente, y que definitivamente existía un daño permanente cuando de tal palabra se trataba.

La azabache no tardó en descifrar mi zozobra.

-Te entiendo, _______. No estás sola.- posó su mano sobre mi hombro, cambiando la actitud relajada por una melancólica.

Y entonces recordé que ambas teníamos una historia similar, hasta dónde sabía.

-Aún aprendo a superarlo, pero me es difícil.- inconscientemente mi mirada ya estaba clavada en el piso, evitando la de mi compañera.

-Lamento decirte que nunca lo superas, simplemente persistes y avanzas.- su mano bajó hasta tomar la mía, reaccioné volteando la vista a sus ojos en los que pude encontrar refugio por unos segundos.- Pero es importante que lo asimiles.

La espantosa sensación de un nudo en mi garganta se hizo presente, por más que traté de tragar para así eliminarlo fue en vano, era como si tal sentimiento estuviera tan aferrado a mí que era imposible disimularlo.

-Luego de la guerra tuve poco tiempo para asimilarlo... tres días después conocí a Hipo así que mantuve mi mente ocupada desde ese día.- mi mirada estaba pérdida en algún punto del suelo aunque mi corazón estaba atento a amiga.

Come fly with me (Hipo y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora