La Resistencia

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-¡Hey, tonto! -llamó ella con una sonrisa luego de no haberlo visto en casi dos día- ¿Por qué no avisas que ya estás aquí? Me tenías con el pendiente.

Pero él no respondió, permaneció inmóvil con su cabeza apoyada en sus manos.

-¿Nick? -insistió acercándose al pelirrojo.

El zagal reaccionó tallando su rostro con una mano, pero fue lo único que hizo aún sabiendo que su hermana estaba detrás de él.

_______ buscó su mirada aceitunada en cuanto estuvo a su lado y se sentó en la misma roca que él, con un ápice de esperanza de descifrar lo que pasaba por la mente de su hermano.

-Nick, ¿qué pasa?

El aludido finalmente la miró, y encontró en ella el brillo que necesitaba para creer que todo estaría bien, porque después de todo la tenía a ella, a esa terca y preciosa chica que lo hacía sentir afortunado por estar en su vida. Una de las tres mujeres más preciadas para él.

En respuesta, él negó ligeramente con su cabeza y le extendió el brazo, gesto que ella comprendió y se le acercó hasta sellar la distancia en un abrazo cálido y familiar.

En respuesta, él negó ligeramente con su cabeza y le extendió el brazo, gesto que ella comprendió y se le acercó hasta sellar la distancia en un abrazo cálido y familiar

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-Estoy bien -dijo para tranquilizar a su hermana, cuando en realidad era él el que intentaba convencerse de que era cierto.

-Sabes que puedes contarme lo que sea -musitó ella contra su cuello.

-Lo sé, eres mi mejor amiga.

-¿Entonces por qué no me dices qué ocurre?

-Porque te amo, y hay cosas que es mejor que no sepas -respondió tajante, aún y cuando en su respuesta implicaba un sentimiento tan puro que traspasaba cualquier oración.

-Nick... -la castaña le recriminó.

Éste soltó una sonrisa al darse cuenta de lo que había dicho y de lo que posiblemente _______ estuviese maquinando en su cabeza.

-No es nada, pero si me gustaría tener privacidad en algunas cosas.

Ella asintió sin decir más, después de todo ambos ya eran mayores y lo suficientemente maduros para comprender que cada uno tenía su vida personal, a pesar de que a ella le doliera el cómo su ejemplo a seguir reprimía sus emociones y luchaba contra él mismo por alguna razón desconocida para ella.

-Quiero enseñarte algo, uno lección de vida -comentó el zagal cambiando su semblante a uno más apacible-. Habrá ocasiones en que las circunstancias fluirán en tu contra y te tirarán al suelo sin importar lo bueno o malo que hayas hecho, no esperes comprenderlo siempre, es una pérdida de tiempo. En lugar de ello, escarba dentro de ti y busca cualquier motivo para sostenerte.

-Suenas igual a mamá.

-Me da gusto oírlo, fue ella quién me lo dijo hace algún tiempo -respondió manteniendo el matiz serio.

Come fly with me (Hipo y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora