La Orilla y el dragón.

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Hipo:

-Chicos extraño a Heather- dijo Brutacio dando vueltas al pescado atravesado con un palo que sostenía.

-No, tú lo que extrañas es su comida hermano.

-Tienes razón- replicó.

-¿Y qué hay de malo con mi comida?- salió Astrid a la defensiva colocando sus manos en su cintura.

-Que no es la de Heather daaa- hablaron los gemelos al unísono.

Aunque no lo dijera en voz alta yo también extraño a Heather, más que a su comida. Estas dos semanas que hemos estado lejos de Berk al igual que de ella me han sido más duras de lo que pensaba. Ella era me habría aconsejado cómo arreglar mi asunto con _______.

Nuestro primer reto fue hallar una isla que no representara peligro tanto para nosotros como para los dragones y que además tuviera buena ubicación.

No fue fácil pero lo logramos. Encontramos una isla más allá de las zonas nubladas, nos instalamos en los riscos y acantilados y comenzamos a construir nuestra base. Por suerte a los alrededores había un bosque, así no estaríamos tan visibles en la parte trasera del archipiélago.

La llamamos La Orilla del dragón.

-Vamos chicos, hay trabajo que hacer- dí la orden para volver a la construcción de los establos para los dragones

Hasta ahora sólo teníamos construidas nuestra cabañas.

-_______ y yo seguiremos cortando madera- avisó Astrid llevándose a _______ consigo.

_______ apenas si me miró. Digamos que las cosas no mejoraron a partir del día que iniciamos este viaje. De hecho ambos hemos estado demasiado ocupados como para pensar en ello. Sé que tarde o temprano debemos arreglar lo nuestro, lo que sea que tengamos y lo que sea que esto signifique.

Aunque admito que no le he quitado los ojos de encima ni pienso hacerlo. Construí mi cabaña junto a la de ella a propósito y pareció no haberle importado.

_______:

-¡Tormenta, espinas!- el Nadder obedeció a su jinete quien apuntaba a un gran tronco.

Las espinas salieron disparadas en perfecta sincronía formando una línea perfecta al momento de enterrarse en la madera.

-Presumida- dije divertida- puedo hacer lo mismo.

-Bien, pues estrena ese arco- Astrid me retó.

Tomé mi nuevo arco el cuál yo misma fabriqué luego de que el mío se rompiera en el encuentro con los cazadores. Apunté  a un segmento imaginario entre la espinas de Tormenta y disparé con seguridad. La flecha dio justo dónde lo tenía previsto.

-Presumida- Astrid me imitó en tono burlón.

Reí y fui por mi flecha.

-Seguro no lo lograrías desde distancias más largas- Astrid me retó sin dejar su semblante divertido.

Desde que iniciamos con la construcción de la base hemos trabajado juntas, de vez en cuando nos tomamos un tiempo para platicar o jugar un poco. Esta vez el juego consistía en probar las habilidades similares entre dragón y humano, específicamente entre un Nadder y yo.

-¿Qué quieres perder?- enarqué una ceja acompañado de una enorme sonrisa.

Claramente no conocía aún mis técnicas y habilidades con el arco.

-¿Es una apuesta?- río- Bien, si al primer intento das en el blanco seré tu esclava durante toda una semana.

-Trato hecho- chocamos nuestras manos sin salir de nuestro juego- Pero que poca fe me tienes apostando algo así.

Come fly with me (Hipo y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora