Sensibilidad

602 68 36
                                    

_______:

—¿Estás loca? Eso no es una opción para Viggo —alegó Heather.

—Pero tengo que intentarlo. Sabes que no es tan mala idea.

—_______, podrás ser La princesa de Vanaheim, pero Viggo tampoco va a consentirte tanto.

—Solo se lo plantearé. 

Heather rodó los ojos y suspiró.

—Qué terca eres... Pero bien, inténtalo. De cualquier forma, sabes que yo estaré aquí para....

—Eso no lo sabemos, Heather. En cualquier momento podrían asignarte otra misión.

La azabache asintió a regañadientes.

—Hablando de eso, debemos de tener cuidado ahora que sabemos que Viggo planea usar a los Heraldos para espiarte.

—Lo sé. Es otro problema del cual ocuparnos.

Nuestra conversación fue interrumpida cuando Siggy salió de la habitación de huéspedes y dijo:

—Se me hará tarde para ir al entrenamiento. —se limpió una lágrima que se resbaló lentamente por su mejilla— ¿Puedo confiar en que te quedes a cuidarlo? —preguntó hacia Heather, con un tono retador.

La azabache enarcó una ceja y me miró para ver si yo compartía la misma sorpresa por la actitud de la castaña.

La azabache enarcó una ceja y me miró para ver si yo compartía la misma sorpresa por la actitud de la castaña

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Claro —respondió, seria.

—Nos vemos allá —dije, mirando a Siggy marcharse.

Luego de un momento de silencio y tensión, Heather preguntó:

—¿Vas a decírselo a Jack?

—No hasta después de hablar con Viggo; no quiero crearle falsas ilusiones ni nada de eso.

—Bien. Suerte, entonces.





Viggo me repasó de pies a cabeza mientras entraba a su oficina. Junto a él, se encontraba Aidan, con un porte tan refinado como siempre.

—Iré —dije—. Pero con una condición.

La reacción de ambos hombres fue tal cual me esperaba: sonrisas burlonas y miradas cómplices entre ellos.

—No estás en posición de poner condiciones —respondió Viggo.

—Ni tampoco de hacer tantos viajes debido a la fractura en mis costillas, pero eso también te importa un bledo.

—La chica tiene un punto —añadió Aidan—. Al menos escuchemos cuál es su condición.

Viggo hizo un ademán para que hablara, convencido por su colega.

Come fly with me (Hipo y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora