Andlang es cosa seria

751 68 144
                                    

Hipo:

Pasar desapercibido por la base resultó ser más fácil de lo que pensaba; el hecho de cambiar mi apariencia un poco y de la cantidad tan grande de gente que iba y venía de manera despreocupada lo facilitó al punto de incluso poder hacerme pasar por uno más de ellos.

Pero fingir que me sentía cómodo en ese lugar fue lo difícil, pues no podía evitar ser receloso e inseguro. Y sumado a eso, el tener también a Astrid y sobre todo a Elsa dentro de la misma base por su propia cuenta, era un peso bastante grande sobre mis hombros que aumentaba la presión. Nos estábamos jugando más que nuestra propia vida, y lo único que esperábamos era que el riesgo valiera la pena.

Me paseé un rato más alrededor de la Arena con total naturalidad y discreción. Me preocupaba haber perdido al Comandante, así que busqué interceptarlo a la salida, esperando no fracasar si no lograba verlo. Pero, luego de alrededor de una hora, su figura apareció; estaba acompañado de algunas otras personas a las que reconocí por haber sido de los peleadores invitados. Incluso, entre ellos estaba Rayla, por lo que tuve que ser más que precavido para evitar que me viera.

Y como si Thor estuviese de mi lado, El Comandante fue el único que me notó de todas las personas que iban a su lado. Su rostro sonrojado adoptó una seriedad que terminó por delatar su culpa.

Esperé de brazos cruzados a que pensara en alguna excusa para separarse de su grupo y se reuniera conmigo, pues era más que predecible que eso pasaría. Afortunadamente, todo se acomodó para que el cabrón se saliera con la suya y se me aproximara sin levantar sospecha alguna entre sus compañeros.

—¿Se puede saber a qué estás jugando? —gruñí apenas lo tuve de cerca.

Él levantó ambas manos en señal de que debía mantenerme tranquilo y agachó la mirada.

—Entiendo que estés molesto, y sé que probablemente dudes de mí.

—¿<<Probablemente>>, dices? ¡Dudé de ti desde el principio! —dije, entre dientes.

—No estuvo en mis manos el haber venido; fueron órdenes, ¿entiendes? Yo también soy un puto títere aquí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No estuvo en mis manos el haber venido; fueron órdenes, ¿entiendes? Yo también soy un puto títere aquí... No deberíamos estar hablando en un lugar público.

—Pues será mejor que te las ingenies porque quiero una maldita explicación.

El Comandante inspiró con pesadez, y al exhalar, pude percibir la cerveza emanando de su aliento.

Me indicó que lo siguiera discretamente, así que nos separamos por unos momentos para después reencontrarnos en la que parecía ser la cabaña en la que se estaba quedando.

—Teníamos un trato —comencé, sin darle tiempo a decir cualquier otra cosa antes.

—Guarda esas quejas para tu novia, quien por cierto, no tiene ni idea de que estás aquí así que deberías andarte con cuidado antes de hacer que se vuelva más loca.

Come fly with me (Hipo y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora