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De camino a la oficina de Viggo repasé en mi mente lo que diría. No estaba segura de si Jack ya había recibido su paga, por lo tanto no sabía si él ya había comentado algo sobre Hipo. Al llegar, el jefe ya tenía preparado un costal de monedas similar al que recibí en misiones pasadas como paga.

—Adelante —dijo—. ¿Sabes jugar? —preguntó sosteniendo en alto una pieza de Mazas y Garras, luego de negar en silencio a modo de respuesta él continuó—. Lo único que debes saber es... que el traidor siempre pierde —pronunció lentamente.

Sería mentira decir que no me puso realmente nerviosa aquella insinuación, sin embargo me mostré indiferente a los ojos del líder cazador

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Sería mentira decir que no me puso realmente nerviosa aquella insinuación, sin embargo me mostré indiferente a los ojos del líder cazador.

—Ya que te he levantado del estado de prueba aquí está tu paga. Es más de lo que suelo darle a mis hombres por misiones así, especialmente en tus condiciones.

Tomé el costal y lo tanteé con mis dedos. Me removí incómoda e insegura de hablar sobre el tema de Hipo en Carvhellia.

El Grimborn levantó su mirada del escritorio para escudriñarme.

—Ya te puedes retirar.

Suspiré cansada e igualmente indecisa, mas dejé de lado el asunto de la misión.

—¿Cuándo podré saber sobre Nick?

Viggo sonrió y rió ligeramente, esperando mi pregunta.

—La Huldra(1) tiene tantas cualidades pero definitivamente la paciencia no es una de ellas —comentó jugando con su barba.

Fruncí el ceño y en mi expresión manifesté mi desconcierto.

—Muy bien, ¿qué es eso de la Huldra y por qué no eres la primera persona que me llama así? —reclamé recordando ya haber escuchado ese nombre de los labios de Ryker cuando fuimos a Andlang.

—¿No te has enterado? —preguntó con verdadero asombro, entonces se puso de pie al notar mi semblante serio y cruzó los brazos por su espalda para continuar— En el último mes se han contado bastantes historias, el origen de ellas se desconoce para algunos pero los marineros y mercaderes se han encargado de difundirlas por todos los archipiélagos existentes. Cuentan las hazañas de una desconocida mujer de magnífica belleza que, en compañía de su arco, hacen la vida de los hombres un verdadero infierno. La llaman la Huldra Mortífera, pariente lejana del Nadder. Incluso dicen que en lugar de poseer la cola de un zorro esconde una cola de espinas —relataba con un timbre de exagerado misterio—. Se sabe que es una cazadora mía —esbozó una enorme sonrisa al mencionar lo último— y que matará a cualquier hombre que se ponga en su camino con su sofisticado arco que va a juego con su intrepidez y osadía, luego de previamente haberlos seducido con su figura y belleza. Dicen que la vieron matar a un chico clavándole una vela en el ojo, y que fue ella quién mató al mismo Howard Horn. Hay tantas historias de cómo asesinó a tantos hombres de horribles maneras que comenzó a crear pánico dentro del comercio. Es casi como una leyenda urbana.

Come fly with me (Hipo y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora