La misión Fuglen Parte 2

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Un pitido muy grande dentro de mi cabeza me inmovilizó y nubló mi vista. No reaccioné hasta que tuve a Jack tomándome de los brazos y sacudiéndome para sacarme de mi trance.

—¿Que no me escuchaste? ¡Te dijo que tenemos que irnos de aquí!

Como si un balde de agua helada me hubiese caído encima mi corazón retomó su andar de una manera taquicárdica.

—Dioses... —musité y entonces recobré la noción del espacio y tiempo.

La puerta del sótano nuevamente se abrió con un fuerte azote. La figura encolerizada de Declan apareció por las escaleras cerrando la puerta tras él.

—¿Se puede saber qué demonios fue eso? ¿Sabes la estupidez que acabas de hacer? —gritó furioso hacia Jack.

—¡Tenía que hacerlo!

—¡Viggo va a matarnos por culpa tuya!

—Tengo los mapas —intervine—. ¡Vámonos ya!

—No sirven —gruñó el rubio pasando ambas manos por sus guedejas en un acto de desesperación.

—¿Cómo que no sirven?

—¡El maldito cambió de bases! Esos son los mapas anteriores.

Tanto Jack como yo soltamos un bufido con el mismo pesar.

—¿Lo mataste? —me preguntó con sus orbes verdes en el cuerpo inerte del Gormson.

Negué lentamente con la cabeza hecha un embrollo. Llevé mis manos a mi cabello para restregarlo con una exasperación indescriptible.

—¿Cómo vamos a salir de aquí? —dije con evidente preocupación.

—Inicié una pelea —explicó el albino de manera inmediata.

—¡Desataste el puto infierno! ¡Eso es lo que hiciste! —bramó Rubiales.

—Con suerte pasaremos desapercibidos pero debemos darnos prisa —continuó el príncipe tomándome de los hombros.

Ambos apresuramos el paso hacia las escaleras con el Gallagher pisándonos los talones, sin embargo el crujido de la madera y el particular sonido de unos jadeos nos frenaron. El rostro de Balder apenas se estaba despabilando cuando posó sus ojos en mí. Entonces transformó su semblante a uno horrorizado.

—¡Tú! T-Tu...

Los tres cazadores nos miramos intercaladamente, después Declan extendió su mano hacia mí.

—Dame tu cuchillo.

Sin titubear le extendí el arma y posteriormente se acercó amenazante al zagal que aún seguía en el piso.

—Mi padre se enterará de esto...

—Por eso mismo voy a matarte —advirtió ferozmente tomando al Gormson por el cuello de su camisa.

—¿Estás demente? —rebatió el albino— Estaremos en peores problemas si lo matamos.

Permití que mis dos compañeros discutieran sobre el destino de Balder para concentrarme en la presencia de Hipo a tan sólo unos pocos metros de mí. Algo en mi interior deseaba con tantas fuerzas abrir esa puerta e ir directo hacia sus brazos, perdonando todo y olvidándome por completo de cualquier mal rato que hayamos pasado. Simplemente quería sentirlo luego de tanto tiempo y decirle que estaba bien. Casi de inmediato posibles escenarios se plantearon en mi mente al imaginarme de frente al líder de los jinetes, todos acababan en desastre. Sacudí mi cabeza intentando ignorar mis sentimientos y volví la atención a mis compañeros y a la misión. No, al diablo con la misión. Lo habíamos arruinado de sobremanera.

Come fly with me (Hipo y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora