Come fly with me (Hipo y tú)

Fantasmas del pasado.

Hipo:

-¡Ahí estás! Te estuve buscando por todo el archipiélago.- ella no volteó a mirarme- Mi papá quiere reunirnos a todos antes de irnos- nuevamente se negaba a verme- ¿Estás bien? ¿Pasa algo?

-Si, todo bien- dijo llevando su mano a su mejilla, como si se estuviese limpiando.

-¿Estás llorando?- pregunté finalmente poniéndome de frente a ella. Estaba sentada al borde de la costa al lado de Luna.

No contestó pero no hacia falta que lo hiciera, sus ojos rojos y cristalizados y sus mejillas empapadas la delataron.

Era la primera vez que la veía llorar, y no me sentía bien con eso. Esperaba verla llorar el día que la conocí, el día de su primer entrenamiento, las veces en las que tuvo que explicar por qué estaba naufragando. Han habido momentos con los suficientes motivos para verla llorar. No podía comprender por qué ahora que se supone debería estar feliz.

-Siéntate.- palmeó el césped a su lado.

Obedecí y me senté junto a ella, limpié su mejilla con mi mano y la invité a decirme lo que le ocurría.

-Entiendo que Estoico..

-¿Es por mi papá?- la interrumpí como un impulso- No hagas caso a ese vikingo loco. Si tanto te afecta hablaré con él, se lo dejaré claro.

Negó con la cabeza. Tomó aire y fue entonces cuando la sentí más tranquila.

-Sólo me siento impactada. Quiere darme lo que me hacia falta- tragó saliva

Entendí a lo que se refería, pero no sabía más al respecto. No sabía por qué lo decía, nunca me ha contado algo sobre sus padres biológicos.

-Me recuerdas tanto a él- sonrió aún sin mirarme.

-¿A tu padre?- pregunte sabiendo que no se refería a mi papá.

-A mi hermano- finalmente hizo contacto visual conmigo.

Mis ojos se abrieron atentos a ella sin temor a hacerle saber mi intriga. Soltó una pequeña risita entre lagrimas y siguió hablando.

-Su nombre era Nick- empuñó los ojos en un esfuerzo de no romper en llanto.

-No tienes que seguir, lo entiendo. O eso creo.- intenté detenerla.

-No, está bien. Me hace feliz recordarlo.

Admito que he esperado este momento desde la primera vez que la vi, quise saber cómo pasó, cómo escapó, que simplemente me dijera algo sobre ella y sobre Kattegat... sobre su pasado.

Pero estaba consciente que esto lo hace por ella, no por mi. Quizá todo esto la perseguía y sólo estaba tratando de soltar ese peso, y lo entiendo. Por eso estoy dejando de lado mi curiosidad y anteponiendo su salud mental.

-Él siempre fue como mi padre. Siempre estuvo para mi desde que tengo memoria. Nuestro papá no pasaba mucho tiempo con nosotros, estaba muy ocupado en el consejo y en sus misiones- suspiró. Poco a poco se notaba un cambio en ella, estaba más serena- Me enseñó muchas cosas, me cuidó y protegió cómo si de él dependiera mi vida, también me volvió más fuerte.

-¿Era mayor que tú?- pregunté aún cuando la respuesta era obvia.

Asintió.

-Por cuatro años.- Nuevamente fijó la vista hacia el horizonte- Cuando murió supe que nunca encontraría a alguien cómo él. Era un chico extraordinario.- tragó saliva- Pero de alguna forma- su habla se tornó lenta y pausada- tú..- se detuvo.

-_______..- suspiré su nombre inseguro de lo que podía decir.

Sé que me quiere, y yo en verdad la quiero. Pero no estaba seguro si quería escuchar cómo decía que sólo me quería como un hermano.