Come fly with me (Hipo y tú)

La nueva jinete

Hipo:

Después de una larga espera, _______ y papá salieron de la sala de juntas riendo a carcajadas, Luna también los acompañaba.

—¿Qué tenemos aquí? —comenté de brazos cruzados.

—Hipo, no me mencionaste que era encantadora. —golpeó fuerte mi hombro como muestra de afecto, mucho más animado que de costumbre.

—Si bueno, es que ni yo lo sabía —molesté un poco, a lo que ella respondió sacándome la lengua.

—¡Bienvenida a Berk _______! Tus entrenamientos comenzarán por la mañana. —mi padre golpeó levemente el hombro de la aludida antes de volver a sus labores de jefe.

—Me entrenarán como jinete. —me miró con una sonrisa tímida.

—Debí suponerlo. —le sonreí de vuelta— Te dije que serías jinete.

—Solo que no creí que requiriera de un entrenamiento —respondió.

Enarqué una ceja con ironismo, acompañado de una sonrisa que naturalmente ella provocaba... y no sabía exactamente por qué.

Era una _______ muy distinta a cuando la encontré, menos tajante, menos agresiva, y más apacible. Lucía relajada, ya no cargaba con su arco. 

—¿No creiste que nosotros aprendimos a la primera o sí? —dije.

—Bueno, yo monté a un dragón por primera vez sin caerme. —se encogió de hombros con una mirada juguetona.

Solté una risa antes de contestar.

—Es mucho más que eso, ya lo verás.

En respuesta solo me dio otra de sus sonrisas que inevitablemte se contagiaban.

No fue hasta ahora que pude observar lo bonita que era, antes la capucha, la suciedad y heridas no me permitían hacerlo, o tal vez yo no me percataba de ello. Sus ojos encandilaban a cualquiera que los viera por más de cinco segundos, ojos que aunque tenían destellos de tristeza, también parecían mágicos, como adentrarse a todo un nuevo mundo.

Entonces pude entenderlo: quizá _______ no encontró a Luna, más bien Luna la encontró a ella. Créanme que no es fácil elegir a un dragón, ellos deben elegirte. Y cuando lo hacen es porque ven en ti algo que ni las mismas personas ven.

Luna es característica por poseer una belleza descomunal y portar unos ojos grandes y abismales. ¿Y si eso es lo que ella vio en nuestra nueva jinete?

El tiempo que Luna ha estado en Berk no se le acercó a nadie. Aún estaba temerosa, algo completamente comprensible. Se acostumbró a unos cuantos rostros conocidos, se dejó montar sólo una vez por mí pero no fue nada especial.

Para mí sí hace sentido, por fin encontró a la jinete, a su jinete, justo cuando creímos que nos sería imposible entrenarla.

_______:

—Ven, quiero presentarte con los demás. —intentó tomar mi mano para llevarme con él, yo le dí otro manotazo de forma divertida— ¡Hey!

Reí a carcajadas. Ya lo habíamos tomado como un chiste local.

Lo seguí hasta llegar a una risco al costado de la isla donde se hallaban unos chicos que parecían tener nuestra edad, acompañados de sus dragones. Luna venía detrás de nosotros, al lado de Chimuelo.

—Chicos, quiero presentarles a _______. A estas alturas ya deben saber que será la jinete de la furia luminosa —me presentó ante ellos.

La única cara conocida que pude distinguir era la de Astrid, quien afilaba su hacha sobre una roca.