Reconciliación.

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Narrador omnisciente:

-¿Lista?- preguntó el de los ojos esmeralda que heredó de su madre.

-Creo que si- masculló la pequeña insegura.

Lentamente retiró sus delgados dedos con delicadeza tal como él le indicó, de inmediato la flecha de madera salió disparada dando a unos centímetros de la manzana que ambos impusieron como objetivo.  _______ refunfuñó tomando la flecha número cinco lista para realizar otro intento.

-No seas tan dura contigo, lo estás haciendo bien- su hermano la detuvo tomándola del brazo e impidiendo que lanzara una flecha más- Sólo necesitas practicar, además el blanco es pequeño. Te dije que debías empezar poco a poco- Se arrodilló a la altura de la pequeña y levantó su mentón con su mano, maravillado por la ternura que su hermanita poseía- Lo haces muy bien princesa, no te desanimes.

-Quiero ir contigo de cacería- Hizo los pucheros típicos de una niña impaciente de seis años.

-Lo harás cuando seas más grande. Esos viajes implican riesgos por los que no permitiré que pases.

-No es justo, tú tampoco eres tan grande- _______ se cruzó de brazos. 

-Soy aprendiz de comandante, te recuerdo- río el chico de diez años mientras frotaba su mano contra el cabello de su hermana haciéndolo despeinar.

Para la edad que éste tenía era bastante alto, su cuerpo ya empezaba a desarrollarse por el arduo esfuerzo que hacía en los entrenamientos pero su inocencia seguía intacta. 

-Nick, es hora de irnos- un joven un poco más grande que él apareció dándole la orden que marcaría el inicio de una nueva excursión de cacería.

-Claro- el arquero asintió dando un último vistazo a su compañero antes de que éste partiera antes que él- Te dejaré practicando. Estaré de vuelta mañana- se agachó a besar la frente de la nena mientras que ella se erguía para recibirlo plácidamente- Te amo mi princesa, cuídate mucho. Despídeme de mamá.

Así _______ lo vio partir una vez más, en silencio rezó a los dioses que cuidaran de su hermano durante su viaje y que trajera con él algo de comida pues las últimas veces no había tenido éxito y acababan pidiendo comida a otros comerciantes que se las vendían a precios injustos.

-Adiós Nick- susurró la chiquilla viendo la figura de su hermano desaparecer al lado de los demás hombres y jóvenes de su equipo.

_______:

Apenas nos despedimos de Heather nos dispersamos a hacer cada quién sus labores pero ya que la base estaba terminada no había mucho qué hacer, aunque aún tenía un asunto pendiente.

Me encontraba a pocos metros de Astrid, detrás de los establos. Ella estaba sentada sobre el borde de la base afilando su hacha con una roca, eso debió darme un señal de que no era momento pero estaba decidida a acabar con esto.

Respiré un par de veces dándome aliento y por fin me aproximé a ella.

-Hola- la distraje de lo que estaba haciendo- ¿Puedo sentarme?- me apresuré a preguntar antes de que pudiera decir o hacer algún gesto.

La rubia asintió volviendo a lo suyo, tan sólo esperando a que iniciara a hablar.

-Seré directa, lo correcto sería que comenzara pidiendo perdón pero la verdad no sé me ocurre un por qué. Por hacerte un rasguño quizá, por destruir tu orgullo como guerrera, por ponerte en una situación difícil con Hipo- enumeré con los dedos ahora si captando por completo su atención- pero la verdad no estoy aquí por eso, tampoco quiero hacerme la victima, únicamente quiero saber que sigo contando contigo a pesar de todo- recité el discurso mental que preparé, el problema es que sólo llegué hasta eso así que a partir de ahí estaba a la expectativa de lo que pudiera decir.

Come fly with me (Hipo y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora