Ojos de lagarto

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No sabía cómo, pero Declan había logrado tener la paciencia que a mí me faltaba y respondió las preguntas que los chicos le hicieron acerca del ataque, siendo cuidadoso de no hablar de más.

Justo antes de comenzar con la lección de aquél día, él me miró, como si estuviera advirtiéndome. Sintiéndome tan cansada, no me apetecía pelear, sobre todo porque ya no quería tener más roces con Declan. Permití que la lección continuara, permaneciendo callada durante todo el entrenamiento.

Las horas pasaron, y con ellas el cielo fue cambiando sus tonalidades, anunciando el fin de nuestra jornada laboral.

Siggy, como siempre, se mostró ansiosa por visitar a Jack, así que se dirigió a la casa de Declan incluso antes que nosotros.

El rubio y yo aprovechamos el momento de privacidad que teníamos mientras guardábamos la utilería en la bodega y platicamos acerca de nosotros.

A pesar de que no nos sentíamos incómodos el uno con el otro, tampoco profundizamos en el tema de su propuesta del día anterior.

—Perdona que me hayas visto tan sensible. De igual forma, te agradezco el apoyo y comprensión. Ahora entiendo por qué Jack y Heather te eligieron como su mejor amiga, a pesar de todo. —fue lo único que dijo al respecto.

Para cuando llegamos a casa de Declan, Heather se encontraba sentada en el pórtico.

—¿Qué haces afuera? —pregunté.

—Jack me pidió algo de privacidad con Siggy —respondió, de mala gana.

—Pues espero que hayan tenido la suficiente —habló Declan, caminando hacia el interior de su casa—, porque tengo que hacerle su chequeo.

Con eso dicho, ambas chicas igualmente entramos y seguimos al rubio. Justo a la mitad de la cocina, detuve a Heather.

—Sé que todavía es difícil de manejar para ti, pero debes de respetar las decisiones afectivas de Jack.

—No es por Jack; de ser así, a ti te odiaría o algo por el estilo, pero no es el caso. Es por Siggy.

—¿Qué hay con ella?

Heather resopló, pensativa.

—Supongo que nada. Pero mis celos no son solo porque sí. Independientemente de lo que sienta por él, Jack es mi mejor amigo desde hace años; no puedo evitar sentirme extraña con todo este asunto.

—Pero debes aprender a manejarlo. Para eso me tienes a mí.

Ella sonrió y me dio una mirada cómplice.

—Me alegra que sea así. Ya no soportaba no estar bien contigo.

Luego de un rápido abrazo, continuamos nuestro camino a la habitación de pacientes, donde Declan ya estaba realizando la respectiva revisión a las heridas del albino.

—¿Cómo estás, Copo de nieve?

—Mejor de lo que merezco... ¡Aah! —gruñó luego de que Declan presionara sobre los puntos de la apuñalada.

—¿Es grave? —preguntó Siggy.

—Para nada —respondió el rubio—. Afortunadamente lo atendí antes de que se infectara. La sutura hará su trabajo y, si al caminar no molesta tanto, entonces la recuperación será rápida. -rio discretamente por lo que sea que haya pasado por su mente y finalmente dijo-: No sé qué clase de pacto tengan ustedes tres, pero siempre tienen mucha suerte con sus lesiones.

—Somos amigos de la mismísima Huldra —bromeó Heather—, lo que es casi igual a hacer un pacto con el diablo.

—Somos amigos de la mismísima Huldra —bromeó Heather—, lo que es casi igual a hacer un pacto con el diablo

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Come fly with me (Hipo y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora