Cuestión de hermanos.

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Se sentía frustrada, triste y abatida. Luego de un arduo día de trabajo para su padre, regresó de un humor nefasto y prepotente, lo había escuchado discutir con su madre acerca de las carentes situaciones en las que vivían gracias al incendio, arrastraba las palabras y golpeaba fuerte su pies al caminar por lo que la adolescente  intuyó que había bebido más de la cuenta.

El sonido de un golpe, seguido de un grito femenino de inmediato la hizo saber que su padre había golpeado a su mamá. Pensó dos veces antes de ir a enfrentarlo, con Nick día y noche de cacería en busca de alimento el hombre aprovechaba para abusar de la mujer quien, aunque era una guerrera, algunas veces era inevitable defenderse de la fuerza bruta de uno de los hombres más impulsivos en Kattegat.

Bajó titubeante por la escalera de la casa, la cual pertenecía a uno de los concejales compañeros de su padre que les ofreció amablemente alojarse allí mientras él y su mujer estaban en un viaje importante. Dos semana luego del incendio ya habían pasado por tres hogares de amigos de sus padres en lo que reconstruían el propio.

Al encontrarse con las figuras de sus progenitores, éstos se concentraron en su presencia. Su madre yaciente en el suelo sangraba del labio, pero se mantuvo con esa apariencia fría, innata de ella. Antes de que la chica pudiese decir cosa alguna al hombre, la puerta principal se abrió dejando ver a un Nicholas completamente empapado por la lluvia de la noche. Nada más fijó la vista en los presentes discernió con exactitud lo que sucedía.

Su mandíbula se endureció, sus puños se cerraron y su entrecejo se frunció. _______, quien lo conocía mejor que nadie, supo por su reacción que las cosas se pondrían feas. Más que nada porque conocía el instinto protector de su hermano y a la vez el estado de inconsciencia de su padre que lo volvía un hombre aún más insolente y agresivo.

-¿Tú no aprendes, verdad?- se acercó feroz al hombre de facciones similares a él, a diferencia de su cabello que era de un dorado como el de su mujer.

-Adivino, no conseguiste nada.- el padre ni se inmutó, se mantuvo firme, de forma retadora y amenazante hacia su propio hijo.

-Déjalo en paz.- desafió la mujer  en defensa del arquero.

-Creí haber criado algo mejor que esto...- el sujeto escupió con desdén, producto de su grado de alcoholismo.- ¡Que vergüenza das! No eres más que un niño patético. No puedo creer la basura que tengo como hijo, no eres nada.

Antes de que tanto madre como hermana pudiesen salir en defensa del pelirrojo, éste ya tenía una respuesta preparada.

-¡Te habría gustado ser la mitad de lo que yo soy a mi edad!- gruñó con displicencia, pasando de largo para ayudar a su madre a ponerse de pie.

_______ se mantuvo en su lugar observando detenidamente a su hermano con cierta admiración.

-¡Mocoso insolente!- el concejal de Kattegat se abalanzó para atacar a Nick, pero su hija fue más rápida y se interpuso en su camino.- ¡Quítate _______!- ordenó en un grito.

-N-no... ¡Ya basta!

La menor fue sorprendida por una fuerte bofetada que el ebrio le proporcionó, volteo su rostro por el impacto de una manera tan brusca que sintió un fuerte dolor en su cuello. Apenas sucedió, Nick no titubeó en golpear violentamente a su padre, tal que éste acabó tumbado en el piso, dos puñetazos más y quedó aturdido. El zagal, aunque no muy corpulento como su progenitor, poseía una gran fuerza producto de su trabajo en el grupo de cacería y su labor como instructor de combate en la academia y campos de entrenamiento. 

A diferencia de las palabras del concejal, Nick en verdad era alguien importante entre los pobladores de Kattegat, y no por su padre, el mérito se lo debía a si mismo.

Come fly with me (Hipo y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora