#63 Tree

32 2 0
                                    

El grupo dejo atrás la cancha y el improvisado campo de tiro. Gabriela, Joaco y Gonzalo caminan por delante del grupo, portando unas pistolas y abriendo camino; por detrás viene el grueso de senegaleses apiñados y cargando sus cosas; al final, también armados, el Flaco, Pancho, Sam y Martin. Avanzan a paso tranquilo, por primera vez de día. A pocas cuadras a su derecha se adivina el contorno de la autopista y el tenue brillo de los vidrios de los automóviles abandonados.

-Pancho: Pronto vamos a encontrar una subida, ¿no?

-Martin: Gonza dijo que había varias por acá. A lo mejor podemos ir por las vías.

-Flaco: No sé si eso sería bueno, pueden venir desde los puentes.

-Martin: ¿Y entonces?

-Flaco: A lo mejor podemos ir al oeste y encontrar otra ruta. O ir a otra provincia. El tema es alejarse.

-Pancho: Quiero que sepas que cuando veamos una calle lateral libre y que tenga entrada a la autopista, vamos por ahí. No podemos seguir arriesgando sus vidas

-Flaco: Necesitamos algo para transportarnos, no podemos seguir así

-Martin: Totalmente. Somos blanco fácil.

-Pancho: ¿Y la comida? También necesitamos eso. Y mucha, somos un pelotón.

-Martin: Bueno, antes de intentar ir a la autopista hay que conseguir comida. Aunque nos retrase.

De repente un pequeño estruendo invade la calle. Todos miran alrededor y notan varias personas al final de la calle, algunas de pie y otras arrodilladas, apuntando y disparando al montón.

-Flaco: ¡Cuidado!

-Pancho: ¡Abajo! ¡Abajo!

Se escuchan gritos y disparos. El grupo, en su conjunto, se esconde por detrás de los autos y los árboles. Los vidrios explotan, las cubiertas son pinchadas y vuelan astillas desde los troncos que reciben las balas. El Flaco, Pancho y Martin se escabullen por detrás de un Corsa azul y disparan desde esa posición. Más adelante, Gabriela, Gonzalo y Joaco se arrojan al suelo y se defienden con sus armas a ras del piso.

-Sam: ¡Amigos!

-Martin: ¿Qué pasa?

-Flaco: ¡Eso!

En medio de la calle, a tres autos de distancia, uno de los senegaleses esta caído y visiblemente herido. A pocos metros, en la esquina, la fila de atacantes continúa tirando.

-Flaco: ¿Estas lo suficientemente loco?

-Martin: Estoy adentro.

-Flaco: Vamos

Ambos corren agachados por el lateral del auto. Se detienen y disparan, viendo como caen varios atacantes. Continúan camino, mientras las balas golpean el asfalto y revientan los faros delanteros del auto donde se apoyan.

-Gabriela: ¡Yo los cubro, pelotudos!

El Flaco y Martin asienten y se arrojan al medio de la calle. Ven como Pancho sale por detrás de uno de los autos y dispara en su dirección, ayudando a Gabriela a cubrirles el frente. El senegalés esta en medio de un manchón de sangre que forma pequeños ríos que bajan por la calle. Entre los dos lo levantan y corren nuevamente a la vereda, en medio de una lluvia de balas y gritos. Al llegar son recibidos por la familia de este y Sam, quienes le agradecen y se aprontan a asistirlo.

Vuelven al frente, acompañados por Pancho y disparan conjuntamente al frente. Nuevamente varios caen, heridos y se escuchan varios gritos y una nueva lluvia de balas. Lentamente el grupo atacante retrocede, hasta desaparecer en el horizonte y perderse entre las calles y las casas.

-Joaco: ¿Están todos bien?

-Flaco: Sacando al herido de por allá.

-Gabriela: Están completamente locos

-Gonzalo: Pero buen trabajo.

-Gabriela: Pero buen trabajo. Salgamos de acá, no quiero esperar a que se reagrupen.

-Martin: Seguimos en la misma formación, pero estén muy atentos.

-Joaco: Voy a ver si necesitan ayuda con el herido.

-Gabriela: Bueno, el resto, ¡síganme!

Lentamente todos se ponen nuevamente en marcha, temerosos y prácticamente pegados a la espalda de Gabriela y Gonzalo, quienes dirigen el avance.

-Pancho: Voy con ellos, ¿ustedes van a estar bien atrás?

-Flaco: Si, estoy seguro que Sam nos va a ayudar. Cuidado ahí adelante.

Martin y el Flaco esperan que todos los adelanten y solo queden ellos por detrás, asegurándose de que nadie los sigue ni piensan contraatacar. Emprenden la marcha y pasan por los restos de la senda peatonal. Allí ven rastros de sangre y el cuerpo de una persona tendida en el piso. Martin lo revista y le quita la pistola, con algunas balas y la mochila con suministros.

-Martin: Espero que aprendan a no volver a joder.

-Flaco: Podemos darle un aviso, si queres. Veni, ayúdame.

Ambos se acercan a un árbol, en la calle por donde huyeron los enemigos. El Flaco arranca un cinturón de seguridad de uno de los autos abandonados y lo pasa por el cuello del cuerpo del fallecido. Entre ambos, logran colgarlo de una rama y mantenerlo allí, balanceándose levemente.

-Martin: ¿Crees que era un mal tipo?

-Flaco: No sé. A lo mejor ahora no hay ni buenos ni malos tipos, solo gente que hace cosas buenas o malas.

-Martin: Y las cosas malas pueden ser lo que necesitemos para sobrevivir.

-Flaco: Nadie te juzga si es bueno o malo. Lo único que podes tener en cuenta es si le hiciste un bien a los tuyos. Eso te puede ayudar a dormir.

-Martin: Tenemos que hacernos cargo del grupo, sea haciendo cosas buenas o malas.

-Flaco: No tengo ningún problema en matar y colgar a todos estos tipos si eso significa que vamos a estar a salvo.

-Martin: Lo que se tiene que hacer se hará.

Survive: A Story of zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora