#42 Old folks

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En una habitación espaciosa, de paredes blancas algo despintadas, llena de papeles en el piso y muebles revueltos alrededor.

El Flaco y Martin se ponen en guardia, intentando defenderse de un posible ataque, sin embargo son frenados por Pancho y Gonzalo.  Calmados, observan mejor la escena y frente a ellos una decena de ancianos, algunos parados y otros en sillas de ruedas.

-Martin: ¿Qué es todo esto?

-Pancho: Él es Horacio, dirige todo esto. Quiere hablar con nosotros

-Flaco: Abuelo, mire que no somos de la ANSES eh

-Horacio (Riendo): Si, ya veo. No hay noticias de ellos ni de nuestra jubilación desde hace meses. Bienvenidos al geriátrico de este hospital. No está muy limpio ni muy cómodo, pero es mejor que estar en las calles

-Martin: Pero para mandar a un chiquito a buscar gente, la calle no es muy mala, ¿no?

-Horacio: Sabemos que es cuestionable, pero míranos. Casi no nos podemos mover. Ya no tenemos comida y hemos visto como muchos de los nuestros murieron

-Gonzalo: ¿Qué hacen acá arriba? ¿Y los demás pisos?

-Horacio: Eso es una parte del problema. Este piso está limpio, pero los demás están llenos de infectados. Es imposible para nosotros salir de acá. Por eso mandamos al pibe para buscar ayuda y comida. No lo obligamos, sépanlo, nosotros los criamos acá y esta es su forma de decirnos gracias

 -Flaco: ¿Y porque tenes la puerta tapada con un mueble?

-Martin: Si. Para ser viejos, deben tener mucha fuerza para mover eso a cada rato

-Horacio: Bueno. Realmente estamos encerrados y no tenemos comida. ¿Podrían ayudarnos a despejar el lugar?

-Martin: ¿Y nosotros que ganamos?

-Horacio: Ehm, pueden quedarse acá, con nosotros. Vivir en este lugar

-Gonzalo: Ah, tenemos que arriesgarnos mientras ustedes ven que pasa. Déjate de joder

-Pancho: ¡Muchachos! Nosotros estamos boyando por ahí. ¿No sería bueno tener un lugar donde vivir?

-Flaco: Si y ese lugar no es este. Lamentamos no poder ayudarlos. Nos vemos

Los tres comienzan a caminar lentamente hacia la ventana para intentar salir de allí, pero Pancho se interpone impidiendo su paso

-Pancho: Flaco, míralos, ¿realmente nos vamos a ir sin hacer nada?

-Flaco: Primero nos mintieron y después nos pidieron favores. Es lo mismo que pasaba con tus exnovias.  Yo me voy

-Martin: ¿En serio pasaba eso? Es historia para un fogón…

-Gonzalo: Hey, vamos antes que se junten más errantes abajo

-Pancho: Esperen. Flaco, podría ser tu abuelo. Míralo

-Flaco: ¿En serio? ¿Vas a meter a mi abuelo en esto?

-Pancho: ¿No desearías que alguien hubiera entrado en su camino, al igual que nosotros entramos en el de estas personas?

-Flaco: No tenemos nada ni siquiera para defendernos. ¿Y se te ocurre atacar a estos monstruos?

-Pancho: No podemos irnos así nada más. Todo se fue a la mierda, no nos vayamos nosotros también

-Martin: La hemos pasado mal y no somos mala gente. Eso no significa que tengamos que ser los héroes

-Flaco: Lejos estamos de serlo.

-Pancho: ¿Entonces?

-Flaco: Horacio, ¿tienen algo con filo?

El grupo es armado con varios palos y objetos punzantes, además de los cuchillos que ya tenían. Gonzalo y Pancho despejan la puerta para así poder abrirla, pero se encuentran con que está cerrada con una cadena con candado.

-Horacio: Antes que pregunten, no, no tenemos la llave.

-Martin: Tranquilos, tengo un cuchillo

Martin se agacha y comienza a trabajar sobre el candado, abriéndolo en pocos minutos para sorpresa de sus demás compañeros

-Pancho: ¿Choreabas casas antes vos?

-Martin: Digamos que le quite las bicicletas a varios enemigos

-Flaco: ¿Solamente a enemigos? Eso es un desperdicio de talento

-Gonzalo: ¡Cuidado!

La puerta es empujada por varios zombies, quienes logran pasar sus brazos y tienen que ser empujados por todos para evitar su ingreso. Martin y el Flaco toman los cuchillos y dan la señal para que abran de par en par las puertas.

Uno a uno los zombies ingresan en la habitación y, ante la mirada temerosa de los ancianos, comienzan a derribarlos, clavando los cuchillos y reventando cabezas. Lentamente se organizan para despejar la puerta de los cuerpos derribados, para evitar que los zombies caigan al piso y se arrastren, dificultando acabar con ellos.

El grupo ataca el cuarto contiguo, eliminando a los zombies y despejando todo el piso, salvo algunas habitaciones, que son cerradas por seguridad.

Los ancianos se mueven y recorren el nuevo piso, limpiando y tirando los cuerpos por la ventana, estrellándolos en el asfalto. El nuevo espacio es ocupado por los residentes, acomodando mejor sus cosas y revolviendo entre los restos del antiguo hospital

-Martin: Día movido. ¿Eh?

-Pancho: Si…pensar que casi nos fuimos. Digo, no fue tan malo después de todo

-Martin: No. Estaba pensado. Lo que dijiste. ¿Qué paso con el abuelo del Flaco?

-Pancho: Es algo que paso antes de que todo caiga. Creo que todavía había transmisiones de televisión del gobierno. Jamás le vuelvas a hablar de esto. El Flaco no se llevaba demasiado bien con su familia y su abuelo era como su padre verdadero. No sé cómo paso, pero se convirtió en uno de esos errantes

-Martin: ¿Y qué hicieron? ¿Lo abandonaron?

-Pancho: En esa época nadie pensaba que esto estaba por venir. Me acuerdo que decían que el Alzheimer se había mezclado con ser sonámbulo o algo así.  El Flaco no quería perder a su abuelo e intentaba creer que esa locura era cierta. Encerró al zombie de su abuelo en el garaje por un tiempo, hasta que le pedí que…que lo eliminara, por nuestra seguridad.

-Martin: No debió ser fácil. Yo vi cosas malas también. A veces tengo pesadillas y no quiero dormir. Pero a veces sueño que todo volvió a ser normal y eso te hace seguir, ¿viste?

-Pancho: Si antes tener sueños era importante, ahora es algo vital.

-Martin: Amen a eso.

Horacio y su grupo se acercan al Flaco y Gonzalo, quienes están mirando por la ventana

-Horacio: ¡Hey muchachos!

-Gonzalo: No puede ser…

-Flaco: ¿Qué están…..?

Survive: A Story of zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora