#68 Happy life, happy wife

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El grupo avanza formando un bloque por la pequeña callecita limpia y ordenada. Observan en todas direcciones, sin poder creer que lo que ven: gente caminando normalmente, niños jugando en las veredas, algunos negocios y casas y más casas. De hecho, en una de ellas, blanca, de un solo piso, paredes recubiertas con ladrillos, techos a dos aguas, una gran arcada con dos pilares y varias ventanas con las persianas corridas.

-María: Bienvenidos a su casa. Disculpen los pocos muebles, recién estamos terminando con ella. Pero díganme que les gusta y tratare de conseguírselo.

-Gabriela: Muchas gracias.

-Joaco: Es muy lindo, de verdad.

-Flaco: ¿Cómo pasamos de sobrevivir a la muerte a ser diseñadores de interiores?

-Pancho: el Flaco también les agradece.

-Flaco: Claro que no.

-Daniel: No importa, pero puede hacerlo después de ver al doctor. Está a unas cuadras de acá. Solamente tenes que seguir esta calle y pasar por entre aquellas dos casas. ¿Crees poder llegar?

-Flaco: Intentare no perderme en la banalidad.

El Flaco hizo un ademan y se retiró caminando lentamente por la calle, con sus manos en los bolsillos y silbando.

-María: Bueno, nosotros tenemos otras cosas que atender. Se podrán imaginar lo complicado de este lugar. Pero, como dijimos, acomódense.

-Daniel: Exacto. Traten de encajar.

Los dos guías palmearon en la espalda a Martin y luego se fueron por el lado opuesto al Flaco.

-Martin: ¿Creen que me tocaron a mí por algo en especial?

-Gabriela: No, simplemente coincidencia.

-Martin: Ya lo creo.

-Gabriela: Supongo que si el Flaco alguien tiene que ser el antisocial....

-Martin: Yo no soy eso. Simplemente entremos.

-Joaco: Si, ¿Cuándo fue la última vez que entramos tranquilos a una casa?

-Martin: Quien dijo que entremos tranquilos.

-Sabrina: Chicos, por favor. Traten de encajar. Voy a asegurarme de que tengan toda la comida que necesiten, ¿está bien?

-Pancho: No sé por qué me miras, vos tenes más panza que yo.

-Sabrina: Te veo después.

-Romina: Yo también. Un consejo: háganle un favor a la patria y báñense.

Los miembros del grupo restante se encaminaron hacia la casa, abriendo lentamente la puerta de madera blanca. Dentro estaba oscuro y una leve brisa entraba por una de las ventanas del fondo. El living apenas tenía unos muebles, pero predominaban las sillas y un sofá de cuero junto a una televisión.

-Martin: Hey, ¿quién quiere mirar el partido?

-Joaco: Vamos a hacer unos choris en el patio.

-Pancho: Basta, chicos. Disfrutemos esto.

-Joaco: ¿Qué queres decir?

-Pancho: Hasta hace unas horas nos corría un tipo a los tiros y tuvimos que rajar en un colectivo.

-Gabriela: Ahora que me decís, ¿y los demás?

-Joaco: Después los buscamos. Ahora vamos a lo importante, ¡tenemos agua corriente!

Rápidamente todos corren al baño, atropellándose y empujándose. Una vez dentro, abren la duche y miran pasmados el espectáculo.

-Gabriela: Es hermoso.

Survive: A Story of zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora