#32 Surrounded

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El Flaco está cavando en un descampado un rectángulo bastante profundo. Cansado, clava la pala en el montón de tierra y se dispone a descansar.

Suspira. Se levanta e intenta divisar algún movimiento en la casa, para así apurarse o no en la finalización de las tumbas. A lo lejos, logra ver algo que le helo la sangre: una horda de zombies acercándose a la estancia.

Rápidamente toma su pala y corre hacia la estancia gritando y haciendo señales.

Mientras tanto Tomas y Marcos salen al patio y se sientan en unos bancos.

-Marcos: Papa…

-Tomas: Basta. El silencio es salud

-Marcos: Yo estoy dolorido. Ni me imagino vos. Pero tenemos que seguir papa. Tenemos que seguir. Estamos rodeados de muerte y revivirla en nuestra mente nos va a condenar. Porque…

-Tomas: ¡Mi hijo acaba de morir! ¡Tu hermano acaba de morir! ¿Te escuchas a vos mismo? ¿¡Y que hace aquel pelotudo!?

El Flaco llega corriendo

-Tomas: ¿Qué pasa?

-Flaco: Agarren todo lo que puedan. Y vengan al frente. Vamos a ver si podemos pararlos

-Marcos: ¿Parar qué?

-Flaco: Es una horda de zombies. Vamos, no podemos dejar que se acerquen

Los tres corren y dan la vuelta al casco de la estancia, escondiéndose detrás de un tractor abandonado. Observan frente a ellos una pared de zombies que se acercan lentamente por el horizonte

-Tomas: Marcos, anda al depósito y agarra todo lo que encuentres y tráelo.

-Marcos: ¿La llave esta en tu pieza? No empiecen sin mí

-Flaco: Quédate tranquilo

-Tomas: ¿Dónde está tu gente?

-Flaco: Martin salió a cazar. Bautista debe estar con los caballos

-Tomas: ¿Y el gordito?

-Flaco: Desconozco

Tomas mira al Flaco de reojo

Sabrina y Pancho salen de la habitación y se dirigen al comedor

-Sabrina: ¿Queres una manzana?

-Pancho: No, gracias. Eh, ¿estás bien?

-Sabrina: No quiero hablar de eso

-Pancho: Si te hace sentir mejor

-Sabrina: ¡No quiero hablar de eso!

-Pancho: Te entiendo. Perdón

-Sabrina: No. Perdón por gritarte. Necesito aire.

Salen afuera y casi chocan con Marcos quien viene junto con Bautista, Pedro y las armas

-Pancho: ¿Qué hacen con todo esto?

-Marcos: ¿Dónde estaban? Viene una horda y nos van a hacer pedazo

-Sabrina: ¿¡Que!?

-Bautista: ¿Viven en un tupper? Vamos ¿o quieren morirse?

Todos se reúnen tras el tractor.

-Marcos: Tengan. Están cargadas. Tengan cuidado.

-Bautista: Seguro. Vamos

-Tomas: ¡No! Tenemos que dividirnos

-Flaco: Tiene razón. Derecha, centro e izquierda. Dos a cada zona. Así no dejaremos que nos rodeen.

-Tomas: Exacto. Sabrina anda adentro. Los demás…

-Sabrina: ¿Qué? No, yo los ayudo

-Tomas: No te pregunte. Anda.

-Sabrina: Papa…

-Pancho: Sabrina...

-Pedro: Sabrina, mi hija está arriba. Toma, llévate un rifle y cubrinos desde la ventana de la planta alta. Seria de ayuda, especialmente para ella

Sabrina duda unos instantes pero finalmente acepta la entrega del arma y entra en la casa. La pared de zombies parece abrirse y algunos caen al suelo. Tras ellos una figura emerge corriendo: es Martin quien, disparando, logro hacerse camino entre la horda y se aposta con ellos en el tractor

-Flaco: Ya era hora que aparecieras

-Martin: ¿Así que también los vieron?

-Flaco: Y sí. Igual, los íbamos a dejar. Por ahí vienen a tomar agua nomas…

-Tomas: Ya, déjense de joder y defendamos esto.

-Flaco: Pancho y yo podemos ir a la derecha, atrás de aquellos tanques

-Marcos: Vamos Martin. Atrás de aquellas chapas

-Bautista: Nosotros nos quedamos acá, junto con las balas. Vengan de a uno a recargar.

Se ponen en sus lugares y comienzan a disparar. Uno a uno caen los zombies. Las filas parecen mermar, pero más aparecen y comienzan a estar cada vez más cerca de la estancia.

-Bautista: ¡Apunten a la cabeza! ¡No desperdicien balas al pedo!

-Flaco: ¡Martin! ¡Marcos! Cuidado con los de la izquierda

-Martin: Los tenemos

Los zombies caen, pero la horda sigue avanzando. Incluso el ruido atraen los zombies de los alrededores, quienes comienzan a aparecer desde todas direcciones

-Pancho: ¡Esto es al pedo!

-Flaco: Si. Cada vez están más cerca

-Marcos: Voy a recargar

-Martin: Te cubro

-Marcos: No, tengo vía libre. Seguí disparando

Marcos sale corriendo hacia la posición de Tomas y Bautista, llegando a la estancia, tres zombies lo atacan, mordiendo su brazo, haciéndolo caer y devorándolo

-Martin: ¡Marcos! ¡No!

-Tomas: ¡Noooo!

Tomas deja de disparar y se dirige hacia donde se encuentra su hijo. Dispara a los tres zombies y se arrodilla frente a él.

-Tomas: Hijo…

-Marcos: Pa…tengo frio

Un grito y varios disparos se escuchan desde dentro de la casa. Pancho corre hacia adentro, disparándole a algunos zombies en su camino

-Martin: ¡Flaco! ¿Qué hacemos?

-Flaco: ¡Adentro! ¡Todos adentro!

Todos corren hacia la estancia, tratando de levantar a Tomas y sacarlo de allí. Un grito de hombre emerge desde el fondo de la estancia, apareciendo Alberto en su caballo, revoleando unas boleadoras y avanzando contra los zombies.

-Tomas: ¡Alberto, no! ¡No!

Alberto logra descabezar a varios zombies, pero es rápidamente rodeado, bajado del caballo y devorado por la horda en el pasto.

Agarran de los brazos a Tomas y lo meten dentro de la casa, trabando la puerta con unos muebles, mientras los zombies comienzan a golpear las ventanas y puertas de la estancia

Survive: A Story of zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora