Cuando Pancho despertó, ya no se encontraban en el monte. Posiblemente hubieran viajado todo el día y la noche. Mejor dicho, posiblemente los hubieran arrastrado en todo ese tiempo. A su lado estaba Martin, también despierto, mirando hacia la nada.
-Pancho: Hey, ¿estás bien?
-Martin: Somos los siguientes.
-Pancho: ¿Perdón?
-Martin: Esta mañana. Nos pusieron a todos en fila y nos fueron moviendo. Nosotros estábamos a lo último, ahora somos los siguientes.
-Pancho: No te sigo.
-Martin: Degollaron a todos los que venían con nosotros. Escuche sus gritos y como se retorcían. Ahora no queda más nadie.
-Pancho: Hubiera preferido seguir inconsciente. Como el Flaco.
-Martin: El Flaco fue el primero en despertarse.
-Pancho: ¿Y qué está haciendo? ¿Durmiendo?
-Martin: Estaba molestando a los que nos cuidaban y lo durmieron de una trompada.
-Pancho: ¿Entonces todo termina acá?
-Martin: Más pronto de lo que creías.
De repente tres personas, vestidas con los mismos harapos y girones que sus predecesores del bosque, los tomaron de las ataduras de los pies y los arrastraron boca arriba por la tierra, atravesando un pasillo humano que los miraba fija y amenazadoramente, hasta un claro. Frente a ellos estaba Hacha, con un cuchillo de carnicero ensangrentado, parado frente a un charco rojo.
-Hacha: Me gustaría esperar a que su amigo despierte, pero el tiempo apremia. Sin embargo, puede que se recupere lo suficientemente rápido para verlos morir.
-Pancho: Esto no tiene que ser así.
-Hacha: El contexto demuestra lo contrario
-Pancho: Nosotros no te hicimos nada. Ya te dijimos que no somos de acá, no tenemos nada que ver.
-Hacha: No te angusties más. Trata de disfrutar tus últimos minutos en la tierra. Mira a tu alrededor, respira hondo, pensá en cómo el mundo va a seguir girando mientras vos quedas tirado acá en la tierra.
-Pancho: Los podemos ayudar. Tenemos comida y refugio y....
-Hacha: ¿Sabes qué? Te veo alterado. Eso es malo para la carne. Tráiganme al otro, al dormido. Total ese no molesta.
-Martin: ¡No!
-Pancho: ¡Podemos solucionarlo!
Dos hombres toman al Flaco y lo arrastran hasta los pies de Hacha, quien lo toma del cuello de su buzo y lo coloca a la altura de su cintura, mientras que con la otra pone su cuchillo en posición, justo en la garganta. Cuando aprieta el mango para degollarlo, escucha un grito, casi un chillido y algo que se mueve entre la multitud. Hacha suelta al Flaco, quien cae con peso muerto a la tierra.
-Hacha: ¿Jessica? ¿Qué te pasa?
-Jessica: No podes hacer esto.
-Hacha: Si seguís gritando no.
-Jessica: Ese tipo es el que me liberó. Y estos dos lo ayudaron.
-Hacha: ¿Segura?
Jessica se arrodillo junto al Flaco y lo coloco boca arriba, sacando algo de tierra de su cara y mirándolo bien.
-Jessica: Segura. Además me dio ese cuchillo que vos tenes para defenderme. No podes matar al que ayudo a tu hermana. No podes.
-Hacha: Está claro que no.
-Jessica: ¡Está despertando!
-Flaco: Me duele la cabeza y hay...y hay una mujer encima mío. Debo estar en un telo.
-Hacha: Y después preguntan porque lo noquean.
-Jessica: ¡No! No le pegues. Ni a ellos.
-Hacha: Si es lo que queres...
-Jessica: Por favor.
-Hacha: Bueno. Los vamos a dejar vivir. Es un poco tarde para sus amigos, pero ellos lo merecían. No vamos a desatarlos por ahora. Veremos qué hacemos con ustedes. Vamos, gente. Tenemos que asegurar la zona.
El hacha y gran parte de su grupo se alejó, moviéndose en las proximidades de la colina. Mientras tanto Jessica ayudo al Flaco a reincorporarse y lo colocó frente a Martin y a Pancho.
-Jessica: Trata de no estar mucho en el suelo. Esa herida se te puede infectar.
-Flaco: ¿Cuál de todas? ¿La de las balas o la de los golpes de tus amigos?
-Jessica: Todas.
-Pancho: Me gustaría agradecerte por esto, pero viendo lo que paso con nuestros compañeros, me daría asco hacerlo.
-Jessica: Si tan solo nos entendieras no dirías eso. No tienen que decir nada.
-Martin: ¿Qué va a pasar ahora? Digo, ya no nos pueden comer ni pegar. ¿Qué van a hacer?
-Jessica: Nadie los iba a comer. Eso era para asustarlos.
-Pancho: Claro. Simplemente iban a matarlos, como gente civilizada.
-Jessica: Bienvenidos a un nuevo mundo. Esas palabras, bueno o malo, quedaron desvirtuadas. Uno es bueno dependiendo de lo que pueda hacer para sobrevivir.
-Flaco: ¿Y cuál es el límite?
-Jessica: No estoy segura de que exista.
-Flaco: Lo que si existen son los favores. Ahora estamos a mano.
-Jessica: Veo que entendes como viene la mano. Pero tranquilos, mi hermano es más amable de lo que pinta. Se darán cuenta de que no es una cualidad ser simpático acá afuera. Lo cual es bueno para vos.
-Flaco: Me siento halagado.
-Jessica: De nada. Veré si sobra algo de comer para ustedes. Los veré en la noche. O quizás no.
Jessica sopló la frente del Flaco, haciendo volar la tierra y luego lo beso. Inmediatamente después se puso de pie y se fue corriendo, tratando de alcanzar a sus amigos.
Pancho suspiró, aliviado y se dejó caer en la tierra. Martin se quedó observando las cuerdas que lo aprisionaban, pero el Flaco le hizo un ademan para que se detuviera.
-Flaco: Paciencia. Nos van a liberar.
ESTÁS LEYENDO
Survive: A Story of zombies
HorrorAño 2014. Un virus creado por la OTAN durante la guerra fría se desata en África. Los reportes son tan claros como increíbles: los muertos regresan de su estado terminal y atacan a los vivos. A pesar de todo, el Mundial de Brasil se desarrolla no...