#91 Not again please

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El Flaco corre hacia un costado, pero rápidamente se da cuenta de que se separó de los demás. Levanta la vista y ve a Martin corriendo en la dirección opuesta, internándose entre los salvajes que combaten con algunos guardias, cerca de los muros y calles en llamas, rodeadas por columnas de humo, en medio de los gritos y el caos general. También cree ver a Pancho, apretando los dientes y repartiendo golpes con un pedazo de metal más grande que su brazo, provocando la caída y, posiblemente, la muerte de muchos a su paso.

Escucha un grito detrás de sí y, antes de poder darse vuelta, alguien lo tumba al piso, golpeándolo en la cara. El Flaco le devuelve el puñetazo, sacándoselo de encima. Rápidamente se levanta antes que ese hombre que lo ataco y salta sobre él, clavándole su cuchillo en el estómago.

Mientras su atacante agoniza, rueda por el asfalto, quedando boca arriba cerca del cuerpo que se desangra lentamente entre gruñidos y lamentos. Nuevas explosiones y gritos lo ponen en marcha, recuperando su cuchillo y corriendo por la calle, completamente desorientado, aturdido, sin saber exactamente qué hacer y a donde ir.

Poco a poco comienza a recordar aquel lugar que durante mucho tiempo llamó hogar. Su mapa mental de calles, las caras de los vecinos, los pasajes y atajos. Con su mano derecha se quita la sangre de la cara y corre nuevamente, esquivando las peleas, golpes y objetos que volaban. Salta una valla de una casa incendiándose y cae en el patio. Allí hay varios cuerpos y gente herida, que miran atemorizados su figura ensangrentada, sucia y armada. El Flaco apenas los mira y cruza el pequeño patio rápidamente, hasta llegar al otro paredón y volver a saltarlo, cayendo del otro lado y finalmente alcanzando la otra calle.

Mira desesperadamente en todas direcciones y recuerda exactamente donde está. Sin mirar, comienza a correr, pero tropieza con alguien, cayendo al suelo.

-Flaco: Vos....

-Chechu: ¡Flaco!

Chechu se arrastra por el piso y abraza al Flaco, quien también la rodea con sus brazos con fuerza.

-Flaco: Te extrañe.

-Chechu: Yo también. Yo también.

-Flaco: ¿Estas bien?

-Chechu: Estoy perdiendo algo de sangre, como vos. Pero estoy bien. ¿Qué es todo esto? ¿Qué hiciste? ¿Dónde estaban?

-Flaco: Es largo de explicar. Este no es el mejor momento. Tenemos que irnos.

-Chechu: ¿Irnos?

-Flaco: Tenemos que encontrar un lugar seguro. Ya encontramos este y antes estuvimos en mi casa. Podemos encontrar otro lugar. Pero acá no. No es seguro.

-Chechu: Si, ya veo. Tenemos que ir a buscar a Luis. Tengo a quien lo cuide...creo, pero con todo esto...

-Flaco: Si, si entiendo. Busca un lugar seguro, yo voy a buscarlo. ¿Está en tu casa?

-Chechu: Vamos a ir los dos.

-Flaco: No te pregunte.

-Chechu: Yo tampoco. Nunca jamás voy a dejar que vayas solo a algún lado. Perdámonos juntos. Sea lo que sea que nos pase, que sea a los dos. Ahora seguime. Yo sé dónde está Luis.

Chechu se levanta primero y levanta al Flaco, invitándolo a correr detrás de ella. Ambos correr a toda velocidad por la vereda, mientras en la calle las muertes se siguen sucediendo y las casas son asaltadas por los salvajes y los muros se derrumban en una nube de fuego y gas.

Finalmente los dos llegan a la casa que habitaba Chechu, parcialmente destruida. La puerta ha sido derribada y en el suelo del primer piso están los cuerpos de los que vivían con ella. Ambos cierran los ojos y suben las escaleras, ingresando a su habitación. Chechu rápidamente sobre la pequeña cuna, encontrando al pequeño Luis durmiendo plácidamente.

-Flaco: Es igual al padre.

-Chechu: No te creas. Tiene varios malos tratos tuyos.

-Flaco: Por lo menos tiene la suerte de que vos lo arropes. De hecho, creo que tengo sueño.

-Chechu: Pásame esas sabanas.

Chechu cubrió a Luis con las sabanas para protegerlo del frio, pero sin taparle el rostro. Mientras bajaban las escaleras lo escondió debajo de su buzo y los dos salieron a la calle. Allí el caos reinaba y la gente iba y venía tirando golpes, patadas o algunos caían al suelo fulminados, heridos o a punto de morir.

El Flaco toma a Chechu del brazo y la arrastra por la calle, empuñando su cuchillo y amenazando a cualquiera. Pronto ven un hueco y logran correr, esquivando a la gran masa de gente y logran divisar los restos del portón de entrada, completamente destruido y en llamas, cubierto de cuerpos y con decenas de podridos ingresando, devorando a los muertos y atacando a los heridos.

-Flaco: Vamos a tener que dar la vuelta. Si cruzamos por acá....

-Chechu: Oh...

El Flaco se da vuelta, colocándose frente a Chechu. Ella se levanta buzo, notando un enorme manchón de sangre que comienza a dibujarse en su estómago, mientras sobresale una punta de flecha.

Inmediatamente toma su cuchillo y camina en medio de la calle, sin escuchar los gritos de Chechu ni prestar atención a que ella intento agarrarlo del brazo. Allí, al primer hombre que se encuentra, le corta la garganta de un solo saque, manchándose la cara y las manos de sangre. Luego camina hacia otros dos que estaban peleando a puño limpio, apuñalando al primero en un ojo y luego pateándolo en el piso. Cuando el restante se levantó, el Flaco tomó una baldosa y se la estrello en el cráneo, matándolo al instante.

Así continúo pegándole a todo lo que se le cruzaba, fueran salvajes, guardias o vecinos. De repente, miro a un costado y allí vio a Chechu, prácticamente tirada en el piso. Todo a su alrededor pareció quedarse en silencio y solo escucho el llanto de Luis debajo de ella. Dejo caer su cuchillo y corrió hacia ellos, intentando hacerla reaccionar.

-Flaco: ¡Chechu! ¡Chechu! Por favor....

-Chechu: Lu..Luis...

-Flaco: Esta bien, está llorando, está vivo.

-Chechu: Cuídalo...

-Flaco: Si, los dos lo vamos a cuidar.

-Chechu: No...

-Flaco: Si. ¿Podes sostenerlo ahí?

-Chechu: Creo que sí.

-Flaco: Entonces vamos.

El Flaco levanto a Chechu del suelo y la cargo con sus brazos, mientras ella sostenía a Luis en su maltrecho pecho. Ambos estaban cubiertos con sangre, aunque en diferentes partes y mancharon al bebe mientras se alejaban de la calle. Casi con su último aliento, el Flaco le dio un topetazo a la puerta de una casa y los tres cayeron dentro. El rápidamente se encargó de cerrarla y cubrirla con unos muebles y de la misma forma corrió las cortinas. Luego regreso hasta donde estaba Chechu, que revisaba al bebe.

-Flaco: Yo...

-Chechu: Esta bien. No tiene ningún rasguño.

-Flaco: Y vos...

-Chechu: Me duele como no te das una idea.

-Flaco: No te preocupes. Te voy a curar. Voy a conseguir quien te cure.

-Chechu: No. No podes.

-Flaco: Si. Yo casi me morí por unos tiros y acá me tenes. Si sobreviví yo vos también.

El Flaco se quita su campera y luego hace lo mismo con su remera, rompiéndola en pedazos hasta hacerla harapos. Levanta el buzo de Chechu en el lugar donde tiene la herida, notando como la flecha casi la atraviesa de extremo a extremo, provocando una gran hemorragia que él logra frenar levemente, antes de que ella sonriera amargamente.

-Flaco: ¿Qué pasa? ¿Es algo que hice? Ya casi termino.

-Chechu: No es eso. Me estoy muriendo, Flaco.

El Flaco sacude la cabeza y lleva sus manos ensangrentadas a las de Chechu, quien lo mira temblando, mientras Luis comienza a llorar mas fuerte.

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Survive: A Story of zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora