#35 On the road

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Pedro apunta con una escopeta a Martin, Pancho y Bautista.

-Martin: Traidor

-Pedro: ¡No! Yo no soy el malo acá. Quiero lo mejor para mi hija

-Pancho: Siempre se trató de eso, ¿no? Cuando el Flaco te trajo, temblabas por pensar en defender el refugio. Y ni se te ocurría salir a ayudarnos en las salidas. Acá lo mismo

-Pedro: ¡Cállense!

-Martin: No solo sos un traidor, sino que sos un cagon. ¿Ese es el ejemplo que le das a tu hija? ¿Juntarte con el poderoso y sobrevivir como una cucaracha?

-Pedro: ¡Te dije que te calles! (Le pega un culatazo a Martin) ¡Miren como esta todo! ¡Yo sufrí! ¡Mi esposa murió en mis manos! No puedo defenderme solo. No puedo salir a bancar todo solo. Mi hija es todo para mí y es frágil. No voy a arriesgar este lugar por ustedes

-Pancho: Somos personas porque tenemos valores. Si no estás dispuesto a arriesgarte por algo en lo que crees, no mereces nada. ¿Te pensas que esto es fácil? ¿Acaso no venimos de perder gente? ¿Cuánto van a durar?

-Pedro: Cerra la boca. O te mato. Te mato.

-Pancho: ¿Vos vas a salir a cazar? ¿Entre cuatro van a hacer rendir esto?

-Pedro: ¡Te mato! ¡Si no te callas te mato! (Carga su escopeta y pone el cañón sobre la frente de Pancho)

Bautista se abalanza sobre Pedro, tirándolo al piso. Martin reacciona y  toma la escopeta que quedo tirada en el piso

-Martin: ¡Mejor te mato yo!

-Tomas: O yo lo mato a el

-Pancho: ¡Flaco!

Tomas ingresa a la cocina de la estancia con el Flaco por delante de él y apretando su pistola en el pecho del Flaco.

-Tomas: Soltá la escopeta.

Martin mira al Flaco. Este baja la mirada. Una sensación de desilusión inunda su pecho. Finalmente entrega el arma y se desploma junto a Pancho.

-Tomas: Bueno. Ahora que nos calmamos, podemos hablar de forma civilizada

-Flaco: Me estas apuntando con una pistola cargada. Los términos de civilización han cambiado.

-Tomas: Silencio. Pensaba en perdonarlos y solamente echar al gordo. Pero me han hecho dudar. Igualmente, no podemos mantener todo esto solos. Necesitamos mano de obra.  Esclavos, para ser más directo

-Flaco: Ah, creo que somos demasiado blancos y romperíamos un estereotipo

Tomas golpea al Flaco en el estómago y lo empuja hacia sus compañeros.

-Tomas: Ustedes son peligrosos. Pero el dúo del gordo y el Flaco son los peores.

-Pancho: ¿Qué significa eso?

-Tomas: Ustedes dos se van. Los demás, trabajaran para nosotros. Considérenlo un perdón

-Pancho: ¿Vas a matarnos?

-Tomas: No. Prefiero que sufran allá afuera. Pedro, lleva a estos al silo. Esta vacío, asique la van a pasar bien.

Esa tarde…

Tomas monta su caballo por una ruta asfaltada, alejada a kilómetros de la estancia. Tras él, atados en las manos y siendo casi arrastrados por el caballo, vienen el Flaco y Pancho. Tras unos minutos, se detienen junto a una señal derruida de Fin de zona urbana.

Baja del caballo y tironea de la cuerda que mantiene cautivos a ambos. Los lleva hacia el cartel y los ata fuertemente a los hierros del mismo.

-Tomas: Bueno. Un gusto conocerlos. Con suerte alguno de estos errantes los vea y termine con su sufrimiento. Sino, la deshidratación y el hambre harán su trabajo. Y si zafan, no voy a pensar en ahorrar balas en ustedes. Que tengan buenas tardes

Varias horas después, cuando el sol comienza a caer, el Flaco y Pancho caminan por el medio de la ruta, con sus manos todavía atadas. Atrás quedo el cartel, el cual destrozaron hasta tirar al suelo la chapa y poder sacar las cuerdas por arriba del hierro que sostenía la estructura

-Flaco: (cantando) Estaba la pájara pinta a la sombra del verde limón…

-Pancho: (cantando) Con el pico picaba la rama, con las alas recoge la flor…

-Flaco: (Girando su cabeza hacia atrás) No me digas que se avivaron que nos escapamos y vienen a terminar el trabajo

-Pancho: Parece que sí. ¡No!

Desde el fondo de la ruta, dos figuras a caballo se acercan a ellos.

-Martin: ¿Quieren que les demos una mano?

-Flaco: Más vale soltanos las manos

Usando un cuchillo rompen las cuerdas y los liberan

-Bautista: Salió todo bien

-Flaco: Si. Otro día en la oficina

-Martin: No creo que echen de menos lo que llevamos

-Flaco: Pfff, no van a venir a buscarlo

-Pancho: ¡Esperen! ¿Alguno me quiere explicar que paso?

-Bautista: Cuando me fui con el Flaco nos encontramos a Sabrina. Le dijimos lo que pasaba y nos prometió darnos una mano si todo se iba a la mierda. Hasta fue a ganar tiempo con el padre mientras el Flaco intentaba buscar las armas

-Flaco: No contábamos con lo de Pedro, pero salió bastante bien

-Martin: Tampoco con el golpe que me lleve yo.

-Flaco: Si, ¿estás bien no? No porque me importe

-Martin: Si. Gracias por la preocupación. De todos. Bueno. Acá estamos. ¿Y ahora?

-Bautista: Claro, ¿y ahora?

-Pancho: ¿Buenos Aires?

-Flaco: Buenos Aires

-Martin: Tenemos un tramo largo

-Flaco: Tenemos los caballos

-Bautista: No tenemos comida

-Flaco: Tampoco optimismo

-Pancho: Nos va a llevar semanas, pero quizás sea lo mejor

-Martin: Es lo único que deberíamos pensar

Suben a los dos caballos y comienzan a desandar el camino lentamente

-Pancho: Che, ¿por acá hay parrillas?

Los cuatro echan a reír.

Survive: A Story of zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora