-Martin: Con un par de palas vamos a andar más o menos bien, ¿no?
-Agustín: Solo tenemos que llegar, como sea. Si encontramos lo que espero, va a ser muy fácil volver
-Martin: Sea lo que sea que encontremos, nos va a ser muy útil.
-Agustín: ¿Estás listo? Chechu no está y Pancho tampoco. Vamos antes que se den cuenta
-Martin: Vamos, no quiero que se metan en esto. Ni quiero averiguar si les gusta la idea o no
Pancho está parado arriba del techo de la casa, mirando hacia la nada fijamente
-Chechu: Hey. ¿Qué haces? ¿Hola? ¿Tenes señal acá arriba?
-Pancho: Pueden aparecer en cualquier momento. Doblando la esquina y corriendo para acá.
-Chechu: Si. Pero estar acá día y noche no hace que vengan más rápido
-Pancho: Chechu, siento que lo abandone
-Chechu: No lo abandonaste, no tenías opciones
-Pancho: Pude agarrar las pistolas de los muertos y ayudarlo, él tenía el rifle. En vez de eso, simplemente me fui.
-Chechu: Mira, bajemos de acá y descansemos. Comemos algo y podemos ir a buscarlo. Seguro Martin y Agustín nos van a dar una mano. ¿Qué decís?
-Pancho: Dame un minuto.
Agustín y Martin caminan por la calle, muy lejos de la casa. Observan los hogares abandonados, los comercios saqueados. La naturaleza poco a poco ha recobrado su presencia en las edificaciones humanas.
Llegan hasta una cuadra repleta de autos a ambos lados.
-Agustín: Yo recorro los de enfrente, vos fíjate estos. Alguno tiene que andar
-Martin: Golpea los vidrios primero, no sea cosa que hayan bichos adentro
Ambos se disponen a husmear en los autos, golpeando los autos y luego revisándolos, en busca de alguno que funcione.
Una alarma estridente suena desde uno de ellos, atrayendo a los zombies de los alrededores. Martin rompe el vidrio de la puerta del conductor y logra abrir el auto desde adentro. Agustín abre el capot e intenta hacer arrancar el auto.
Lentamente más de diez zombies se aparecen casi por arte de magia y se abalanzan sobre el auto. Martin intenta defenderse con la pala, mientras Agustín logra hacer funcionar el motor
-Martin: ¡Agárrate!
Agustín se sube al motor y se sujeta de donde puede, mientras Martin acelera y sale rápidamente de allí, hasta una calle despejada, para permitirle a Agustín subir al auto.
Pone primera y siguen su camino, hasta llegar a destino. Paran en una esquina, rodeada de autos chocados y abandonados, papeles y basura: es una de las comisarías de la ciudad.
Bajan con las palas, reventando a todos los zombies que se abren paso hacia ellos. Rompen la puerta de madera del lugar, haciendo estallar los vidrios.
Se dirigen directamente a las oficinas en donde se guardan las armas
-Agustín: Ligamos. Apenas se han robado algo
-Martin: Si es que había mucho más. Mira, chalecos antibala. Agárralos a todos.
-Agustín: Macanas, pistolas, gases lacrimógenos…Nos sacamos la lotería
-Martin: Agarremos esos bolsos y carguemos todo
El sonido de alguien golpeando los barrotes los saca de su tranquilidad. Salen de la oficina y caminan a la zona de los calabozos. Allí encuentran al zombie de un joven, junto a varios cadáveres más.
-Agustín: ¿Los milicos encerraron a un infectado junto a gente común y se fueron?
-Martin: Che, no veo que este mordido.
-Agustín: Tiene que estar, ni me voy a gastar en buscar. No creo que volvamos, así que dejémoslo ahí.
Cierran la puerta que conduce a los calabozos. Revuelven el lugar en busca de comida, munición o algo útil. Cargan los bolsos con municiones y armas en la parte de atrás del auto y retoman el camino a la casa, volando por las calles vacías, hasta que de repente…
-Martin: Uf, cagamos
-Agustín: ¿Qué pasa que vamos lento? ¿Se quedó sin nafta?
-Martin: Creo que se murió la batería o se rompió algo.
Martin se baja, abre el capot, dejando salir una enorme columna de humo blanco
-Agustín: ¡Habemus papam!
-Martin: (Sonríe) Murió esto, che.
-Agustín: Tendríamos que haber agarrado alguna camioneta de la policía
-Martin: Tarde. Junta todo antes que los bichos estos vean el humo y nos sigan.
-Agustín: Si, no quiero gastar balas en gente muerta. Por ahora
-Martin: Si. Cada una de estas tiene el nombre del hijo de puta que nos secuestro
-Agustín: Amen.
-Martin: ¿Crees que los chalecos antibalas sirvan contra los zombies?
-Agustín: Posiblemente. Aunque prefiero no averiguarlo. Prepárate para correr, ahí varios de ellos por allá
-Martin: Rajemos por la vereda
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Survive: A Story of zombies
HorrorAño 2014. Un virus creado por la OTAN durante la guerra fría se desata en África. Los reportes son tan claros como increíbles: los muertos regresan de su estado terminal y atacan a los vivos. A pesar de todo, el Mundial de Brasil se desarrolla no...