#14 Police

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-Martin: Con un par de palas vamos a andar más o menos bien, ¿no?

-Agustín: Solo tenemos que llegar, como sea. Si encontramos lo que espero, va a ser muy fácil volver

-Martin: Sea lo que sea que encontremos, nos va a  ser muy útil.

-Agustín: ¿Estás listo? Chechu no está y Pancho tampoco. Vamos antes que se den cuenta

-Martin: Vamos, no quiero que se metan en esto. Ni quiero averiguar si les gusta la idea o no

Pancho está parado arriba del techo de la casa, mirando hacia la nada fijamente

-Chechu: Hey. ¿Qué haces? ¿Hola? ¿Tenes señal acá arriba?

-Pancho: Pueden aparecer en cualquier momento. Doblando la esquina y corriendo para acá.

-Chechu: Si. Pero estar acá día y noche no hace que vengan más rápido

-Pancho: Chechu, siento que lo abandone

-Chechu: No lo abandonaste, no tenías opciones

-Pancho: Pude agarrar las pistolas de los muertos y ayudarlo, él tenía el rifle. En vez de eso, simplemente me fui.

-Chechu: Mira, bajemos de acá y descansemos. Comemos algo y podemos ir a buscarlo. Seguro Martin y Agustín nos van a dar una mano. ¿Qué decís?

-Pancho: Dame un minuto.

Agustín y Martin caminan por la calle, muy lejos de la casa. Observan los hogares abandonados, los comercios saqueados. La naturaleza poco a poco ha recobrado su presencia en las edificaciones humanas. 

Llegan hasta una cuadra repleta de autos a ambos lados.

-Agustín: Yo recorro los de enfrente, vos fíjate estos. Alguno tiene que andar

-Martin: Golpea los vidrios primero, no sea cosa que hayan bichos  adentro

Ambos se disponen a husmear en los autos, golpeando los autos y luego revisándolos, en busca de alguno que funcione. 

Una alarma estridente suena desde uno de ellos, atrayendo a los zombies de los alrededores. Martin rompe el vidrio de la puerta del conductor y logra abrir el auto desde adentro. Agustín abre el capot e intenta hacer arrancar el auto.  

Lentamente más de diez zombies  se aparecen casi por arte de magia y se abalanzan sobre el auto. Martin intenta defenderse con la pala, mientras Agustín logra hacer funcionar el motor

-Martin: ¡Agárrate!

Agustín se sube al motor y se sujeta de donde puede, mientras Martin acelera y sale rápidamente de allí, hasta una calle despejada, para permitirle a Agustín subir al auto.

Pone primera y siguen su camino, hasta llegar a destino. Paran en una esquina, rodeada de autos chocados y abandonados, papeles y basura: es una de las comisarías de la ciudad.

Bajan con las palas, reventando a todos los zombies que se abren paso hacia ellos. Rompen la puerta de madera del lugar, haciendo estallar los vidrios. 

Se dirigen directamente a las oficinas en donde se guardan las armas

-Agustín: Ligamos. Apenas se han robado algo

-Martin: Si es que había mucho más. Mira, chalecos antibala. Agárralos a todos.

-Agustín: Macanas, pistolas, gases lacrimógenos…Nos sacamos la lotería

-Martin: Agarremos esos bolsos y carguemos todo

El sonido de alguien golpeando los barrotes los saca de su tranquilidad. Salen de la oficina y caminan a la zona de  los calabozos. Allí encuentran al zombie de un joven, junto a varios cadáveres más.

-Agustín: ¿Los milicos encerraron a un infectado junto a gente común y se fueron?

-Martin: Che, no veo que este mordido.

-Agustín: Tiene que estar, ni me voy a gastar en buscar. No creo que volvamos, así que dejémoslo ahí.

Cierran la puerta que conduce a los calabozos. Revuelven el lugar en busca de comida, munición o algo útil. Cargan los bolsos con municiones y armas en la parte de atrás del auto y retoman el camino a la casa, volando por las calles vacías, hasta que de repente…

-Martin: Uf, cagamos

-Agustín: ¿Qué pasa que vamos lento? ¿Se quedó sin nafta?

-Martin: Creo que se murió la batería o se rompió algo.

Martin se baja, abre el capot, dejando salir una enorme columna de humo blanco

-Agustín: ¡Habemus papam!

-Martin: (Sonríe) Murió esto, che.

-Agustín: Tendríamos que haber agarrado alguna camioneta de la policía

-Martin: Tarde. Junta todo antes que los bichos estos vean el humo y nos sigan.

-Agustín: Si, no quiero gastar balas en gente muerta. Por ahora

-Martin: Si. Cada una de estas tiene el nombre del hijo de puta que nos secuestro

-Agustín: Amen.

-Martin: ¿Crees que los chalecos antibalas sirvan contra los zombies?

-Agustín: Posiblemente. Aunque prefiero no averiguarlo. Prepárate para correr, ahí varios de ellos por allá

-Martin: Rajemos por la vereda

Survive: A Story of zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora