El Flaco y Federico se acercan lentamente a una casa. Ambos tienen un par de mochilas y tubos de hierro, arrancados de algún baño destruido. Golpean la puerta para atraer a los posibles zombies de adentro.
Esperan unos instantes, sin escuchar nada, hasta que tibiamente escuchan pasos que se acercan a la puerta. Ambos empuñan los tubos, preparados para abrir la puerta y atacar a lo que sea que salga. De repente la puerta se abre y tras ella aparece un anciano, vestido con una camisa blanca a rayas grises y una boina marrón
-Flaco: Hola.
-Pedro: Pedro, mi nombre. Por favor, les doy comida si quieren, pero váyanse y no nos hagan nada
-Flaco: No, está bien. Pensamos que había algún zombie adentro y no queríamos ser mordidos.
-Pedro: Entiendo.
-Flaco: Mire, estamos de paso. Tenemos un lugar propio y estamos tratando de llegar, pero hay muchos de estos bichos por ahí. No tenemos comida ni agua
-Pedro: Dejen esos caños afuera y pueden pasar.
Ambos hacen lo que Pedro les pide e ingresan en la casa, doblan a la derecha y se sientan en el living. Una mujer se acerca a ellos con unas latas y agua
-Pedro: Ella es mi hija, Romina. Ha bancado este lugar, trayéndonos comida que los vecinos dejaron tirada. Pero se está acabando de apoco.
-Romina: Treparse por las medianeras y recorrer las casas vecinas es algo más fácil. No creo estar preparada para salir afuera
-Flaco: Nadie lo está realmente
-Pedro: Sin embargo bastante bien les va. Además son jóvenes, eso es una ventaja clave en este mundo nuevo que vivimos. Lo único que puedo hacer es encerrar a la familia en una habitación y esperar que todo pase
-Federico: ¿Sufrieron muchos ataques?
-Pedro: Varios. Tuve que cambiar la puerta varias veces. Ya ni me acuerdo cuantas. Esos bichos no me molestan, lo que me enoja es la gente. Vecinos, gente conocida, alguno que te cruzabas en el banco o en el cine. Y vienen, te amenazan y te roban la poca comida. Por eso les pedí que dejen todo afuera, ya no se puede confiar.
-Flaco: Lamentablemente es así. Ya no sabes con quien tratas
Se escucha unos golpes, acompañados de alguien tosiendo. Pedro y Romina se miran y esta última sale rápidamente
-Flaco: ¿Está todo bien?
-Pedro: Es mi mujer, María. Está enferma del corazón. Creo que es más dura que todos nosotros juntos, se banco todo esto. Pero casi no tenemos más de las pastillas que necesita. Es todo para mi hija y a mí me sigue manteniendo vivo
-Flaco: ¿Sabe que pastilla necesita?
-Pedro: Si, tengo las recetas en el bolsillo
-Flaco: Si nos dejan dormir acá, nosotros se las traemos.
-Pedro: Los voy a dejar dormir acá, parecen buena gente. Pero no voy a pedirles que arriesguen su vida cuando ni siquiera yo lo hago.
-Flaco: Vamos a hacerlo igual.
Corren unas diez cuadras desde ese lugar, evitando a los zombies escondiéndose tras los autos que van encontrando, hasta llegar a la farmacia de la avenida.
-Flaco: Creo que esta vacía. Cubrime
-Federico: ¿Y si te cubro desde acá? Digo, no parece ser peligroso
-Flaco: No seas cagon
-Federico: Si pasa algo acá afuera, yo te aviso. Y si pasa algo adentro, vos me avisas.
El Flaco suspira e ingresa dentro de la farmacia. Salta el mostrador y gatea entre los estantes, buscando en cada uno de ellos. Fuera se escucha una frenada. El Flaco intenta observar desde el costado del mostrador la situación. Allí distingue una camioneta y varias personas de aspecto similar al grupo enviado a la plaza
-Enviado: ¿¡Esta con vos alguno más!? Respóndeme o te quemo
-Federico: No, no. Estoy yo solo, buscando cosas. Me estaba por ir.
-Enviado: Ah, ¿te estabas por ir? Bueno, Veni que te llevamos. Llévalo. Este debe uno de los ladrones de comida, llévenlo con Facundo.
Suben a Federico a la camioneta y, casi derrapando, doblan la esquina
Lentamente el Flaco sale de la farmacia, observando a lo lejos la camioneta alejarse. Pone las pastillas en su mochila y corre de regreso a la casa de familia.
Golpea varias veces la puerta, hasta que Pedro le abre. Le muestra la bolsa con pastillas y tanto el cómo su hija lo abrazan
-Pedro: Gracias. Significa mucho. Toma Romina, llévaselas. Escúchame, ¿y tu compañero?
-Flaco: Se lo llevaron. Andan unos locos sueltos, Pedro. No sé dónde están. No sé quiénes son. Pero son peligrosos
-Pedro: Cuantos canallas siguen vivos.
-Flaco: Tengo que volver cuanto antes a casa
-Pedro: ¿Tenes un lugar seguro? ¿Realmente seguro?
-Flaco: Eso nos gusta creer.
-Pedro: ¿Tienen espacio? ¿Comida? Perdón, es que no sé cuánto más vamos aguantar acá.
-Flaco: Tenemos que solucionar el problema con estos secuestradores antes de decir que estamos seguros. Pero les prometo volver y llevarlos. Resistan.
El Flaco se pone su mochila y sale corriendo por la calle. Pedro lo observa desde la puerta
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Survive: A Story of zombies
HorrorAño 2014. Un virus creado por la OTAN durante la guerra fría se desata en África. Los reportes son tan claros como increíbles: los muertos regresan de su estado terminal y atacan a los vivos. A pesar de todo, el Mundial de Brasil se desarrolla no...