Martin y Pancho salieron cada uno por un extremo, rodeando el campamento, intentando caminar lo más sigilosamente posible sin despertar a los que estaban dentro de las carpas. Mientras, el Flaco se acercó a la carpa restante, que estaba sin ocupar y quitó el parante del medio, dejando que se desplome. El ruido de la caída hizo que se vieran movimientos y se escucharan voces en la otra carpa. Ante el primero que salió de ella, Martin se abalanzó y colocó su cuchillo en su garganta, obligándolo a arrodillarse. El segundo, quien intento embestir a Martin, fue golpeado por Pancho y luego el Flaco coloco el parante sobre su pecho.
-Flaco: ¿Cuántos son?
-Hombre: Cinco.
-Flaco: Que salgan todos. Y nada de boludeces porque aquel se muere.
-Mujer: Por favor, no queremos problemas. Llévense lo que quieran.
-Pancho: Acá dentro de la carpa esta toda la comida.
-Flaco: Genial. Mete todo dentro de la bolsa.
-Martin: ¿Y qué hacemos con estos?
-Flaco: Tengo una idea.
El Flaco clavó el parante en el pasto, atravesando la ropa de su rehén y clavándolo también al piso. Volvió a la carpa que había desarmado y comenzó a quitarle las cuerdas, hasta que las quito todas. Luego, hizo lo mismo con la otra, hasta tener suficiente. Las repartió entre sus compañeros y entre los tres comenzaron a atar a las cinco personas, dejándolas sentadas en el pasto, alrededor de los restos extintos de la fogata de la noche anterior.
-Mujer: Por favor, no se lleven todo.
-Hombre: No pueden dejarnos así.
-Martin: No sería la primera vez.
-Hombre: Son unos asquerosos. La gente trata de sobrevivir como puede y ustedes viven de robarles a todos.
-Flaco: Si, somos políticos. ¿Alguien quiere votar?
-Hombre: ¿Y no tienen conciencia? ¿Cómo pueden dormir haciendo esto?
-Pancho: Tenemos nuestras razones. Además, ustedes también hicieron algo malo. ¿De dónde sacaron esta comida?
-Hombre: ¿Qué te importa?
-Martin: Yo no le respondería así a gente con cuchillos.
-Pancho: Esto lo robaron. Y nosotros venimos a buscarlo. Nada más.
-Mujer: Y nada menos. ¿Y encima nos atan y rompen todo?
-Flaco: Agradece que venimos nosotros, que no tenemos nada que ver con esa gente. Solamente hacemos lo que tenemos que hacer. Es sobrevivir.
-Hombre: Nosotros también. No tiene nada de malo sobrevivir. Pero ustedes están del lado equivocado. Pelean del lado de los malos.
-Flaco: No creo que haya buenos ni malos. Son cosas que pasan. Como sea, gracias por todo.
-Mujer: ¿Se van y nos dejan para morir de hambre? ¿O atacados?
-Martin: Uno de ustedes no está bien atado. Si son inteligentes, sabrán que hacer con eso. Pero no quieran hacerse los héroes.
-Pancho: Vamos. Buena suerte, gente.
-Hombre: Muéranse. Ustedes y todos esos del Jardín.
Los tres toman las bolsas con comida y todo lo robado, cargándolo en sus espaldas y alejándose lentamente. Pronto se dan cuenta que están perdidos, por lo que el Flaco agarra la bolsa de Martin y le permite que se adelante, intentando seguir el rastro dejado por el Jeep e intentar regresar.
-Pancho: ¿No te parece raro todo esto?
-Flaco: ¿Qué cosa? Realmente nada me sorprende ahora.
-Pancho: Estos tipos....y esa mina, nos mandan a recuperar esto en medio de la nada y ahora tenemos que ver cómo hacemos para volver, sin ningún tipo de referencia. Es como si no quisieran que regresemos.
-Flaco: Creo que ya saben que jamás seremos como todos los otros que viven ahí. A lo mejor nos quieren probar.
-Pancho: ¿Probar?
-Flaco: Acá estamos llevando cinco panes, unas latas y puré de tomate. Esto no tiene ningún valor para estos tipos. Pero viste como piensan.
-Pancho: Todos tienen que ser útiles...
-Flaco: Más vale que Martin le emboque al camino y podamos volver.
-Pancho: ¿Y sino?
-Flaco: Ni quiero pensarlo. Tenemos que regresar por Gabriela y Luis.
Mientras ambos conversaban, a lo lejos, Martin levantó su brazo derecho y les hizo una señal indicándoles por donde ir y que lo sigan. El Flaco y Pancho se miraron y asintieron, comenzando a caminar mas rápido.
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Survive: A Story of zombies
HororAño 2014. Un virus creado por la OTAN durante la guerra fría se desata en África. Los reportes son tan claros como increíbles: los muertos regresan de su estado terminal y atacan a los vivos. A pesar de todo, el Mundial de Brasil se desarrolla no...