Mientras el grupo estaba reunido en la cocina, escucharon algunos disparos. En seguida, los disparos fueron acompañados por gritos y corridas en las calles internas. Luego, un portazo y alguien que entró corriendo a la casa. Era Marcelo.
-Marcelo: Se pudrió todo.
-Gabriela: ¿Y eso que significa?
-Marcelo: Cago fuego Oscar. Parece que acá no hay elecciones ni nada parecido, pero todos quieren dirigir esto. Se rebelaron los de patrulla.
-Joaco: ¿Cuántos son?
-Marcelo: Diez, quince. Entraron al depósito de armas y quisieron saquearlo a los tiros. Nosotros lo defendimos, pero no daba para más.
-Flaco: ¿Dónde están los demás?
-Marcelo: Agarraron algunos rifles y pistolas y se escondieron en las plantaciones. Acacia se atrinchero en la enfermería.
-Flaco: Bueno, ella va a estar segura. No se va a meter a matar a los enfermos y necesitan médicos. ¿Podemos salir y buscar al resto?
-Marcelo: Podemos intentarlo, pero afuera están patrullando.
-Martin: Vayamos por los patios y demos la vuelta. Nadie nos va a ver.
-Gabriela: Vamos.
-Flaco: Vos gordo cuida a tu hijo. Los demás vamos a defender este lugar.
-Chechu: Estas loco, los van a matar.
-Flaco: Si no hacemos nada van a matar a los otros.
-Chechu: Entonces decile que entreguen las armas o que vengan a esconderse con nosotros.
-Marcelo: Imposible, saben quiénes son. Si ganan, los matan.
-Chechu: Es igual. Es una misión suicida.
-Flaco: Yo no voy a vivir en un lugar dirigido por estos tipos. No te estoy preguntando, vamos a ir igual.
-Marcelo: Déjenme ir adelante, yo puedo defenderme a los tiros.
Marcelo, el Flaco, Joaco, Gabriela y Martin salieron uno a uno por la puerta trasera, hasta llegar al patio. Desde allí, saltaron la pequeña medianera hasta la casa contigua y continuaron avanzando, hasta llegar a la última casa de la cuadra. Martin se adelantó y logró forzar la puerta trasera, permitiendo que todos se metan dentro de la casa. Una vez dentro, se dirigieron a la ventana para observar lo que ocurría en la calle.
-Flaco: ¿Crees que podremos con ellos?
-Martin: Depende. ¿Podes correr rápido?
-Flaco: Gabriela, Marcelo: cúbrannos.
-Gabriela: hecho.
El Flaco y Martin salieron lentamente de la casa, semi-agachados y avanzando lentamente por la vereda, hasta alcanzar la calle. Allí, saltaron sobre dos miembros de la patrulla y los arrojaron al piso. Antes de que pudieran levantarse, Gabriela coloco su cuchillo en la garganta de uno de ellos y Marcelo corrió al frente, apuntándolos con el rifle.
-Marcelo: Quietos. Nada de gritos.
-Hombre: Están muertos.
-Martin: Vos vas a estar muerto si no cerras el culo.
-Flaco: Llévenlos adentro y atenlos.
-Gabriela: ¿Y ustedes?
-Flaco: Vamos por los demás.
Mientras los miembros de la patrulla eran escoltados hacia dentro de la casa, el Flaco y Martin se escabulleron por la calle, escondiéndose de los grupos que recorrían la zona y logrando llegar a los cultivos, prácticamente abandonados. Cuando estaban a punto de internarse en los campos de maíz, Pedro, Ricardo y Florencia aparecen por detrás, cargando un arsenal.
-Martin: Tienen más pistolas que gente.
-Ricardo: No me digan que solamente ustedes dos están para defender esto.
-Flaco: Tenemos algunos más. ¿Seguros que lo podemos defender?
-Florencia: Es la única solución. O nos vamos.
-Pedro: Tenemos comida y algunas cosas en el colectivo para huir. Podemos hacerlo también.
-Ricardo: Podemos pelear y arriesgar nuestras vida. O podemos irnos.
-Martin: Es lo que paso en la casa una y otra vez.
-Flaco: Pero ahora tengo una idea.
Mientras tanto, en la plaza principal el grupo de patrulla y sus líderes cargaban con el cuerpo de Oscar, con la intención de colgarlo allí y exhibirlo a todos los habitantes de la Finca.
-Hombre: Póngalo donde todos los vean. Y que vengan todos y cada uno de los que vive acá en media hora. Quiero que conozcan quien es el nuevo líder.
Lentamente, pero en aumento, gritos, ruidos y murmullos se escuchaban desde las calles que desembocaban en la entrada. Segundos después, varios miembros de la patrulla aparecieron corriendo, escapando de algo y agitando los brazos. Detrás de ellos, una turba armada con palos, fierros, cuchillos, lanzas improvisadas y cañas. Los que intentaban ocupar el poder, rápidamente los reconocieron: eran los salvajes que habían sido capturados y servían como esclavos.
-Hombre: ¡Disparen!
Una balacera cayó sobre los salvajes que corrían calle abajo, haciendo que muchos de ellos mueran instantáneamente o fueran gravemente heridos. Sin embargo, eran mayor en número a los rebeldes por lo que pronto estos fueron superados y la lucha paso a ser cuerpo a cuerpo. Los muertos se iban acumulando y el grupo de patrulla comenzaba a retirarse, mientras los salvajes trepaban por la puerta principal y escapaban por el otro lado.
-Hombre: ¡Están escapando! ¡Reagrúpense!
-Martin: ¡Quédate quieto!
-Flaco: ¡Quédense todos donde están o no queda nadie vivo!
Detrás de los rebeldes, estaban todos los miembros del grupo, incluyendo a Pancho, Romina y Acacia, más los rehenes que habían conseguido.
-Marcelo: ¡No intenten ninguna gilada o sus amigos revientan!
-Hombre: No se crean que van a ganar. Conozco todas sus caras. Van a morir.
Lentamente depusieron las armas y se rindieron, levantando los brazos y colocándolos sobre sus cabezas.
-Gabriela: ¿Qué hacemos con todos estos?
-Flaco: Llévenlos a los galpones y déjenlos ahí.
-Martin: ¡Ya escucharon! ¡Muevan el culo!
Gabriela, Martin, Joaco y Marcelo llevan a todos los rebeldes hasta la parte más lejana de la finca. En su marcha, todos los habitantes del lugar observan la situación, saliendo a la calle y a la plaza.
-Pancho: ¿Están todos bien?
-Flaco: ¿Qué haces acá? ¿Y Luis?
-Pancho: Esta con Chechu. Y está bien.
-Flaco: Me alegro.
-Pancho: Creo que tenes que decir algo.
Alrededor de ambos se había formado un enorme grupo de gente, entre hombres, mujeres, niños y ancianos, que observaban los cuerpos de los caídos en el combate y a los rebeldes escoltados a su prisión.
-Flaco: Lo que paso está a la vista. Hemos perdido a Oscar, que mantuvo este lugar funcionando y seguro. También hemos perdido a aquellos que arriesgaban su vida para defendernos, porque demostraron que solamente querían controlarlo todo. Vayan a sus casas y descansen. Ahora empezamos un nuevo camino y será el futuro de todos. Nos vemos mañana para que decidamos como continuar. Muchas gracias.
-Pancho: (susurrando) Vas a tener mucho trabajo, líder.
-Flaco: Ya se. Solamente espero que me lo hagan fácil.
-Pancho: ¿Algo especial para empezar?
-Flaco: Fíjate que estén bien encerrados. Después que vuelvan, tenemos que reforzar la entrada y los muros. Que me busquen por allá.
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Survive: A Story of zombies
HorrorAño 2014. Un virus creado por la OTAN durante la guerra fría se desata en África. Los reportes son tan claros como increíbles: los muertos regresan de su estado terminal y atacan a los vivos. A pesar de todo, el Mundial de Brasil se desarrolla no...