#78 Putsh

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Mientras el grupo estaba reunido en la cocina, escucharon algunos disparos. En seguida, los disparos fueron acompañados por gritos y corridas en las calles internas. Luego, un portazo y alguien que entró corriendo a la casa. Era Marcelo.

-Marcelo: Se pudrió todo.

-Gabriela: ¿Y eso que significa?

-Marcelo: Cago fuego Oscar. Parece que acá no hay elecciones ni nada parecido, pero todos quieren dirigir esto. Se rebelaron los de patrulla.

-Joaco: ¿Cuántos son?

-Marcelo: Diez, quince. Entraron al depósito de armas y quisieron saquearlo a los tiros. Nosotros lo defendimos, pero no daba para más.

-Flaco: ¿Dónde están los demás?

-Marcelo: Agarraron algunos rifles y pistolas y se escondieron en las plantaciones. Acacia se atrinchero en la enfermería.

-Flaco: Bueno, ella va a estar segura. No se va a meter a matar a los enfermos y necesitan médicos. ¿Podemos salir y buscar al resto?

-Marcelo: Podemos intentarlo, pero afuera están patrullando.

-Martin: Vayamos por los patios y demos la vuelta. Nadie nos va a ver.

-Gabriela: Vamos.

-Flaco: Vos gordo cuida a tu hijo. Los demás vamos a defender este lugar.

-Chechu: Estas loco, los van a matar.

-Flaco: Si no hacemos nada van a matar a los otros.

-Chechu: Entonces decile que entreguen las armas o que vengan a esconderse con nosotros.

-Marcelo: Imposible, saben quiénes son. Si ganan, los matan.

-Chechu: Es igual. Es una misión suicida.

-Flaco: Yo no voy a vivir en un lugar dirigido por estos tipos. No te estoy preguntando, vamos a ir igual.

-Marcelo: Déjenme ir adelante, yo puedo defenderme a los tiros.

Marcelo, el Flaco, Joaco, Gabriela y Martin salieron uno a uno por la puerta trasera, hasta llegar al patio. Desde allí, saltaron la pequeña medianera hasta la casa contigua y continuaron avanzando, hasta llegar a la última casa de la cuadra. Martin se adelantó y logró forzar la puerta trasera, permitiendo que todos se metan dentro de la casa. Una vez dentro, se dirigieron a la ventana para observar lo que ocurría en la calle.

-Flaco: ¿Crees que podremos con ellos?

-Martin: Depende. ¿Podes correr rápido?

-Flaco: Gabriela, Marcelo: cúbrannos.

-Gabriela: hecho.

El Flaco y Martin salieron lentamente de la casa, semi-agachados y avanzando lentamente por la vereda, hasta alcanzar la calle. Allí, saltaron sobre dos miembros de la patrulla y los arrojaron al piso. Antes de que pudieran levantarse, Gabriela coloco su cuchillo en la garganta de uno de ellos y Marcelo corrió al frente, apuntándolos con el rifle.

-Marcelo: Quietos. Nada de gritos.

-Hombre: Están muertos.

-Martin: Vos vas a estar muerto si no cerras el culo.

-Flaco: Llévenlos adentro y atenlos.

-Gabriela: ¿Y ustedes?

-Flaco: Vamos por los demás.

Mientras los miembros de la patrulla eran escoltados hacia dentro de la casa, el Flaco y Martin se escabulleron por la calle, escondiéndose de los grupos que recorrían la zona y logrando llegar a los cultivos, prácticamente abandonados. Cuando estaban a punto de internarse en los campos de maíz, Pedro, Ricardo y Florencia aparecen por detrás, cargando un arsenal.

-Martin: Tienen más pistolas que gente.

-Ricardo: No me digan que solamente ustedes dos están para defender esto.

-Flaco: Tenemos algunos más. ¿Seguros que lo podemos defender?

-Florencia: Es la única solución. O nos vamos.

-Pedro: Tenemos comida y algunas cosas en el colectivo para huir. Podemos hacerlo también.

-Ricardo: Podemos pelear y arriesgar nuestras vida. O podemos irnos.

-Martin: Es lo que paso en la casa una y otra vez.

-Flaco: Pero ahora tengo una idea.

Mientras tanto, en la plaza principal el grupo de patrulla y sus líderes cargaban con el cuerpo de Oscar, con la intención de colgarlo allí y exhibirlo a todos los habitantes de la Finca.

-Hombre: Póngalo donde todos los vean. Y que vengan todos y cada uno de los que vive acá en media hora. Quiero que conozcan quien es el nuevo líder.

Lentamente, pero en aumento, gritos, ruidos y murmullos se escuchaban desde las calles que desembocaban en la entrada. Segundos después, varios miembros de la patrulla aparecieron corriendo, escapando de algo y agitando los brazos. Detrás de ellos, una turba armada con palos, fierros, cuchillos, lanzas improvisadas y cañas. Los que intentaban ocupar el poder, rápidamente los reconocieron: eran los salvajes que habían sido capturados y servían como esclavos.

-Hombre: ¡Disparen!

Una balacera cayó sobre los salvajes que corrían calle abajo, haciendo que muchos de ellos mueran instantáneamente o fueran gravemente heridos. Sin embargo, eran mayor en número a los rebeldes por lo que pronto estos fueron superados y la lucha paso a ser cuerpo a cuerpo. Los muertos se iban acumulando y el grupo de patrulla comenzaba a retirarse, mientras los salvajes trepaban por la puerta principal y escapaban por el otro lado.

-Hombre: ¡Están escapando! ¡Reagrúpense!

-Martin: ¡Quédate quieto!

-Flaco: ¡Quédense todos donde están o no queda nadie vivo!

Detrás de los rebeldes, estaban todos los miembros del grupo, incluyendo a Pancho, Romina y Acacia, más los rehenes que habían conseguido.

-Marcelo: ¡No intenten ninguna gilada o sus amigos revientan!

-Hombre: No se crean que van a ganar. Conozco todas sus caras. Van a morir.

Lentamente depusieron las armas y se rindieron, levantando los brazos y colocándolos sobre sus cabezas.

-Gabriela: ¿Qué hacemos con todos estos?

-Flaco: Llévenlos a los galpones y déjenlos ahí.

-Martin: ¡Ya escucharon! ¡Muevan el culo!

Gabriela, Martin, Joaco y Marcelo llevan a todos los rebeldes hasta la parte más lejana de la finca. En su marcha, todos los habitantes del lugar observan la situación, saliendo a la calle y a la plaza.

-Pancho: ¿Están todos bien?

-Flaco: ¿Qué haces acá? ¿Y Luis?

-Pancho: Esta con Chechu. Y está bien.

-Flaco: Me alegro.

-Pancho: Creo que tenes que decir algo.

Alrededor de ambos se había formado un enorme grupo de gente, entre hombres, mujeres, niños y ancianos, que observaban los cuerpos de los caídos en el combate y a los rebeldes escoltados a su prisión.

-Flaco: Lo que paso está a la vista. Hemos perdido a Oscar, que mantuvo este lugar funcionando y seguro. También hemos perdido a aquellos que arriesgaban su vida para defendernos, porque demostraron que solamente querían controlarlo todo. Vayan a sus casas y descansen. Ahora empezamos un nuevo camino y será el futuro de todos. Nos vemos mañana para que decidamos como continuar. Muchas gracias.

-Pancho: (susurrando) Vas a tener mucho trabajo, líder.

-Flaco: Ya se. Solamente espero que me lo hagan fácil.

-Pancho: ¿Algo especial para empezar?

-Flaco: Fíjate que estén bien encerrados. Después que vuelvan, tenemos que reforzar la entrada y los muros. Que me busquen por allá.

Survive: A Story of zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora