#93 Last words

13 1 1
                                    

El Flaco acomodo a Chechu en el sofá que se encontraba allí, colocándole unas mantas y dos almohadas debajo de su cabeza, mientras se arrodilla a su lado, con Luis llorando en su regazo.

-Chechu: No va a parar de llorar...

-Flaco: ¿Debería tirarlo por la ventana?

-Chechu: Vas a ser un gran padre.

-Flaco: ¿Yo? ¿Padre? ¿Estas embarazada?

-Chechu (sonriendo): Hasta el último momento me haces reír.

-Flaco: Y lo voy a seguir haciendo porque vos vas a estar bien.

-Chechu: Esta bien, no tenes que hacer esto.

-Flaco: ¿Hacer qué?

-Chechu: Perder tu cordura. Pensalo un poco, mira donde estamos, mira como estoy. Tengo una flecha desangrándome por dentro. Yo....

-Flaco: Por favor no te mueras. Por favor. Podes tener otro novio, todos los que quieras. Pero te necesito conmigo.

-Chechu: Esto no funciona así.

-Flaco: Sin vos no va a funcionar. Si vos te morís, yo también.

-Chechu: No, no podes morirte. Por lo menos no ahora. Tenes algo que hacer, ya no es solo sobrevivir.

-Flaco: ¿Y que queres que haga? Esto no tiene fin.

-Chechu: Tenes que cuidar a ese bebe. Solamente te voy a dejar morir y venir conmigo cuando ese pibito este seguro.

-Flaco: ¿Ahora podes decidir cuándo vivo o muero?

-Chechu: Claro. Planeo volver como un fantasma. ¡Ah!

-Flaco: ¿¡Qué pasa!?

-Chechu: Creo que....el...el dolor se hace cada vez más...fuerte. Más fuerte.

-Flaco: Cecilia....

-Chechu: Quiero...quiero pedirte una última cosa. Cuando....cuando esto se termine, no dejes que me convierta en una de esas cosas.

-Flaco: Yo...

-Chechu: Tenes que hacerlo. Nadie merece terminar así. ¿Me lo prometes?

-Flaco: Si. Te lo prometo.

-Chechu: Déjame abrazar a Luis una última vez.

El Flaco toma a Luis y lo coloca en el pecho Chechu, quien lo rodea con sus brazos, apretándolo fuertemente. Ante esto, el pequeño bebe deja de llorar.

-Flaco: Tendrías que enseñarme a hacer eso.

-Chechu: Estate atento a que no me lo quiera comer.

-Flaco: Lo voy a proteger siempre. Te lo prometo.

-Chechu: Y cuida a los demás también. Cuídense entre todos.

-Flaco: Te amo.

-Chechu: Yo también te amo. Yo también.

Diez minutos después, mientras el Flaco sostenía la mano izquierda de Chechu y abrazaba a Luis, este observo como los ojos de ella se cerraron suavemente, para no volver a abrirse. En ese momento, tomo a Luis y lo quito de los brazos de Chechu, colocándolo suavemente sobre un almohadón, mirando hacia el otro lado. Luego se acercó al cuerpo inerte y la besó en la frente. Respiró hondo y clavo su cuchillo en la nuca, cumpliendo su promesa.

En el instante en que Luis comenzó a llorar de nuevo, el Flaco lo tomo en sus brazos, cubriéndolo con una manta y salió corriendo por la vereda, empuñando su cuchillo. A su alrededor siguen los combates y el humo del fuego parece más intenso. Pero ya no solo existe la amenaza de los lugareños y los salvajes, sino que puede rápidamente notar el avance de cientos de podridos por las calles. En medio de la confusión, logra divisar una cara conocida.

-Flaco: ¡Eh! ¡Hey! ¡Por acá!

La mujer a la que llamaba rápidamente se dio cuenta de sus gritos y, luego de atravesar con una estaca la cabeza de unos de los podridos, corre junto a él, abrazándolo y notando el bulto que lleva escondido.

-Romina: Pudiste salvarlo.

-Flaco: A medias. Chechu no lo logro.

-Romina: Dios mío. ¿Estás bien?

-Flaco: No. Pero intento estarlo.

-Romina: Esto se fue de control.

-Flaco: Si, estaba mejor planeado pero....

-Romina: ¡Cuidado!

Romina empuja al Flaco lo suficientemente a tiempo como para esquivar a un podrido que se abalanzaba sobre él. El Flaco le arroja el cuchillo a Romina, quien lo clava en el cráneo putrefacto de su atacante.

-Flaco: ¿Crees que podamos llegar al frente?

-Romina: Imposible. Son demasiados. ¡Y creo que nos están rodeando!

-Flaco: ¡Vamos! Tenemos que escondernos.

Ambos comenzaron a correr, directamente en dirección a la casa desde donde el Flaco había salido minutos antes. Cuando lograron llegar, los dos se dedicaron a cubrir las ventanas y asegurar la puerta con muebles. A poco de acabar, comenzaron a escuchar golpes, gemidos y gruñidos.

-Romina: Creo que nos siguieron.

-Flaco: Si lo hicieron. Y pronto van a ser más.

-Romina: ¿Y qué vamos a hacer? No sé cuánto puede durar esta puerta.

-Flaco: Algo se me va a ocurrir.

Survive: A Story of zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora