#69 Tasks

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La mañana había llegado al country convertido en comunidad de sobrevivientes y con ello las actividades se habían disparado. Durante el día, las calles frente a las casas se poblaban de decenas de personas caminando, charlando, niños jugando a la pelota, paseando en bicicleta o corriendo. El Flaco caminaba por el medio de la calle, observando todos estos movimiento con demasiada extrañeza. Al mismo tiempo, los residentes miraban su figura desharrapada y enjuta como algo raro dentro de aquel ambiente. Pronto salió de allí, refugiándose en un pequeño callejón apartado y donde la sombra ocultaba sus actos. Al cabo de unos minutos, llego al lugar que deseaba: la casa de Chechu.

Se ocultó detrás de una pila de cajas y bolsas de basura, mientras observaba fijamente aquella casa. Tenía un nulo movimiento, comparada con las demás y pudo notar que todas las cortinas estaban cerradas. Estaba a punto de irse, cuando escucho un ruido y vio como la puerta principal se abría. De las sombras del interior salió Cecilia, haciéndolo sonreír. Se preparó para ponerse de pie e inventar una excusa para su camuflaje, pero volvió a detenerse en seco cuando detrás de ella salió otro hombre. Tenía un bastón y una bata de dormir verde con cuadrados y rombos azul oscuro. Chechu le dijo algo al oído y luego se besaron. El Flaco nuevamente estuvo a punto de salir de su escondite y correr hacia la puerta, pero se contuvo. Vio como la mujer que tanto había esperado se despedía del hombre y se iba calle abajo. Luego, cuando se perdió de vista, abandono su posición detrás de la basura y camino hasta el frente de la casa. Sacudió la cabeza repetidamente y regresó por el mismo lugar, aunque esta vez los demás vecinos vieron una expresión más lúgubre en su rostro.

Mientras tanto, Tomas se había despertado temprano y cruzado media Finca hasta el sector que denominaban plaza, frente a la entrada. Golpeo repetidamente la puerta, casi con el mismo ritmo con que lo había hecho Pancho el día anterior. Fue inconsciente, pero aun así sucedió. Al cabo de un minuto, la puerta se abrió.

-Oscar: ¿Tomas? Buen día. ¿Qué haces acá?

-Tomas: Buenos días, perdón molestarte, pero no podía aguantar un minuto más sin hablarte.

-Oscar: ¿Tan urgente es que no podes pasar a tomar unos mates?

-Tomas: Podemos hacer ambas cosas.

Oscar invito al recién llegado a pasar y ambos se sentaron en el living, que tenía un enorme ventanal que daba a la calle principal.

-Oscar: Ahora sí, ¿Qué te tiene tan preocupado?

-Tomas: Primero es un pedido. El padre de futuro mi nieto o nieta, parte de los recién llegados, quiere casarse con mi hija.

-Oscar: ¿Qué asunto, no? Digo, sé que tuvieron problemas y quisiste matarlos.

-Tomas: ¿Matarlos? Quien te dijo eso, claramente mintió.

-Oscar: ¿Y cómo llamas el dejarlos atados a una señal en medio de la nada? Rodeados de estos monstruos, ¿no es una sentencia de muerte?

-Tomas: No justifico nada, solamente quisiera explicar el contexto.

-Oscar: Quisieras que me expliques que cambio.

-Tomas: La felicidad de mi hija. Créeme, luego de que paso todo esto, ella sufrió mucho. Trate de convencerla de que posiblemente estuvieran perdidos o....

-Oscar: Muertos.

-Tomas: O muertos. Pero ella no se resignó y vi que realmente lo amaba. No puedo volver a herirla de nuevo, menos ahora que será mama y yo abuelo. Quiero que se casen y sean feliz. Y necesito que organicemos una misa o algo parecido.

-Oscar: Esta bien. Lo tendremos. Estoy seguro de que a todos les gustara ver eso. Creo que esos dos y vos, pueden ser un ejemplo de esperanza y de vida en esta comunidad.

Survive: A Story of zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora