#45 Little Reserve

53 2 1
                                    

La camioneta abandona la ciudad y continúa a toda marcha por las calles, sin detenerse. A su paso solo se ven las calles desoladas, sucias, abandonadas y la lenta vuelta de la naturaleza a su estado original. Los edificios han perdido, en su mayoría, los cristales, puertas y mamposterías. Algunos semáforos se mantienen en pie, mientras otros cayeron por la corrosión y por ser embestidos.

Y la camioneta sigue. Atraviesa la avenida Paseo Colon, colmada de autos abandonados, restos humanos, algunas tiendas y basura. El grupo alza la cabeza cuando Gonzalo hace una señal.

Aunque atraviesan la avenida a toda marcha logran divisar, a lo lejos, el inconfundible rosa de la Casa de Gobierno. Atraviesan un puente. Ven las dársenas de Puerto Madero. El Rio de la Plata parece haber crecido y el agua esta peligrosamente alta. Hay algunos veleros y embarcaciones semi hundidas y el agua oscura cubre todo el lugar. El día cae y se acentúa cuando pasan frente a dos torres de varios metros de altura, completamente abandonadas. El asfalto se termina y parece que la civilización también.

Sin bajar la velocidad ingresan a un camino de tierra lleno de pozos, que hacen brincar a la camioneta y obliga a los ocupantes de la caja a sostenerse por su vida. Luego de varios minutos de viaje llegan a un claro, donde frenan en seco y bruscamente. Suena la bocina repetidamente y antes de que los cuatro puedan salir de ella, se encuentran rodeados y son apuntados por un hombre y una mujer con dos pistolas, mientras dos más tienen algunos palos.

-Joaco: Hola. Mi nombre es Joaco. En realidad así me dicen. No importa. Ella es Gabriela, mi hermana.

-Gabriela: Buenas tardes.

-Joaco: Verán que tenemos dos pistolas y los apuntamos. Eso significa que dejen todo lo que tengan o los mato. ¿Estamos?

-Martin: Entendemos. Pero, en realidad, no tenemos armas ni nada útil.

-Gabriela: No nos gustan los mentirosos.

-Pancho: Dice la verdad. Nos robaron unos viejos y casi nos matan por buscar ropa.

-Gonzalo: Escuchen, no queremos problemas.

-Joaco: Bajen de a uno. Ariel, revísalos. No intenten nada raro.

Ariel deja su palo en el suelo y comienza a requisar a los cuatro, quienes están de pie y uno al lado del otro.

-Ariel: Están limpios.

 -Joaco: Entonces, ¿Qué es lo que quieren?

-Pancho: Sobrevivir. Nos salvaron. La verdad lo hicieron. Si podemos ayudar, lo vamos a hacer.

-Gabriela: ¿De dónde son? ¿De dónde vienen?

-Martin: Distintos orígenes, pero básicamente estamos recorriendo la ciudad. No tenemos provisiones ni donde quedarnos. Esa es casi toda la historia.

-Joaco: ¿Casi?

-Flaco: Nos secuestraron unos tipos y nos hicieron pelear entre nosotros. Al final hubo problemas con el Pay-Per-View y nos fuimos.

-Joaco: ¿El qué?

-Gonzalo: Nos escapamos. Perdimos gente y no sabemos dónde ir.

-Pancho: Pensábamos que la ciudad era un buen intento. Venimos del interior.

-Ariel: Obviamente no pensaron mucho. Las ciudades son lo peor.

-Martin: Déjennos dormir aquí. Podemos irnos por la mañana y no volver jamás.

-Joaco: Ténganlos ahí. Tenemos que hablar.

Joaco se junta con Gabriela y dos hombres más, alejados del grupo.

Survive: A Story of zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora