#40 Last sigh

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Martin, Gonzalo y Bautista se encuentran en las cercanías de la estación constitución. Cruzan la bajada de autopista y llegan hasta el alambrado que divide la vereda de las vías. La noche ha comenzado a caer y casi no se ve movimiento en el lugar.

-Martin: Esta despejado.

-Gonzalo: Parece. Pero conociendo el lugar, siempre hay guardias o alguien vigilando.

-Bautista: ¿Cuánto conoces de este lugar?

-Gonzalo: Bastante.

-Bautista: ¿Podes guiarnos hasta adentro?

-Gonzalo: Si. Vamos a cruzarnos con mucha gente, pero recuerdo bien el camino

-Martin: ¿Estamos seguros de entrar? Tengo experiencia en entrar a lugares como este y no fue de lo mejor

-Bautista: ¿Cuál lugar como este?

-Martin: ¿Te acordas cuanto te encontré en la ciudad? Lo que me hizo andar por la zona fue un ataque que recibimos en el refugio del Flaco y Pancho. Era gente que vivía en una escuela. Nos incendiaron el lugar y mato a…a uno de los nuestros

-Bautista: Martin….yo…tengo algo para decir, antes de que entremos

-Martin: Tranquilo. Confió en ustedes. Vamos a hacer esto

Saltan el alambrado, siendo Bautista el último en hacerlo. En su cara se evidencia la culpabilidad.

Dentro de la celda, los cautivos continúan golpeando los barrotes, rogando ayuda. Varios guardias aparecen y miran horrorizados lo que acontece dentro. Aparecen otros más, armados, quienes ingresan al lugar. Ya no solo es el zombie de La Mole, el cautivo atacado también se ha convertido en uno de ellos.

Los guardias entran en la celda para liquidar al zombie. El Flaco y Pancho atacan a los dos guardias, quitándoles las armas y disparándoles. Los demás compañeros atacan a los guardias desarmados, golpeando salvajemente y matando a varios de ellos.

-Pancho: ¡Corran! ¡Salgamos de acá!

-Joaquín: Vengan, yo sé por dónde ir

-Flaco: ¡Espera! Dame una mano

El Flaco emerge de la celda con el maltrecho Edgardo, Pancho se acerca a él y lo ayuda a cargarlo. Recorren el largo pasillo, hasta llegar al hall central, junto con los demás compañeros. Desde lo alto surgen disparos, que matan a la mayoría, en una matanza despiadada, incluyendo a Joaquín, que cae herido.

-Flaco: Cúbranse

El Flaco empuja a Edgardo y a Pancho y los arroja detrás de unos bancos de metal y corre en auxilio de Joaquín, mientras las balas golpean el piso de mosaicos a centímetros de sus pies. Toma el cuerpo de Joaquín y lo arrastra hasta detrás de una columna, cubriéndose de los disparos

-Flaco: Hey, Hey, ¿estás bien? ¿Dónde te dieron?

 -Joaquín: Me duele un poco acá

El Flaco corre la camiseta de Joaquín, desde donde proviene la sangre y revela una herida en el abdomen. Intenta parar inútilmente la hemorragia, hasta que es frenado por la mano de Joaquín quien le toma el brazo firmemente

-Joaquín: Ya está, flaco. (Suspira) Salva a los demás

-Flaco: No, vos te venís conmigo

-Joaquín: No. Hasta acá llegue. Anda con tu amigo. Busquen algo seguro.

-Flaco: Podemos buscar nosotros algo seguro y curarte. Lo hemos hecho antes

-Joaquín: Anda. Anda tranquilo. O te cago a trompadas. Estaré moribundo, pero te puedo pegar una paliza igual.

Ambos sonríen. El Flaco lentamente se levanta del charco de sangre en donde está. Cruzando el hall observa detrás del banco a Pancho haciéndole señas. Una mirada basta para que ambos empiecen a correr, mientras el Flaco intenta dispararles a los agresores, para finalmente reunirse a ellos en la frenética corrida hacia los andenes.

Edgardo es alcanzado por una bala en medio de su cabeza, llenando de sangre al Flaco y Pancho. Lo llevan unos instantes, negándose a abandonarlo, pero finalmente se dan cuenta que no pueden hacer nada más y lo sueltan. Milagrosamente esquivan las balas y salen a los andenes. Varios guardias intentan abordarlos, pero los derriban a balazos y luego se bajan a las vías, escondiéndose allí.

-Pancho: ¿Estas bien?

-Flaco: Si. ¡Guarda!

Ambos se levantan y apuntan sus pistolas a lo lejos

-Martin: ¡Eh! No van a robar a alguien que conocen

Los tres se abrazan y sonríen

-Flaco: Salgamos de acá.

-Bautista: ¡Vamos! Yo los cubro

Rápidamente corren hacia el alambrado, preparándose para treparlo

-Martin: Rápido. Suban.

-Gonzalo: Perdonen la tardanza

-Bautista: ¿Dónde estabas?

-Gonzalo: Devolviendo gentilezas.

Uno a uno trepan y caen del otro lado. Algunos disparos se escuchan a lo lejos, pero se alegran de estar lo suficientemente alejados. El Flaco y Martin lideran el grupo, buscando un buen lugar para guarecerse. Unos disparos desde el fondo de la fila los hace estremecer.

Detrás de ellos, varios zombies se han hecho eco del ruido generado tras la huida y han tomado las calles. Tomando sus pistolas, palos y cuchillos intentan acabar, pero son sobrepasados enormemente.

-Martin: ¡No dejen que los rodeen!

-Pancho: ¡No tengo más balas!

-Flaco: ¡Yo tampoco!

-Gonzalo: ¡Vía libre por aquella calle!

-Flaco: ¡Corran!

El grupo intenta esquivar los zombies y salir rumbo a la calle despejada, pero un grito nuevamente los hace parar en seco.

-Martin: ¡¡No!!

-Bautista: ¡A-Ayuda!

Martin se acerca a Bautista y revienta la cabeza del zombie que lo ataco. Desde el brazo derecho de Bautista brota la sangre. Martin intenta hacer un torniquete, mientras los demás lo cubren evitando que nuevos zombies ataquen

-Bautista: Martin…

-Martin: No hables. ¡Denme una mano! El refugio está a pocas cuadras de acá.

-Bautista: No. Me voy a morir. Quiero que...que sepas algo. Ustedes también

-Martin: No tenes que decir nada, te vamos a ayudar

-Bautista: Yo tuve la culpa. Tus amigos murieron en la escuela por mi culpa. Atacaron su refugio por mi culpa. Flaco, tu novia murió por mi culpa. Su-sufrieron por mi culpa.

-Flaco: ¿Qué estás diciendo?

-Bautista: Yo era uno de los líderes del lugar. De la escuela. Pensé que ustedes eran malos. Es toda culpa mía.

-Flaco: Vamos. No quiero saber más nada

El Flaco y Pancho se van caminando, junto con Gonzalo.

-Martin: No creo nada de lo que decís. Bautista, todo lo que pasamos. ¿Por qué ahora?

-Bautista: No quería morirme sin decírtelo. Sin decírselo.

Martin se levanta y toma su cuchillo.

-Martin: Te perdono. Y no voy a dejar que sufras ni que te conviertas en uno de esos bichos. Chau

Clava el cuchillo en medio de la frente de Bautista y se aleja lentamente, dejándolo tirado allí en medio de la avenida. 

Survive: A Story of zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora