El Flaco carga una pala y se recuesta contra una pared de una tienda. Con ella golpea tres veces la puerta, tratando de hacer todo el ruido posible. Espera unos minutos, intentando averiguar si dentro hay zombies o no. Pasan los minutos y el silencio es tan absoluto como en el exterior. Vuelve a tomar la pala y destroza la cerradura de un golpe, ingresando.
Dentro se encuentra rodeado por varios estantes llenos de peluches, pañales, mamaderas, ropa de bebes y demás. Esta oscuro, por lo que toma su linterna y alumbra a su alrededor. Camina por los estantes, recogiendo varios pañales y suplementos que cree necesarios. Los coloca todos sobre el mostrador y luego recorre el lugar, en busca de algo valioso que llevar a casa. En una de las paredes del fondo, encuentra una escalera de caracol, que da acceso al segundo y oscuro piso. Toma su pala y la linterna y sube lentamente, evitando cualquier ruido innecesario o que devele su presencia.
Al llegar al fin de la escalera se encuentra con un pasillo largo que finaliza en una pequeña ventana cuadrada. A ambos lados hay puertas, como si fueran departamentos, cerradas y llenas de polvo. Deja su pala en el suelo, pero esta se cae. Segundos después, escucha varios gemidos y golpes en las puertas de madera. Lo siguiente que ve es que, como si fuera un efecto domino, las puertas caen una a una, afectadas por la presión y las bisagras derruidas, dejando vía libre para una decena de podridos. Algunos caen al suelo y son aplastados por los demás. Otros logran avanzar sobre las espaldas de ellos y se acercan al Flaco.
El Flaco intenta llegar a su pala, pero los caminantes están demasiado cerca. Da unos pasos hacia atrás, pero se encuentra con el borde de la escalera, cayendo de espaldas hacia atrás, rodando por los escalones y cayendo a la planta baja. Mira hacia arriba y ve como una avalancha de zombies se deslizan por la escalera. El gatea lentamente hacia atrás, esquivando los cuerpos a medio descomponer. Logra ponerse de pie y corre hasta llegar al mostrador. Se arroja del otro lado, junto con las cosas que había juntado antes.
Allí, escondido, logra encontrar una caja y puede guardar todo en el interior. Escucha golpes, pasos, objetos cayendo, otros rompiéndose. Lentamente se asoma por sobre su escondite, para intentar ver cómo van las cosas. Al hacerlo, ve que no solo está rodeado, sino que también acaban de detectarlo. Vuelve a esconderse detrás, mientras los zombies golpean la madera y destrozan los paneles de vidrio del mostrador. Puede sentir manos intentando cazarlo y como lentamente empiezan a empujar el mueble. Respira hondo y abraza la caja con los suministros.
-Flaco: Esto va a doler.
Se pone de pie y empieza a correr, siendo perseguido por algunos caminantes. Antes de llegar, cierra los ojos y se arroja con todo el peso de su cuerpo contra la vidriera, destrozándola, rodando por la vereda y cayendo en la calle. Nota ciertas manchas de sangre en su ropa y algunos cortes en sus manos y brazos. Sin embargo, poco le importa. Toma algunas cosas que se esparcieron en el asfalto y sale corriendo por las calles.
Mientras tanto, Martin camina por el monte, cargando un rifle de cacería en su espalda. Esta tranquilo, hasta que siente el crujido de unas ramas y gira bruscamente, apuntándole a lo que estaba detrás.
-Gabriela: Cuidado, vaquero.
-Martin: ¿Qué haces acá?
-Gabriela: No podía dejar a mí....a vos solo por el monte. Además, creo que ese rifle es de mi compañía.
-Martin: Digamos que no tienen mucha vigilancia en su arsenal.
-Gabriela: Muchos murieron en el último ataque. Me sorprende que no hayan reclutado a más gente.
-Martin: Seguro que no encontraron a más giles como nosotros para darles tareas.
-Gabriela: Te han dado un lugar seguro y comida.
ESTÁS LEYENDO
Survive: A Story of zombies
HorrorAño 2014. Un virus creado por la OTAN durante la guerra fría se desata en África. Los reportes son tan claros como increíbles: los muertos regresan de su estado terminal y atacan a los vivos. A pesar de todo, el Mundial de Brasil se desarrolla no...