Survive: A Story of zombies

#4 Pet

El Flaco está bajo una camioneta Mercedes-Benz N1300, color azul Francia, fuera de un pequeño garaje en el patio

-Pancho: ¿Arreglando la vieja camioneta?

-Flaco: Se. A ver si así podemos salir más seguros

-Pancho: ¿Tiene gasoil?

-Flaco: Algo. Pero vamos a necesitar mucho más

-Pancho: Hay una YPF a tres cuadras, podemos probar

-Flaco: Tengo que fijarme si necesito aceite o algún repuesto antes de ir. Prefiero arriesgarme una vez y traer todo en la lista que ir y venir

-Pancho: Voy a ver si saquearon la concesionaria, por los repuestos. Capaz podemos sacar un 0km de ahí

-Flaco: No se cómo está la economía para sacar un préstamo

-Pancho: Podemos licitarlo

-Flaco: Llévate la pala y tene cuidado.

Pancho sale rumbo a la concesionaria. Las calles parecen desiertas y los bichos que se ven están alejados y no reflejan peligro. El silencio es casi total. Pancho recorre dos cuadras y, al llegar a la esquina, ve un grupo de bichos rodeando un árbol. Para no ser visto, se esconde tras un auto abandonado. Las hojas del árbol se mueven, algo parece estar arriba. Observa fijamente, intentando divisar lo que atrae a esos seres infernales. Ve algo recorriendo una de las ramas. Es un gato color gris. Este parece observar en dirección a Pancho, como suplicando ayuda.

-Pancho: Perdón amigo, pero es muy peligroso.

Sale cuidadosamente desde atrás del auto. Camina unos pasos y mira repetidamente al árbol. Suspira. Golpea con la pala el asfalto y grita. Lentamente los bichos se interesan en él e intentan perseguirlo. Pancho retrocede con la intención de llevarlos lejos y poder regresar por el gato. Dobla la esquina caminando de espaldas, haciendo ruido y agitando los brazos para seguir atrayendo bichos. 
De repente más bichos surgen de casas cercanas. Otros, que parecían estarse descomponiendo en la calle, se levantan y persiguen a Pancho. Rápidamente se encuentra rodeado y muchos se acercan peligrosamente. Pancho corre hacia una agencia de Quiniela, tira su pala haciendo añicos la vidriera donde están viejos cartones de Quini 6 y publicidad de la Lotería Nacional. Se tira de cabeza dentro. Los bichos se agolpan y terminan por hacer caer los enormes trozos de vidrio. 
Pancho toma su pala y salta el mostrador, saliendo por una puerta en el fondo. Sube por una escalera hasta el segundo piso y entra en una de las habitaciones. 
Un gruñido lo pone contra la pared. Rápidamente ve un bicho atrapado bajo un librero, estirando sus manos e intentando zafarse. Toma su pala y le atraviesa el cráneo. 
Sale al balcón que da a la calle. Puede observar una gran cantidad de bichos agolpados en la calle y en la quiniela. Decide subir a la reja y así agarrarse de la saliente del techo. Dificultosamente logra treparse y, cuidadosamente, pasa a la siguiente casa. Con la pala en su mano camina por el techo, sin problemas, hasta que unas chapas ceden, haciéndolo caer al piso, golpeándose en el brazo. 
Un enorme dolor le recorre el cuerpo. A duras penas puede levantar el brazo derecho. Se revuelca de dolor. Al mismo tiempo escucha golpes en la puerta frente a él. Intenta llegar hasta su pala, pero el dolor lo frena. Respira hondo. Con su pie, atrae hacia él una silla. Ayudándose con ella, logra ponerse de pie. Rompe su camiseta y mete su brazo por ella, usándola de cabestrillo.
Con su mano izquierda toma la pala. Abre la puerta. Un bicho se acerca a él y logra derribarlo con dos golpes. Luego de tomar fuerzas, sale por la puerta principal y corre rápidamente hacia la casa.

El Flaco está vendando el brazo de Pancho

-Flaco: No creo que este roto. Ni siquiera llegaste a dislocarlo, pero mejor dejarlo quieto unas semanas

-Pancho: Gracias. Pensé que sería peor

 -Flaco: Explícame de nuevo como ocurrió

-Pancho: Se me cayeron unas estanterías. Nada grave

-Flaco: Claro. Y ¿y te golpeo de costado?

-Pancho: Si, creo que sí.

-Flaco: Ni quiero saber que boludez estabas haciendo. Vamos a tener que dejar de salir de a uno.

-Pancho: Tenes razón. Digo, para que no te encierres en una casa llena de bichos

-Flaco: Touche.