#3 Out

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El Flaco deja su mochila sobre la cama. La puerta de madera es golpeada continuamente por las manos de los bichos. Hurga en el cajón de la mesa de luz, nada que sirva. Ojea los papeles sobre un pequeño escritorio frente a él. A su izquierda se topa con un enorme ropero de madera oscura, atacado por la humedad. Abre sus puertas de par en par. Dentro está dividido en dos por una madera horizontal: arriba, un perchero con algunos abrigos y camperas; debajo varias hileras de compartimientos. 

De un saque tira la ropa al suelo y se acomoda lo mejor posible dentro del ropero. Sale, toma las sabanas de la cama y las ata a una de las patas de la misma. Recoge su mochila, su pala y vuelve a acomodarse dentro del ropero con la cuerda hecha de sabanas en su mano. Cierra una de las puertas mueble y deja la otra entreabierta. Respira hondo y tira con todas sus fuerzas, haciendo correr la cama y dejando libre el lugar para el ingreso de los bichos. Tira las sabanas al piso y cierra lentamente la puerta del ropero. 

Los bichos ingresan uno a uno a la habitación, gruñen, parecen hablar en algún tipo de idioma gutural incomprensible e inhumano. Recorren la habitación sin rumbo, derribando la mesa de luz y pisoteando los papeles. 

Con el correr de los minutos la horda empieza a abandonar la habitación, hasta que solo quedan tres. Lenta y cuidadosamente el Flaco surge de su escondite y rápidamente liquida a los tres bichos, evitando hacer ruido. 

Toma su mochila y sale caminando lentamente mirando hacia la puerta principal, donde se han agolpando la mayor parte de los bichos. Gira y golpea su codo contra el marco de la puerta

-Flaco: ¡Ay la concha de tu hermana!

Inmediatamente corre hacia el patio, escuchando los pasos de los bichos tras él y esquivando a un par que estaban en el patio, trepa la medianera hacia un terreno baldío y escapa

El sonido de las bolsas cayendo comienza lentamente a atraer más bichos. El primero de ellos se acerca directamente al galpón, marcando el trayecto que seguirán los demás. 

Camina erráticamente, desorientado, hasta que observa la cara temerosa de Pancho, quien intenta zafarse de las bolsas. Se acerca más y más a Pancho, caminando sobre las bolsas, extendiendo sus brazos y abriendo la boca, enseñando unos dientes podridos y negros. 

De repente la cabeza del bicho es atravesada por la pala del Flaco.

-Flaco: Lindo momento para dormirse una siesta

-Pancho: Dale boludo

El Flaco levanta las bolsas y libera el brazo de Pancho.  Pero mientras está de espaldas un bicho lo asalta por atrás y lo hace caer. 

Pancho, con su brazo libre, toma la pala del Flaco y la arroja hacia el bicho, reventándole la cabeza, pero golpeando al Flaco también

-Pancho: ¡Flaco! ¡Despertate!

El Flaco sigue inconsciente y más bichos ingresan al galpón. Pancho se estira y logra tomar una bolsa de carbón y abrirla. Toma trozos de carbón y se los arroja a los bichos en la cara, tratando de ganar tiempo. 

Lentamente el Flaco se recupera, empuja al cadáver que tiene encima, toma su pala y acaba con un par de bichos. Se da vuelta y libera los pies de Pancho.

-Pancho: Salgamos por el fondo

-Flaco: Abrí camino, yo te cubro

Pancho corre hasta el fondo del galpón y se encuentra con una puerta cerrada. Luego de intentar abrirla, comienza a patearla y empujarla hasta que esta cede. El Flaco se une a él y saltan el paredón lateral. 

Ingresan por una puerta abierta a un depósito y terminan dentro de un almacén.

-Pancho: Que suerte que limpiamos esto hace semanas

-Flaco: Lastima que no quedan ni migas

-Pancho: Rajemos antes que aparezcan mas

Corren calle abajo, dejando tras de ellos varios bichos que intentan alcanzarlos.

Survive: A Story of zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora