Lentamente la puerta se abre, Pancho pone una rodilla en el suelo y apunta directamente a lo que sea que entre. De repente observa una figura humana que mansamente se desliza por la puerta
-Martin: Hey, ¿no me vas a pegar un tiro?
Pancho se levanta y camina hacia Martin, abrazándolo al llegar
-Pancho: ¿Qué? ¿Cómo? ¡Estas vivo!
-Pedro: ¡Estamos!
-Pancho: ¿Están todos bien?
-Martin: Si. Romina y Bautista están afuera cubriéndonos. Por si no eras vos
-Pancho: ¿Bautista?
-Martin: Ah, sí. Se los tenemos que presentar. Nos encontramos después de lo que pasó en la casa y nos ha ayudado a sobrevivir.
-Pedro: Me alegro de verte, Pancho. Eh, ¿estás solo?
-Pancho: No, si observan al final del pasillo verán al Flaco
-Martin: ¿Qué le paso?
-Pancho: ¿Chechu está con ustedes?
-Martin: No. Eso significa que…
-Pancho: Claramente.
-Martin: ¿Y se ha quedado así cuatro días?
-Pedro: ¿Estás seguro que está bien?
-Pancho: Yo lo he visto estar días y días en el sillón de su casa, sin comer ni moverse y levantarse pasados unos días y estar en perfecto estado y lleno de energía.
-Martin: Eso no es normal
-Pancho: El Flaco jamás lo fue.
Todos los demás entran a la casa y se sientan alrededor de la mesa del comedor
-Bautista: Cuando los zombies invadieron mi casa, tuve que escapar y no tenía comida ni agua. Ahí encontré a Martin y a los demás.
-Martin: Anduvimos por la zona, lo más cerca de la ruta posible. Hoy estábamos recorriendo estas casas cuando te vimos a vos entrando. Te chiflamos, pero no nos diste bolilla.
-Pancho: Si, venia metido en mis pensamientos. Lo único que escucho es el ruido de los zombies
-Martin: Como todos. Bueno, parece que acá podemos acomodarnos. Tenemos algo de comida para varios días, tenemos armas y balas, camas.
-Pedro: A mí me parece bastante segura. Igualmente debemos turnarnos en vigilar
-Romina: ¿Tiene patio o algo?
-Pancho: Uno muy chico.
-Romina: Mejor. No tenemos que preocuparnos por eso. Mientras tapemos la puerta de entrada, podemos dormir tranquilos
-Martin: ¿Y qué hacemos con el Flaco?
-Flaco: Podrían pasarme algo de comer
-Pancho: Hola. ¿Estás bien?
-Flaco: ¿Los que estamos acá somos todos?
-Martin: Si. Lo siento
-Flaco: Nos vamos a ir de la ciudad.
-Pancho: ¿A dónde?
-Flaco: A Buenos Aires. Parece que el interior está abandonado. Si debemos creer en algo, es que en la capital estén más organizados
-Pedro: ¿Y si no lo están?
-Flaco: Nos vamos a otro lado.
-Bautista: Acá éramos cerca de 40.000 habitantes y estamos en un infierno de muertos. ¿Te imaginas Buenos Aires con millones de personas?
-Flaco: Si queda algo de esperanza esta allá, no acá.
-Martin: Son casi 300 kilómetros. A no ser que consigamos un vehículo, vamos a llegar en semanas
-Flaco: Si conseguimos un auto, llegamos en un día. Dos máximo, si la ruta está bloqueada. Podemos encontrar cosas en los autos abandonados para seguir en camino
-Bautista: ¿Y qué pasa si encontramos un buen lugar para vivir?
-Flaco: Podemos ir en un grupo chico a Buenos Aires y ver cómo están las cosas. De hecho, eso es mejor que ir todos.
-Pancho: Yo también creo que no hay nada más para nosotros acá. No sé si Buenos Aires es la respuesta, pero en el camino podemos encontrarla. ¿Ustedes que dicen?
-Martin: Yo estoy con ustedes
-Pedro: Después de lo que paso, debemos alejarnos del pasado
-Romina: Yo creo en Buenos Aires. ¿Dónde sino debería estar el ejército o gendarmería?
-Bautista: Es decisión unánime
A la mañana siguiente deciden partir. Salen caminando por las calles, primero el Flaco tras él, Pancho y Martin y, al final, Romina, Pedro y Bautista. Pedro se adelanta y camina junto al Flaco
-Pedro: Hola. ¿Estás bien?
-Flaco: Deberíamos dejar de preguntar eso como abridor en las conversaciones.
-Pedro: Ja, te entiendo. Escucha, se por lo que estás pasando. No fue fácil superarlo para mí, que soy viejo, no espero que sea fácil para vos.
-Flaco: Realmente no quiero hablar de esto
-Pedro: Yo no he hablado con mi hija de la muerte de María. No sé cómo hablarle de eso o si lo necesita. Pero guardárselo tampoco ayuda
-Flaco: Cuando deje de preocuparme por seguir vivo, ahí tendremos tiempo de hablar de problemas personales.
El Flaco acelera el paso, dejando a Pedro atrás. El intenta alcanzarlo, pero Pancho le toca el hombro y lo hace desistir.
Continúan caminando por diez cuadras más. La salida a la ruta está a dos cuadras adelante. La tarde cae sobre ellos.
-Martin: Debemos encontrar un lugar para pasar la noche
-Flaco: Quedémonos en el parque. Tenemos árboles para hacer una fogata y vamos a estar cubiertos de los zombies, si es que hay.
-Pancho: Acampemos del lado más lejano a la ciudad, así no atraemos a las cosas que anden por acá.
La noche se acerca y el grupo descansa alrededor de la fogata, ante la vigilancia de Pancho y el Flaco.
-Pancho: Voy a extrañar esta ciudad. A pesar de todo
-Flaco: Te va a hacer bien la caminata, gordo,dejate de joder
Ambos ríen en medio de la noche
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Survive: A Story of zombies
HorrorAño 2014. Un virus creado por la OTAN durante la guerra fría se desata en África. Los reportes son tan claros como increíbles: los muertos regresan de su estado terminal y atacan a los vivos. A pesar de todo, el Mundial de Brasil se desarrolla no...