#26 Leave

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Lentamente la puerta se abre, Pancho pone una rodilla en el suelo y apunta directamente a lo que sea que entre. De repente observa una figura humana que mansamente se desliza por la puerta

-Martin: Hey, ¿no me vas a pegar un tiro?

Pancho se levanta y camina hacia Martin, abrazándolo al llegar

-Pancho: ¿Qué? ¿Cómo? ¡Estas vivo!

-Pedro: ¡Estamos!

-Pancho: ¿Están todos bien?

-Martin: Si. Romina y Bautista están afuera cubriéndonos. Por si no eras vos

-Pancho: ¿Bautista?

-Martin: Ah, sí. Se los tenemos que presentar.  Nos encontramos después de lo que pasó en la casa y nos ha ayudado a sobrevivir.

-Pedro: Me alegro de verte, Pancho. Eh, ¿estás solo?

-Pancho: No, si observan al final del pasillo verán al Flaco

-Martin: ¿Qué le paso?

-Pancho: ¿Chechu está con ustedes?

-Martin: No. Eso significa que…

-Pancho: Claramente.

-Martin: ¿Y se ha quedado así cuatro días?

-Pedro: ¿Estás seguro que está bien?

-Pancho: Yo lo he visto estar días y días en el sillón de su casa, sin comer ni moverse y levantarse pasados unos días y estar en perfecto estado y lleno de energía.

-Martin: Eso no es normal

-Pancho: El Flaco jamás lo fue.

Todos los demás entran a la casa y se sientan alrededor de la mesa del comedor

-Bautista: Cuando los zombies invadieron mi casa, tuve que escapar y no tenía comida ni agua. Ahí encontré a Martin y a los demás.

-Martin: Anduvimos por la zona, lo más cerca de la ruta posible. Hoy estábamos recorriendo estas casas cuando te vimos a vos entrando. Te chiflamos, pero no nos diste bolilla.

-Pancho: Si, venia metido en mis pensamientos. Lo único que escucho es el ruido de los zombies

-Martin: Como todos. Bueno, parece que acá podemos acomodarnos. Tenemos algo de comida para varios días, tenemos armas y balas, camas.

-Pedro: A mí me parece bastante segura. Igualmente debemos turnarnos en vigilar

-Romina: ¿Tiene patio o algo?

-Pancho: Uno muy chico.

-Romina: Mejor. No tenemos que preocuparnos por eso. Mientras tapemos la puerta de entrada, podemos dormir tranquilos

-Martin: ¿Y qué hacemos con el Flaco?

-Flaco: Podrían pasarme algo de comer

-Pancho: Hola. ¿Estás bien?

-Flaco: ¿Los que estamos acá somos todos?

-Martin: Si. Lo siento

-Flaco: Nos vamos a ir de la ciudad.

-Pancho: ¿A dónde?

-Flaco: A Buenos Aires. Parece que el interior está abandonado. Si debemos creer en algo, es que en la capital estén más organizados

-Pedro: ¿Y si no lo están?

-Flaco: Nos vamos a otro lado.

-Bautista: Acá éramos cerca de 40.000 habitantes y estamos en un infierno de muertos. ¿Te imaginas Buenos Aires con millones de personas?

-Flaco: Si queda algo de esperanza esta allá, no acá.

-Martin: Son casi 300 kilómetros. A no ser que consigamos un vehículo, vamos a llegar en semanas

-Flaco: Si conseguimos un auto, llegamos en un día. Dos máximo, si la ruta está bloqueada. Podemos encontrar cosas en los autos abandonados para seguir en camino

-Bautista: ¿Y qué pasa si encontramos un buen lugar para vivir?

-Flaco: Podemos ir en un grupo chico a Buenos Aires y ver cómo están las cosas. De hecho, eso es mejor que ir todos.

-Pancho: Yo también creo que no hay nada más para nosotros acá. No sé si Buenos Aires es la respuesta, pero en el camino podemos encontrarla. ¿Ustedes que dicen?

-Martin: Yo estoy con ustedes

-Pedro: Después de lo que paso, debemos alejarnos del pasado

-Romina: Yo creo en Buenos Aires. ¿Dónde sino debería estar el ejército o gendarmería?

-Bautista: Es decisión unánime

 A la mañana siguiente deciden partir. Salen caminando por las calles, primero el Flaco tras él, Pancho y Martin y, al final, Romina, Pedro y Bautista. Pedro se adelanta y camina junto al Flaco

-Pedro: Hola. ¿Estás bien?

-Flaco: Deberíamos dejar de preguntar eso como abridor en las conversaciones.

-Pedro: Ja, te entiendo. Escucha, se por lo que estás pasando. No fue fácil superarlo para mí, que soy viejo, no espero que sea fácil para vos.

-Flaco: Realmente no quiero hablar de esto

-Pedro: Yo no he hablado con mi hija de la muerte de María. No sé cómo hablarle de eso o si lo necesita. Pero guardárselo tampoco ayuda

-Flaco: Cuando deje de preocuparme por seguir vivo, ahí tendremos tiempo de hablar de problemas personales.

El Flaco acelera el paso, dejando a Pedro atrás. El intenta alcanzarlo, pero Pancho le toca el hombro y lo hace desistir. 

Continúan caminando por diez cuadras más. La salida a la ruta está a dos cuadras adelante. La tarde cae sobre ellos.

-Martin: Debemos encontrar un lugar para pasar la noche

-Flaco: Quedémonos en el parque. Tenemos árboles para hacer una fogata y vamos a estar cubiertos de los zombies, si es que hay.

-Pancho: Acampemos del lado más lejano a la ciudad, así no atraemos a las cosas que anden por acá.

La noche se acerca y el grupo descansa alrededor de la fogata, ante la vigilancia de Pancho y el Flaco.

-Pancho: Voy a extrañar esta ciudad. A pesar de todo

-Flaco: Te va a hacer bien la caminata, gordo,dejate de joder

Ambos ríen en medio de la noche

Survive: A Story of zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora