#34 Enemy with us

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-Pancho: Bueno. Tenemos que ver cómo resolvemos esto

-Martin: ¿Resolver? Nosotros no nos vamos. Nadie.

-Pedro: Por ahí podemos hablar con Tomas. Perdió a su familia en un par de días. Démosle tiempo y después hablemos

-Martin: ¿Y si los que no tenemos tiempo somos nosotros?

-Pedro: ¿Qué queres decir?

-Martin: Él tiene tiempo de pensar, mientras nos hecha.

-Flaco: Si puede…

-Pancho: No estarás pensando…

-Flaco: Entre tu novia y Tomas no van a poder echarnos a todos

-Bautista: No, pero sus escopetas si pueden echarnos

El Flaco saca desde debajo de su buzo una pistola

-Flaco: Todavía tiene un par de balas.

-Pedro: ¡Esperen! ¿En serio están pensando en hacer algo así?

-Flaco: Solamente si nos quiere rajar

-Martin: Exacto. Nosotros defendimos esto. Nosotros trabajamos y mantuvimos este campo.

-Pedro: Yo no voy a participar de esto. Vamos Romina (Se van)

-Pancho: Flaco, yo creo que tienen razón. Tenemos que hablarlo

-Martin: ¿No es por culpa tuya que está pasando todo esto?

-Pancho: Si, pero

-Flaco: Déjalo tranquilo. Nosotros estamos todos juntos. Algunos de una forma y otros de otra. ¿Alguno se quiere ir? ¿No? Bueno. Vamos a hacer que eso pase.

-Bautista: Parece que tenes una idea

-Flaco: Si, y vos nos vas a dar una mano. El único de nosotros que sabe dónde guardan las armas sos vos.

-Bautista: Si. Tienen un galpón en el fondo, pero con tres o cuatro candados

-Flaco: Eso no es problema. Decime donde esta y yo me encargo

-Martin: ¿Y mientras tanto?

-Flaco: Sigan normalmente.

El Flaco y Bautista salen rápidamente.

-Martin: Ojo vos con decir algo

-Pancho: Tranquilo. Aunque si estoy con Sabrina…

Mientras tanto, dentro de la estancia Sabrina se acerca a su padre

-Sabrina: ¿Estás pensando en lo de ayer?

-Tomas: Estoy pensando en todo. Todo lo que hemos perdido. Nuestra familia, hija. Tus hermanos. Tú mama. Todo por esta mierda que es imparable

-Sabrina: Casi.

-Tomas: ¿Casi?

-Sabrina: Esta gente la paro.

-Tomas: A que costo

-Sabrina: Posiblemente estaríamos todos muertos. Martin sale a cazar. Bautista cuida a los animales. Pedro es tu amigo. Su hija es mi amiga. El Flaco te ayuda.

-Tomas: Ese era gran parte del trato.

-Sabrina: Si esto es por lo de Pancho, quiero que sepas que vivo gracias a él. Cuando murió mama me devasto. Y con todo esto que pasa, yo no quería vivir mucho más. Pero Pancho es una persona enorme. No digo que las pérdidas de mis hermanos sean fáciles, pero sin él no seguiría viva. No querría seguir viva.

-Tomas: Entiendo eso. Entiendo lo que dijiste antes. También entiendo que desde que este lugar se llenó de gente vinieron enfermedades, muerte, falta comida y se meten con mi familia.

-Sabrina: Pero papa…

-Tomas: Pero no soy necio. Nosotros dos solos no podemos manejar esto. Pero dejando esto sin que pase nada, no sirve. Voy a dejar los que estén libres de culpas

Tomas se levanta y sale, dejando a Sabrina sentada en la mesa. Afuera se encuentra con Pedro y Romina.

-Pedro: Buen día.

-Tomas: Buenos días

-Pedro: Tenemos que hablar. Romí, ¿podes dejarnos?

-Romina: ¿Estás seguro?

-Tomas: Sabrina está en la cocina. Le vendría bien compañía.

Romina se va lentamente, observando cada tanto a su padre

-Tomas: ¿Cómo está tu gente?

-Pedro: De eso vine a hablar. Este lugar es lo mejor para nosotros. Podemos hacerlo funcionar. Incluso usted y yo.

-Tomas: ¿A dónde queres llegar?

-Pedro: Le prometí a mi esposa que cuidaría de mi hija y que haría todo lo posible por su seguridad. Por eso tengo algo que decirle.

Un galpón de chapa y madera se levanta en uno de los lejanos laterales del campo, cubierto por una enredadera y rodeado de pasto alto, alambres oxidados, una moto abandonada y destruida y demás cachivaches que el tiempo y la vida cotidiana fue arrojando.

El Flaco lo recorre por la parte exterior, intentando encontrar un hueco donde colarse, ya que la puerta de hierro principal, se encuentra cerrada con varios candados.

Saltando entre la maleza y unos hierros, logra llegar hasta la parte trasera del galpón. Visualiza la parte más débil y podrida y comienza a golpearla, hasta abrir un hueco por el que logra escabullirse dentro del lugar.

Dentro, en una oscuridad solo combatida por la luz que se filtra por las aberturas en las paredes, no hay señal alguna de armas de fuego. Pasa su mano por la cara y revuelve entre los trastos que están allí.

Se para en medio del galpón, con sus brazos en jarra, desconcertado. Tras él, el ruido de una cerradura abriéndose. Se tira de cabeza tras una mesa y se esconde. Un chasquido rompe el silencio, para que el humo de un cigarrillo inunde el aire

-Tomas: Sé que estas escondido ahí. También sé que tenes una pistola. Bueno la cosa es así: podes intentar dispararme, intentar matarme. Pero eso significara que todos tus compañeros mueran y vos sobrevivas un par de días pensando en ello. O te podes entregar. Vos decidís.

El Flaco emerge de su escondite, sosteniendo su pistola y apuntando a la cabeza de Tomas

-Tomas: Vos decidís.

Survive: A Story of zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora