"Cartas y mas cartas"

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Capítulo 5:

"Cartas y más cartas"

A la mañana siguiente, durante el desayuno Vernon se esforzó demasiado en ser amable con sus sobrinos. Cerca de las 8:00 de la mañana, el cartero dejo las cartas correspondientes a esa casa.

En vez de mandar a cualquiera de los mellizos, hizo que Dudley vaya. Malhumorado fue golpeado cosas con su bastón.

-Llegaron más de esas cartas, Sr H. Potter, El dormitorio más pequeño, Privet Drive 4...- Vernon se levantó de su asiento y corrió hacia el vestíbulo, con ambos mellizos siguiéndolo. Harry forcejeaba con Dudley para que suelte la carta, y Vernon trataba de sacársela a su hijo. Luego de una confusa pelea por la carta.

-Vayan a la alacena, digo a sus cuartos. Dudley, vete.- se enderezo y fue con su esposa a la cocina.

Tabatha, fue a la habitación de su hermano. Al entrar lo encontró dando vueltas en círculos mientras meditaba.

-Harry, ¿Qué haces?- su hermano no la escucho y siguió en sus pensamientos.

-¡James!- eso hizo que Harry dejara de caminar y le prestara atención.

-Lo lamento Tibi, solo es que... quiero saber que tienen esas cartas que tanto le temen.- ella lo miro con cara de que quería averiguar lo mismo.

-No eres el único, yo también esas cartas hacen que se comporten de una forma extraña y que sean ambles con nosotros.- se sentó en la cama con la cara en la palma de sus manos.

-Tengo una idea de cómo poder ver una de las cartas.- ella lo miro con una ceja levantada y lo escucho.

A la mañana siguiente, Tabatha dormía pensando en que su hermano en unos cuantos minutos daría comienzo con su plan de poder robar una mísera carta. Un grito de dolor, hizo que abra los ojos de golpe y baje a la sala, se puso la bata y las pantuflas, y corrió a ver que paso.

-¿Harry?- encontró a Vernon durmiendo en el felpudo de la entrada con la nariz roja y a su mellizo parado a su lado.

Luego de aquel pequeño incidente, Vernon tomo medidas drásticas acerca del correo, tapio el buzón.

-¿Te das cuenta? Si no pueden entregarlas, tendrán que dejar de enviarlas.- le explico a su esposa mientras clavaba otro clavo.

-No estoy muy segura de que esto resulte.-

-La mente de esa gente funciona de manera extraña, ellos no son como tú.- dijo tratando de clavar otro.

El día viernes, más de 12 cartas fueron dirigidas a los niños Potter, al no poder dejarlas en el buzón, buscaron todo tipo de rendijas para poder dejarlas. Por debajo de la puerta, por las ventanas, e incluso en el baño.

Vernon decidió quedarse en casa para arreglar ese problema. Tomo su martillo y una caja de clavos y aseguro la puerta trasera.

El día sábado, las cartas fueron 24 dirigidas a cada uno, venían escondidas en las cajas de huevos, el lechero un poco asustado tuvo que entregar su mercadería por la ventana. Cada carta que venía en la comida, Petunia las trituraba para que no las encuentren.

-¿Se puede saber quién tiene tanto interés en dos personas como ustedes?- pregunto Dudley, a lo que ambos se encogieron de hombros.

El día domingo, Vernon estaba feliz debido a que el correo no abría los domingos.

-El único día en que no llegaran esas odiosas cartas.- tomo un sorbo de café y le sonrió a su familia.

Un zumbido entro por la chimenea de la cocina y lo golpeo en la nuca. Entre treinta y cuarenta cartas revoloteaban por toda la cocina. Ambos mellizos trataban de agarrar una para poder leerlas.

-¡Fuera! ¡Fuera!- gritaba Vernon tomando de la cintura a sus sobrinos y sacándolos de la cocina.

El ruido de las cartas golpeaban la puerta cerrada, hicieron que un tic apareciera en el ojo de Vernon.

-Es todo, quiero que vayan a sus cuartos, tomen algo de ropa y estén aquí en cinco minutos, nos vamos sin discutir.- quiso mantener la calma pero se terminó arrancando un pedazo de bigote. Nadie se animó a discutirle nada debido a que inspiraba miedo.

Diez minutos después, estaban bastante lejos de su hogar rumbo a quien sabe dónde. Condujeron durante un par de horas, ni su tía Petunia se animaba a decir nada por temor, varias veces fue en dirección opuesta a donde se dirigían.

-Perderlos de vista... quitárnoslos de encima.- murmuraba mientras manejaba.

No se detuvieron en ningún momento ni para comer o beber algo, Dudley aullaba por comida, el pobre tenía hambre y se perdió cinco de sus programas favoritos.

Vernon se detuvo en un hotel de aspecto deteriorado que se encontraba en las afueras de la cuidad. Al entrar Dudley, Harry y Tabatha tuvieron que compartir una misma habitación.

Ambos hermanos durmieron juntos, en la cama gemela estaba su primo. Las sabanas eran húmedas y gastadas, por lo que permanecieron despiertos un rato.

-¿Estás despierta?- susurro mientras Dudley roncaba.

-Si, con el cerdito de al lado es difícil dormir.-rieron por lo bajo para no despertar a su acompañante.

-¿Crees que esas cartas no sigan hasta aquí?- ella se encogió de hombros y abrazo a su hermano.

-Buenas noches, James.- beso su mejilla lo abrazo con más amor.

-Buenas noches, Lily.- le devolvió el abrazo y se durmieron.  



Los Mellizos Potter |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora