La loba roja.

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Capítulo 27:

La loba roja.

Lupin y Ron se encargaban de llevar esposado a Pettigrew, mientras que eran seguidos por los demás. Tabatha iba detrás del profesor, con la mirada clavada en sus propios pies y de vez en cuando se chocaba con Remus.

-Fue muy valiente lo que han hecho ahí dentro.-comentó Lupin.- Es lo mismo que habrían hecho tus padres en una situación así.-giró un poco la cabeza y le sonrió apenas.- Una vez que le dije a Harry que lo reconocí, pero no por la cicatriz ni nada de eso, sino por sus ojos. También lo hice con los tuyos, Tabatha.-la pelirroja se ruborizó.- Eres tan parecida a tu madre, que si las pusiesen juntas, no hallarían ninguna diferencia.-Remus, soltó un suspiro.- Ustedes vieron lo que es la muerte a una temprana edad.-negó varias veces con la cabeza.-Yo estimaba mucho a tus padres, ¿sabes? Lily siempre estuvo para apoyarme y para darme su incondicional amistad, al igual que James.-el profesor rió un poco.- Él siempre decía que solo amaba a su pequeña pelirroja.-Tabatha bajo la vista y sonrió.- Ellos estarían orgullosos de ustedes, si los vieran.-

-Ahora entendemos el motivo por el cual, ellos no están con nosotros.-murmuró, mirando con odio a Peter.

No volvieron a hablar hasta que llegaron al final del túnel. Crookshanks salió primero, disparado como una bala. Evidentemente había apretado con la zarpa el nudo del tronco, porque Lupin, Pettigrew, Ron y Tabatha salieron sin que se produjera ningún rumor de ramas enfurecidas. Sirius hizo salir a Snape por el agujero y luego se detuvo para ceder el paso a Harry y a Hermione.

Los terrenos estaban muy oscuros. La única luz venía de las ventanas distantes del castillo. Sin decir una palabra, emprendieron el camino. Pettigrew seguía jadeando y gimiendo de vez en cuando.

-Un paso en falso, Peter; y...-advirtió Lupin con tono amenazador; apuntándolo con la varita. Atravesaron los terrenos del colegio en silencio, con pesadez. Las luces del castillo se dilataban poco a poco. Snape seguía inconsciente, fantasmalmente transportado por Sirius, la barbilla rebotándole en el pecho. Y entonces...una nube se desplazó. De repente, aparecieron en el suelo unas sombras oscuras. La luz de la luna caía sobre el grupo. Snape tropezó con Tabatha, que se habían detenido de repente, porque Lupin lo había hecho primero. Sirius se quedó inmóvil. Con un brazo indicó a Harry y a Hermione que no avanzaran y con el otro tiró hacia atrás a la pelirroja. El azabache vio la silueta de Lupin. Se puso rígido y empezó a temblar.

-¡Dios mío!-exclamó Hermione con voz entrecortada.- ¡No se ha tomado la poción esta noche! ¡Es peligroso!-

-¡Corran!-gritó Sirius.- ¡Corran! ¡Ya!-ninguno de los tres podía correr. Ron estaba encadenado a Pettigrew y a Lupin. Saltó hacia delante, pero Sirius lo agarró por el pecho y lo echó hacia atrás.- Dejádmelo a mí. ¡CORRAN!-oyeron un terrible gruñido. La cabeza de Lupin se alargaba, igual que su cuerpo. Los hombros le sobresalían. El pelo le brotaba en el rostro y las manos, que se retorcían hasta convertirse en garras. A Crookshanks se le volvió a erizar el pelo. Retrocedió. Mientras el licántropo retrocedía, abriendo y cerrando las fauces, Sirius desapareció del lado de Harry. Se había transformado. El perro grande como un oso saltó hacia delante. Cuando el licántropo se liberó de las esposas que lo sujetaban, el perro lo atrapó por el cuello y lo arrastró hacia atrás, alejándolo de Ron y de Pettigrew. Estaban enzarzados, mandíbula con mandíbula, rasgándose el uno al otro con las zarpas. Harry se quedó como hipnotizado. Estaba demasiado atento a la batalla para darse cuenta de nada más. Fue el grito de Hermione y de su hermana lo que lo alertó. Pettigrew había saltado para tomar la varita caída de Lupin. Ron, inestable a causa de la pierna vendada, se desplomó en el suelo.

-¡Expelliarmus!-exclamó Harry, apuntando a Pettigrew con su varita. La varita de Lupin salió volando y se perdió de vista.- ¡Quédate donde estás!-gritó mientras corría. Demasiado tarde. Pettigrew también se había transformado. Harry vio su cola pelona azotar el antebrazo de Ron a través de las esposas, y lo oyó huir a toda prisa por la hierba. Oyeron un aullido y un gruñido sordo. Al volverse, Harry vio al hombre lobo adentrándose en el bosque a la carrera.

Los Mellizos Potter |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora