"El castigo"

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Capítulo 4

"El castigo"

Los pasos del tío Vernon, se hicieron más notables desde la escalera al pasillo del piso superior.

-¿Qué hacemos?- pregunto desesperado Harry.

-No lo sé, debemos esconderlo o nos mataran.- la pelirroja, reviso por todos los rincones de la habitación de su hermano, hasta detenerse en el armario.

-Rápido Dobby, debes esconderte ahí.- el elfo se negaba a aceptar. Ambos mellizos lo tomaron de uno de sus brazos y lo metieron a la fuerza.

Los pasos se hacía más cercanos. Hasta que se escucharon claramente detrás de la puerta.

-¿Qué demonios están haciendo?-pregunto Vernon, rojo de furia, entrando de golpe.

-Acaban de arruinar el final sobre el golfista japonés... ¡Un ruido más y se arrepentir de haber nacido!- fue lo último que dijo antes de volver a salir de la habitación.

Las temblorosas manos de Harry, abrieron la puerta del armario, liberando al elfo.

-¿Ahora entiendes por que debemos volver a Hogwarts?- dijo el azabache un poco asustado ante la amenaza de su tío.

-En Hogwarts, es el único lugar en donde tenemos amigo.- siguió la pelirroja, apoyando a su hermano.

-¿Los amigos ni siquiera le escriben a los Potter?- el tono de voz de Dobby era malicioso.

-Suponemos que habrán estado...-

-¿Cómo lo sabes?- cuestiono enojada Tabatha, interrumpiendo a Harry.

-Los Potter, no deben enojarse con Dobby. Dobby solo trato de ayudarlos...-

-¿Has interceptado nuestras cartas?- pregunto con enfado el azabache.

-Dobby, aquí las tiene, señor.- de su "ropa", extrajo un gran fajo con muchas cartas con la perfecta caligrafía de Hermione, los desastres de Ron y algunas de Hagrid y Cedric.

El elfo, los miraba con los ojos abiertos y se mostraba muy inquieto.

-Los Potter, no deben enojarse... Dobby pensaba... que si ellos creían que sus amigos los había olvidado... ellos no querrían volver al colegio.- la pelirroja miraba a su hermano buscando alguna cosa que decir ante lo que dijo el elfo. Pero el azabache dejo de escuchar y trato de robar el fajo de cartas.

-Harry Potter, las tendrá, si le da a Dobby su palabra que no volverán a Hogwarts- ¡Ese es in riesgo que ustedes no deben afrontar! ¡Dígame que no irán, señor!- Harry seguía sin escuchar, solo quería tomar lo que le correspondía a su hermana y a él.

-¡Iremos!- dijo casi gritando, mientras trataba de agarrar a Dobby.

-¡Entréganos las cartas, Dobby!- ordeno la pelirroja extendiendo la mano.

-Entonces los Potter, no le dejan otra opción a Dobby.- dijo apenado el elfo.

Antes de que Harry, pudiese respirar, Dobby, salió como una flecha hacía la puerta, esquivando a Tabatha en el camino. Abrió la puerta y bajo a mucha velocidad las escaleras. Los dos mellizos, se miraron unos segundos, antes de emprender una cacería contra el elfo.

Bajaron la escalera, lo más rápido que sus piernas les dejaban pero sin hacer ruido para no llamar la atención de los invitados. Atravesaron el vestíbulo y entraron por una puerta secundaría que daba a la cocina. En ella, los dos se quedaron sin aliento, los latidos de sus corazones, iban muy acelerados.

La torta que la tía Petunia, había preparado con tanto ímpetu, estaba flotando en el aire en dirección a la sala.

-No.- pidió casi rogando Harry, desde la puerta.- Te lo rogamos, nos mataran.-

-Deben prometer que no irán al colegio.- la torta avanzaba muy lentamente por el aire.

-Harry.- susurro Tabatha, zarandeándolo de la manga de la camiseta.

-Dobby... por favor...- suplicaba la pelirroja.

-Dígalo, señorita.- ambos hermanos se miraron.

-¡No podemos!- dijeron los dos a la vez.

-Entonces, Dobby, tendrá que hacerlo, por el bien de los Potter.- la gran torta cubierta de cerezas y crema, cayó sobre la cabeza de la señora Mason, llamando la atención de todos los presentes. El elfo, viendo su misión acabada, dio un chasquido y desapareció.

Ambos mellizos, salieron corriendo al segundo piso, encerrándose en sus habitaciones. Vernon, no sabía cómo manejar la situación y no consiguió cerrar el trato para su empresa.

Una vez que los invitados se fueron, la gran vena que se estaba notando cada vez más en lo que él denominaba "cuello", exploto dejando ver a un Vernon enojado y con ganas de matar al primero que se le cruzase.

-¡Potter!- grito, desde la habitación de Tabatha, ella tuvo que sostener la jaula de su lechuza, que vibro.

Los dos mellizos, salieron tímidamente de sus habitaciones, ambos se encontraban pálidos como si fueran fantasmas.

En la sala, estaban los tres Dursley, mirándolos con odio y rabia.

-¡Han arruinado el trato de mi vida! ¡Solo les pedí que se comportasen y no hicieran nada estúpido! ¿Acaso tan difícil era esa tarea?- ninguno decía nada, solo se limitaron a bajar la cabeza y escuchar las sartas de palabras que les decía Vernon.

La "conversación", duro media hora. El castigo consistía en no poder salir de sus habitaciones durante el día, pondrían rejas a sus ventanas para evitar que se escapen por ahí. En simples palabras, estaban presos en sus habitaciones.

Cuando, Vernon, se descargo les ordeno que vayan a dormir. En el pasillo del segundo piso, los mellizos se despidieron para cada uno entrar a su habitación.

La única luz que iluminaba la habitación de Tabatha, era la plateada luna que dejaba deslizar algunos de sus rayos. La pequeña Potter, cayó de rodillas al suelo y comenzó a llorar.

Las lágrimas caían, empapando todo el rostro de la pequeña, si había algo que le molestaba a ella, era mostrar debilidad frente a otros, ni siquiera lloraba frente a su hermano, para no preocuparlo.

-Desearía poder irme junto a Harry y no volver a esta maldita casa.- decía mirando a Phoebe.

-O mejor aún, desearía poder viajar al pasado y evitar que Voldemort, matase a mis padres y ahora poder vivir la vida que nos merecemos con ellos.- las plumas de la lechuza, se erizaron al escuchar el nombre prohibido.

-No debes asustarte, a las cosas se las llaman por su nombre.- se apoyo en el marco de su ventana, mirando la redonda y blanca luna.

-Sé que hay alguien que nos está esperando para volver a vernos.- esa noche era de luna llena, y según los libros que había leído en la biblioteca de Hogwarts, era la noche en la que los hombre lobos, salían...


Los Mellizos Potter |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora