"Oclumancia"

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Capítulo 24:

"Oclumancia"

Las vacaciones finalmente habían terminado y la segunda etapa escolar había dado comienzo aquel día por la mañana. Tabatha no estaba muy contenta con aquella situación por dos simples motivos: el más obvio y el que más le molestaba era tener que soportar unos meses más a Dolores Umbridge; y el segundo, un tanto más...tolerable, las clases particulares con Snape.

Pero por más que aquella situación la molestase, ella debía hacerlo. Era una herramienta que le serviría para evitar situaciones como la del señor Weasley.

Al llegar a las mazmorras, Tabatha se plantó frente al portón y levantó el puño, llamando dos veces en aquella gruesa y dura madera. El golpe de su mano fue absorbido por el tortuoso silencio que residía en el extenso y oscuro pasillo. Eran las 8 de la noche y ningún alma transitaba aquel corredor en aquellos momentos.

-¡Pase!-la voz de Snape llegó desde el otro lado de la puerta instantes después y las esperanzas de la muchacha murieron en aquel mismísimo instante. A ella le hubiera encantado no oír aquella respuesta y muy lamentablemente irse a cualquier otra parte del castillo.

Pero no.

Snape estaba allí adentro, esperándola.

Tabatha se secó las palmas contra la túnica, respiró hondo y procedió a ingresar.

La pesada puerta rechinó mientras era empujada, dejando al descubierto una oscura habitación, forrada de estanterías en las que había cientos de tarros de cristal con viscosos trozos de animales y de plantas suspendidos en pociones de diversos colores; Tabatha arrugó la nariz y cerró la puerta detrás de ella. Pegada contra la pared, sus ojos seguían observando el cuarto; en un apartado se hallaba el mismo Pensadero que Dumbledore tenía en su despacho.

-Siéntate.-ordenó el profesor de Pociones, quién se había colocado donde había luz y señalaba en silencio la silla que había delante de su mesa. Ella se sentó, y lo mismo hizo Snape, con los fríos y negros ojos clavados en la muchacha, sin pestañear.

-Bueno, Potter, ya sabes por qué los dos estamos aquí.-comenzó con su habitual y particular arrastrado de palabras.-El director me ha pedido que te enseñe Oclumancia.-Tabatha recordaba el día en que Snape se había aparecido en Grimmauld Place, también recordaba el incómodo momento que se había vivido entre él y Sirius; había sido una situación engorroso, debido a aquellas enemistades de adolecentes habían sido revividas de grandes.

-Sí, profesor.-contestó ella concisamente.

-Veamos, Oclumancia...como ya te dije en la cocina de tu querido Black, es la rama de la magia que impide que las intrusiones y las influencias mágicas penetren en la mente.

-Ha explicado la definición, señor, pero nunca explico el propósito.-habló la pelirroja, sonando lo más educada posible.

-Sin interrupciones hasta que yo te de la palabra.-anunció Snape, enarcando una ceja.-Pero contestando, hasta tú deberías haberlo deducido, Potter.-continuó con desdén.-El Señor Tenebroso es sumamente hábil enLegeremancia...-el hombre la observó durante unos instantes, tratando de que ella, al menos, se hubiera molestado siquiera en estudiar qué es lo que estaba a punto de aprender. Pero la muchacha simplemente ladeó levemente la cabeza de costado, levantando una comisura en señal de que continuase.-Es la capacidad de extraer sentimientos y recuerdos de la mente de otra persona.-añadió con tono cansino.

-¿Quiere decir que puede leer el pensamiento?-replicó ella rápidamente, creyendo que eso solo pasaba en las películas de ficción o que era casi imposible. Aunque esa deducción era tonta. Estaban en el mundo mágico, todo era posible.

Los Mellizos Potter |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora