Capítulo 20:
"El espejo de Erised"
Aún los alumnos de Hogwarts, no volvían a clase hasta dentro de unos días. Tabatha, pasaba los días con Harry y Ron, de vez en cuando se escapaba de la vista de su hermano para encontrarse con Cedric. Todo marchaba bien, le daría pena tener que irse y volver a su monótona vida de siempre, pero el tiempo que le quedaba en su escuela, lo disfrutaría al máximo.
Una tarde de invierno, la pelirroja iba caminando rumbo a la biblioteca, Hermione le había dado la tarea de buscar sobre Nicolás Flammel, y como tan aplicada que era a la hora de las tareas, fue hacerlo.
Los pasillos estaban desiertos, el frio se abría paso en cada ventana que estuviese abierta. Pero a ella no le importaba, no mientras tuviese el sweater que le regalo la señora Weasley.
La señora Prince, ya sabía que ella venía todas las tardes a la misma hora a sentarse a leer, se habían hecho amigas desde antes de navidad. Así que la pelirroja no tendría ningún problema para entrar.
Reviso estante por estante, buscando en todos los libros en donde pudiesen aparecer los magos más reconocidos de los últimos tiempos, la misma respuesta aparecían en todos, nada.
Miro por la ventana, el sol ya estaba cayendo y era hora en que la bibliotecaria cerrara. Antes de que le digan algo, ella salió rumbo a su sala común.
En el camino, fue observando puertas que ella no conocía, se negaba a admitir que estaba perdida y siguió caminando. Detrás de ella se sentía la voz de Filch, apresuro el paso hasta dar con un pasillo que solo tenía una sola puerta. Tenía dos opciones, o daba la vuelta y enfrentaba al conserje o atravesaba la puerta. Su opción más lógica fue atravesar la puerta.
Abrió lentamente la puerta, un aire más frío que el de afuera, la recibió azotando sus casi marcados rizos. El lugar parecía un aula abandonada, los pupitres estaba apilados a un costado dejando un gran espacio en el medio. Lo único que llenaba ese gran espacio, era algo rectangular de unos dos metros, cubierto por una tela de terciopelo gris. Algo que caracterizaba a Tabatha era ser curiosa y aventurera, en otras palabras toda una Gryffindor. Tomo un extremo de la tela y tiro, haciendo que dejara al descubierto un enorme espejo. Parecía un simple y ordinario espejo, pero al acercarse detrás de ella se formaron tres figuras. Su primera reacción fue asustarse y girar para ver si alguien la había descubierto. Se sorprendió al saber que estaba sola.
Las figuras volvieron aparecer, pero esta vez eran más nítidas, se podía distinguir que era una mujer y un hombre junto a un niño. La mujer era muy hermosa, ojos verdes, cabello rojizo oscuro, tez blanca y una amplia y hermosa sonrisa. El hombre era bastante apuesto, ojos avellanas, cabello azabache y gafas circulares y al final Harry, los miro con detenimiento y tardo en reconocerlos.
-¿Ma...mamá?- pregunto al borde del llanto, la figura de la mujer le sonrió y asintió con la cabeza.
-¿Papi?- el hombre hizo lo mismo que la pelirroja.
-¿Harry?- Lily apoyo su mano en el hombro de su hija con amor. Tabatha, trato de acariciar su mano pero solo toco su propio hombro.
Se sintió frustrada, triste y sola en ese momento, quería poder atravesar el espejo y abrazarlos, darles besos y decirles que los amaba y que los extrañaba. Pero no podía, solo se quedó mirando cómo les sonreían. Ella sentía que si seguía viendo aquella imagen se pondría a llorar y era lo menos que ella deseaba en ese momento. Salió corriendo de aquella aula.
Entro con los ojos rojos a su habitación y se tiro en la cama, empapo todas las sabanas con sus tristes lágrimas.
Pasaron las horas y aún seguía con los ojos rojos de tanto llorar, ni siquiera se molestó en ir al Comedor, solo se quedó ahí recostada, recordando la encantadora sonrisa de sus padres...
Le dolía no poder vivir como era la imagen que reflejaba ese espejo, ella tan solo deseaba que sus padres salieran y la abrazaran y volver a ser una familia con Harry, vivir en un lindo barrio de Londres, tener una mascota, escuchar cuentos al lado de la chimenea junto a un gran vaso de leche tibia y galletas preparadas por Lily.
-¿Tan difícil es pedir eso? Solo quiero a mis padres.- decía al aire mientras volvía a llorar.
Apretó una almohada contra su pecho y trato de dejar de llorar, debía ser fuerte por Harry, ella no se podía mostrar débil, no ella era un Potter y debía estar para su hermano.
Fue al baño, se lavó la cara y se miró al espejo.
-Aunque no estén conmigo, los amo igual.- dijo mirándose al espejo. Salió corriendo a la sala común, ella necesitaba abrazar a su hermano.
-Fred, George, ¿Dónde está Harry?- pregunto mientras bajaba las escaleras.
-Está en el comedor con Ron, ¿Qué ocurre?- dijo Fred al verla con los ojos aún rojos.
Ella no le respondió, solo salió de la sala rumbo al comedor con los gemelos detrás.
El viento del invierno le golpeaba en la cara, despeinando sus rizos. Cuando llego literalmente se tiro sobre Harry abrazándolo con fuerza.
-¿Tab? ¿Estás bien?- el azabache se levantó de su asiento mirando de frente a su hermana.
-Solo quería decirte que te amo, Harry, te amo y no quiero perderte nunca.- todos los que estaban en el comedor los miraban esperando la respuesta del chico.
-Jamás te dejaría, Lily.- diciendo eso último abrazo a su hermana...
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Los Mellizos Potter |Cancelada|
Fanfiction¿Cómo sería si James y Lily hubieran tenido otra hija? ¿Cómo sería si esa noche no solo hubo un niño que sobrevivió a la maldición imperdonable? ¿Cómo sería si esa noche una niña también sobrevivió a la maldición imperdonable? ¿Cómo sería si no hubi...