La predicción

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Capítulo 22:

La predicción.

-Me ha enviado esto.-dijo Hermione, tendiéndoles la carta. Harry la tomó. El pergamino estaba húmedo; las gruesas lágrimas habían emborronado tanto la tinta que la lectura se hacía difícil en muchos lugares.

Querida Hermione: Hemos perdido. Me permitirán traerlo a Hogwarts, pero van a fijar la fecha del sacrificio.

A Buckbeak le ha gustado Londres.

Nunca olvidaré toda la ayuda que nos has proporcionado.

Hagrid

-No pueden hacerlo.-murmuró Harry.-No pueden. Buckbeak no es peligroso.-

-El padre de Malfoy consiguió atemorizar a la Comisión para que tomaran esta determinación.-explicó Hermione secándose los ojos.-Ya saben cómo es. Son unos viejos imbéciles y los asustó. Pero podremos recurrir. Siempre se puede. Aunque no veo ninguna esperanza... Nada cambiará.

-Sí, algo cambiará.-repuso Ron, decidido.-En esta ocasión no tendrás que hacer tú sola todo el trabajo. Yo te ayudaré.-

-¡Ron!-Hermione le echó los brazos al cuello y rompió a llorar. Él, totalmente aterrado, le dio unas palmadas torpes en la cabeza. Ella se apartó por fin.-Ron, de verdad, siento muchísimo lo de Scabbers.-sollozó.

-Bueno, ya era muy viejo.-dijo Ron, aliviado de que ella se hubiera soltado.-Y era algo inútil. Quién sabe, a lo mejor ahora mis padres me compran una lechuza.

-.-.-

Las medidas de seguridad impuestas a los alumnos después de la segunda intrusión de Black impedían que los mellizos, Ron y Hermione visitaran a Hagrid por las tardes. La única posibilidad que tenían de hablar con él eran las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas. Hagrid parecía conmocionado por el veredicto.

-Todo fue culpa mía. Me quedé petrificado. Estaban todos allí con sus túnicas negras, y a mí se me caían continuamente las notas y se me olvidaron todas las fechas que me habías buscado, Hermione. Y entonces se levantó Lucius Malfoy, soltó su discurso y la Comisión hizo exactamente lo que él dijo...-

-¡Todavía podemos apelar!-exclamó Ron con entusiasmo.- ¡No tires la toalla! ¡Estamos trabajando en ello!-volvían al castillo con el resto de la clase. Delante podían ver a Malfoy, que iba con Crabbe y Goyle, y miraba hacia atrás de vez en cuando, riéndose.

-No servirá de mucho, Ron.- dijo Hagrid con tristeza, al llegar a las escaleras del castillo.- Malfoy tiene a la Comisión en el bolsillo. Sólo me aseguraré de que el tiempo que le queda a Buckbeak sea el más feliz de su vida. Se lo debo... -se dio media vuelta y volvió a la cabaña, cubriéndose el rostro con el pañuelo.

-¡Mírenlo cómo llora!-Malfoy, Crabbe y Goyle habían estado escuchando en la puerta.- ¿Habían visto alguna vez algo tan patético?-preguntó con sorna.- ¡Y pensar que es profesor nuestro!

Harry y Ron fueron hacia ellos, pero Hermione y Tabatha, llegaron antes. Ambas estamparon sus puños cerrados, sobre el rostro del Slytherin. Malfoy se tambaleó. Harry; Ron, Crabbe y Goyle se quedaron atónitos en el momento en que ellas volvieron a levantar sus manos.

-¡No te atrevas a llamar patético a Hagrid!-gruñó la pelirroja.

-¡Puerco... asquerosa cucaracha...!-exclamó la castaña.

-¡Hermione!-dijo Ron con voz débil, intentando sujetarle la mano.

-Ya quédate quieta, Tab.-pedía Harry, sosteniendo a su hermana por la cintura, para que no se le echase encima a Malfoy.

Los Mellizos Potter |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora