Capítulo 7
"El Ministerio de Magia"
Tabatha se despertó de golpe.
Nuevamente estaba teniendo aquel horrendo sueño; la misma gélida voz le decía cuan débil era, Cedric volvía a morir ante sus ojos. Pero la diferencia era que una serpiente le recorría los pies mientras ella intentaba huir. Varias veces, estando despierta, sentía esa misma sensación; la mayor parte del tiempo era Crookshanks quien se fregaba contra su pierna.
La noche anterior a la audiencia de Harry ante el Wizengamot, le habían notificado que ella también debía de ir. El señor Weasley había mencionado que si iba como testigo, absolverían a Harry prontamente.
Una vez que se levantó de la cama, notó que en la punta de la cama se hallaba un jean y una camiseta, lavados, planchados y perfumados. Sin duda la señora Weasley quería que se viese presentable ante aquellos magos.
Una vez vestida y peinada, les hecho una mirada a sus amigas; Hermione y Ginny dormían plácidamente.
Abrió la puerta sin hacer mucho ruido y se deslizó silenciosamente por el corredor. En el primer rellano fue en puntillas y evitó el cuadro de la madre de Sirius.
Ya cerca de la cocina, fue sintiendo el dulce aroma a tostadas recién hechas. Al cruzar la puerta, se había imaginado que la habitación estaría vacía, pero al ingresar vio al señor y a la señora Weasley, Sirius, Remus, Harry y Tonks sentados a la mesa como si estuvieran esperándola. Todos estaban vestidos para salir, excepto la señora Weasley, que llevaba una bata acolchada de color morado. La mujer se puso en pie de un brinco en cuanto la vio.
-¡Desayuno!-exclamó, y sacó su varita y corrió hacia el fuego.
-Buenos días, Tab.- saludó Tonks con voz adormecida.- ¿Cómo has dormido, bonita?-
-Bien...supongo.-respondió, tomando asiento junto a Sirius.
-Yo no he pegado ojo.-comentó ella con un bostezo que la hizo estremecerse.
-¿Qué te apetece comer, querida?-preguntó la señora Weasley.- ¿Copos de avena? ¿Bollos? ¿Arenques ahumados? ¿Huevos con beicon? ¿Tostadas?
-Avena, si no es mucha molestia.-pidió. La señora Weasley le sonrió y se volvió hacia la cocina. Remus le guiñó un ojo y se volvió hacia Tonks. Juntos comenzaron a hablar sobre los problemas del Ministerio.
Una vez que la señora Weasley le colocó un tazón con avena en frente, el estómago de Tabatha se revolvió. Se obligó a tragar saliva y tomó la cuchara. Cuando se dispuso a probar el primer bocado, Harry corrió su plato y se sentó a su lado. La pelirroja le agradeció de mil amores que no le haya preguntado nada. Pero notó la misma expresión en el rostro de su hermano; sin duda, él estaba más nervioso que ella. Tabatha le puso una mano sobre la del azabache. Harry le sonrió de lado.
-¿Cómo te sientes?-preguntó el señor Weasley. El muchacho se encogió de hombros.- Pronto habrá terminado todo.- aseguró con optimismo.- Dentro de unas horas estarás absuelto.-Harry no dijo nada.- La audiencia se celebrará en mi planta, en el despacho de Amelia Bones. Es la jefa del Departamento de Seguridad Mágica, y la encargada de interrogarte.-explicó.
-Amelia Bones es buena persona, Harry.-afirmó Tonks con seriedad.-Es justa y los escuchará.
Harry asintió con la cabeza; seguía sin ocurrírsele nada que decir. Tabatha solo le apretó la mano.
-No pierdas la calma.-intervino Sirius.- Sé educado y cíñete a los hechos. Va para ambos.
Los mellizos asintieron.
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Los Mellizos Potter |Cancelada|
Fanfiction¿Cómo sería si James y Lily hubieran tenido otra hija? ¿Cómo sería si esa noche no solo hubo un niño que sobrevivió a la maldición imperdonable? ¿Cómo sería si esa noche una niña también sobrevivió a la maldición imperdonable? ¿Cómo sería si no hubi...