"Una verdad dolorosa para los mellizos... "

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Capítulo 17:

"Una verdad dolorosa para los mellizos..."

Salieron del aula sonriendo con satisfacción. Los hermanos Potter se quedaron allí, mirando el mapa milagroso. Vieron que la mota de tinta que correspondía a la Señora Norris se volvía a la izquierda y se paraba a olfatear algo en el suelo. Si realmente Filch no lo conocía, ellos no tendrían que pasar por el lado de los Dementores. Pero incluso mientras permanecían allí, emocionados, Tabatha recordó algo que en una ocasión había oído al señor Weasley.

-No confíes en nada que piense si no ves dónde tiene el cerebro.-

Aquel mapa parecía uno de aquellos peligrosos objetos mágicos contra los que el señor Weasley les advertía. Ahora bien, meditó Harry, ellos sólo querían utilizarlo para ir a Hogsmeade. No era lo mismo que robar o atacar a alguien... Y Fred y George lo habían utilizado durante años sin que ocurriera nada horrible.

La pelirroja recorrió con el dedo el pasadizo secreto que llevaba a Honeydukes. Entonces, muy rápidamente, como si obedeciera una orden, Harry enrolló el mapa, se lo escondió en la túnica y se fueron a toda prisa hacia la puerta del aula. La abrió cinco centímetros. No había nadie allí fuera. Con mucho cuidado, salieron del aula y se colocaron detrás de la estatua de la bruja tuerta.

-¿Qué tenía que hacer?-preguntó el azabache, mirando a la bruja. Volvió a sacar el mapa y ambos vieron con asombro que en él habían aparecido dos mota de tinta con el rótulo Harry y Tabatha Potter. Estas motas se encontraban exactamente donde estaba ellos, hacia la mitad del corredor de la tercera planta. Harry lo miró con atención. Su otro yo de tinta parecía golpear a la bruja con la varita. Rápidamente, extrajo su varita y le dio a la estatua unos golpecitos. Nada ocurrió. Volvió a mirar el mapa. Al lado de la mota había un diminuto letrero, como un bocadillo de tebeo con un hechizo.

-¡Dissendio!-susurró la pelirroja, pegándole suavemente con su varita.

Inmediatamente, la joroba de la estatua se abrió lo suficiente para que pudiera pasar por ella una persona delgada.

-Vamos.-ordenó el azabache. Harry miró a ambos lados del corredor, guardó el mapa, metió la cabeza por el agujero y se impulsó hacia delante, seguido de su hermana. Se deslizaron por un largo trecho de lo que parecía un tobogán de piedra y aterrizaron en una tierra fría y húmeda. Se pusieron en pie, mirando a su alrededor.

Estaba totalmente oscuro. Ambos levantaron las varitas, murmurando Lumos, y vieron que se encontraban en un pasadizo muy estrecho, bajo y cubierto de barro. Harry levantó el mapa, lo golpeó con la punta de la varita diciendo Travesura realizada El pergamino quedó inmediatamente en blanco. Lo dobló con cuidado, se lo guardó en la túnica, y con el corazón latiéndole con fuerza, sintiéndose al mismo tiempo emocionado y temeroso, se puso en camino junto a su melliza.

El pasadizo se doblaba y retorcía, más parecido a la madriguera de un conejo gigante que a ninguna otra cosa. Ambos corrieron por él, con las varita por delante, tropezando de vez en cuando en el suelo irregular.

Tardaron mucho, pero les animaba la idea de llegar a Honeydukes. Después de una hora más o menos, el camino comenzó a ascender. Jadeando, aceleraron el paso. Tenían los rostros calientes y los pies muy fríos. Diez minutos después, llegaron al pie de una escalera de piedra que se perdía en las alturas. Procurando no hacer ruido, comenzaron a subir.

-¿Crees que sea correcto hacer esto?-preguntó la pelirroja, mientras se apresuraba por seguirle el paso a su hermano.- ¿Qué pasa si alguien nos descubre y le cuenta a McGonagall?-

-Tab, todo saldrá bien.-murmuró Harry, mirándola de reojo.- Tengo la capa, nadie notará nuestra presencia.-

Cien escalones, doscientos... ambos perdieron la cuenta mientras subían mirándose los pies... Luego, de improviso, la cabeza del chico Potter dio contra algo duro. Parecía una trampilla. Aguzó el oído mientras se sobaba la coronilla. No oía nada. Muy despacio, levantó ligeramente la trampilla y miró por la rendija. Se encontraba en un sótano lleno de cajas y cajones de madera.

Los Mellizos Potter |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora