"La historia de Hagrid"

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Capítulo 20

"La historia de Hagrid"

-Tab, despierta, Tab.-Harry sacudía a su hermana. Era casi medianoche cuando el trío decidió ir a la enfermería en busca de la pelirroja. Tabatha se acomodó en la camilla y parpadeó vagamente.

-¿Qué ocurre?-preguntó con voz somnolienta mientras bostezaba. Había tardado en dormirse pero había soñado cosas lindas. La presencia de George la tranquilizaba.

-Es Hagrid.-urgió Hermione en voz baja. Debían mantenerse a recaudo si no querían enfurecer a Madame Pomfrey.- ¡Ha vuelto!-

Sin importarle el agudo pinchazo que sentía en la nariz, Tabatha se reincorporó súbitamente en la cama.

-¡¿Ha vuelto?!-exclamó por lo bajo mientras se deshacía de las sabanas. Durante todo el tiempo que estuvo inconsciente había permanecido con la túnica de Quidditch y cómo las prendas se hallaban calientes no tenía pensado sacárselas.

-¡Sí!-su amiga le lanzó un abrigo.- ¡Póntelo y vayamos!-la pelirroja se apresuró a colocarse el saco y le echó una rápida mirada a George.

-No te preocupes por él.-intervino Ron.-Tiene el sueño pesado.-Tabatha le sonrió cortamente y se abrochó la prenda de invierno.

-Vamos.-

Una vez que los cuatro salieron de la enfermería, Harry los cubrió con la capa de invisibilidad y como Ron había crecido tanto ahora tenía que encorvarse para que no le asomaran los pies por debajo. Bajaron despacio y con cuidado las diferentes escaleras, y se detenían de vez en cuando para comprobar, con ayuda del mapa, si Filch o la Señora Norris andaban cerca. Tuvieron suerte: no vieron a nadie más que a Nick Casi Decapitado, que se paseaba flotando y tarareando distraídamente A Weasley vamos a coronar.

Cruzaron el vestíbulo con sigilo y salieron a los silenciosos y nevados jardines. A Harry le dio un vuelco el corazón cuando vio unos pequeños rectángulos dorados de luz y el humo que salía en espirales por la chimenea de la cabaña de Hagrid. Echó a andar hacia allí a buen paso, y los otros tres lo siguieron dando traspiés. Bajaron emocionados por la ladera, donde la capa de nieve cada vez era más gruesa, y por fin llegaron frente a la puerta de madera de la cabaña. Harry levantó el puño y llamó tres veces, e inmediatamente se oyeron los ladridos de un perro.

-¡Somos nosotros, Hagrid!-susurró por la cerradura.

-¡Debí imaginármelo!-respondió una áspera voz. Los amigos se miraron sonrientes debajo de la capa invisible; la voz de Hagrid denotaba alegría.- Sólo hace tres segundos que he llegado a casa...Aparta, Fang, ¡quita de en medio, perro!-se oyó cómo descorría el cerrojo, la puerta se abrió con un chirrido y la cabeza de Hagrid apareció en el resquicio. Hermione no pudo contener un grito y Tabatha tuvo que alzarse a la altura de su amiga para taparle la boca.- ¡Por las barbas de Merlín, no chilles!-se apresuró a decir Hagrid, alarmado, mientras observaba por encima de las cabezas de los chicos.-Llevan la capa ésa, ¿no? ¡Bien, entren, entren!

-¡Lo siento!-se disculpó Hermione mientras entraban apretujándose en la cabaña y se quitaban la capa para que el guardabosque pudiera verlos.- Es que... ¡Oh, Hagrid!

-¡No es nada, no es nada!-exclamó él rápidamente. Cerró la puerta y corrió todas las cortinas, pero Hermione seguía mirándolo horrorizada.

Hagrid tenía sangre coagulada en el enmarañado pelo, y su ojo izquierdo había quedado reducido a un hinchado surco en medio de un enorme moretón de color negro y morado. Tenía diversos cortes en la cara y en las manos, algunos de los cuales todavía sangraban, y se movía con cautela, lo que hizo sospechar tenía alguna costilla rota. También era evidente que acababa de llegar a casa. Había una gruesa capa negra de viaje colgada en el respaldo de una silla, y una mochila donde habrían cabido varios niños pequeños apoyada en la pared, junto a la puerta.

Los Mellizos Potter |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora