La primicia de Rita Skeeter.

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Capítulo 23:

La primicia de Rita Skeeter.

-Así que Diggory te dio una pista sobre el huevo.-repitió Harry, mientras salían de los invernaderos para dirigirse hacia la clase de Hagrid.- ¿Qué te bañes?-

-Sí, no le encuentro mucho sentido, pero deberíamos probar.-acotó Tabatha, aferrándose a sus útiles.- No perdemos nada. Aparte, tenemos una pista más o menos solida sobre el huevo.-

Junto a Ron y Hermione, llegaron a la cabaña del guardabosque. Allí no se encontraba Hagrid. En su lugar había una bruja de cabello gris.

-¡Dense prisa, vamos, ya hace cinco minutos que sonó la campana!-les gritó al verlos acercarse a través de la nieve.

-¿Quién es usted?- preguntó Harry mirándola fijamente.- ¿Dónde está Hagrid?

-Soy la profesora Grubbly-Plank.-respondió con entusiasmo.-La sustituta temporal de su profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas.

-¿Dónde está Hagrid?-repitió Harry.

-Está indispuesto.-dijo lacónicamente la mujer. Hasta los oídos de los mellizos llegó una risa apenas audible, pero desagradable. Estaban llegando Malfoy y el resto de los de Slytherin. Todos parecían contentos, y ninguno se sorprendía de ver a la profesora.-Por aquí, por favor.-les indicó ésta, y se encaminó a grandes pasos hacia el potrero en que tiritaban los enormes caballos de Beauxbatons.

Los mellizos, Ron y Hermione la siguieron volviendo la vista atrás, a la cabaña de Hagrid. Habían corrido todas las cortinas.

-¿Qué le pasa a Hagrid?-cuestionó Tabatha, apresurándose para poder alcanzar a la profesora Grubbly-Plank, y evitando pisarse la túnica en el proceso.

-No te importa.-respondió ella, con la vista clavada hacia adelante.

-¡Sí que me importa!-chilló Tabatha, como si la hubiese insultado.- ¿Qué le pasa?

La bruja no le hizo caso. Los condujo al otro lado del potrero, donde descansaban los caballos de Beauxbatons, amontonados para protegerse del frío, y luego hacia un árbol que se alzaba en el lindero del bosque. Atado a él había un unicornio grande y muy bello. Muchas de las chicas soltaron exclamaciones al ver al unicornio.

-¡Qué hermoso!-susurró Lavender Brown.- ¿Cómo lo habrá atrapado? ¡Dicen que son sumamente difíciles de conseguir!

El unicornio era de un blanco tan brillante que a su lado la nieve parecía gris. Piafaba nervioso con sus cascos dorados, alzando la cabeza rematada en un largo cuerno.

-¡Los chicos que se echen atrás!-exclamó con voz potente la profesora Grubbly-Plank, apartándolos con un brazo que le pegó a Harry en el pecho.- Los unicornios prefieren el toque femenino. Que las chicas pasen delante y se acerquen con cuidado. Vamos, despacio...

Ella y las chicas se acercaron poco a poco al unicornio, dejando a los chicos junto a la valla del potrero, observando. Tabatha no se sumó al grupo de niñas, más bien, se quedó junto a su hermano. En cuanto la profesora se alejó lo suficiente para no oírlos, Harry se dirigió a ella y Ron.

-¿Qué creen que le pasa? ¿No habrá sido un escreg...?

-No, nadie lo ha atacado, Potter, si es lo que piensas.-intervino Malfoy con voz suave.- No: lo que pasa es que le da vergüenza que vean su fea carota.

-¿Qué quieres decir?-preguntó Harry.

Malfoy metió la mano en un bolsillo de la túnica y sacó una página de periódico.

Los Mellizos Potter |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora