"Un castillo, un sombrero y un rubio"

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Capítulo 14:

"Un castillo, un sombrero y un rubio"

Después de ponerse su uniforme, Tabatha dedico unos segundos para mirarse en el espejo. Durante los meses que tuvo que esperar para poder asistir a su nueva escuela, muchos cambios se hicieron presente en ella, cada vez se parecía a su madre y eso lo notaba cuando Harry se queda mirándola y con una sonrisa boba en la cara.

-Es hora.- término de alisarse la túnica y salió del baño.

Volvió a recorrer los pasillos para poder llegar a su compartimiento. Mientras caminaba, se encontró con alumnos mucho más grandes que ella, la miraban como si fuese alguien raro y después estallaban en cuchicheos tal como la tía Petunia.

-Así que, tú eres la famosa Tabatha Lilian Potter.- dijo una voz femenina detrás de ella.

-Si, ¿Y tú eres?- la niña dio la vuelta hasta quedar frente a la pelirroja.

-Pansy Parkinson, espero que lleguemos a ser amigas.- su tono revelaba total falsedad, cosa que a Tabatha no se le escapo.

-Lo mismo digo.- después de tantos años viviendo con los Dursley, algo que le quedo marcado fue a fingir que le importaba alguien como esa niña.

-Nos vemos y espero que quedes en la mejor casa de todas, Slytherin.- Pansy volvió a su compartimiento caminando con aires de querer llevarse el mundo por delante.

Al entrar donde se encontraba Harry y Ron, los cuales ya estaban con los uniformes puestos. Se sentó junto al pelirrojo e inclino la cabeza cerrando los ojos. Poco a poco comenzaba a oscurecer, y el camino hasta Hogwarts era cada vez más corto.

-¿Estás bien? No has dicho nada desde que llegaste.- Harry tomo una de las manos de su hermana y le sonrió.

-Estoy bien, solo es la ansiedad por poder llegar.- en realidad lo que le pasaba en la mente era lo que la niña le dijo en el pasillo, ¿Y si quedaba en Slytherin? ¿Y si la separaban de su hermano? Esas preguntas se agolpaban haciendo que por dentro, Tabatha tuviese miedo.

El tiempo paso volando, cuando menos se los esperaron ya habían llegado.

-¡Los de primero, síganme!- gritaba con una potente voz.

-¡Hagrid!- dijeron los mellizos al mismo tiempo.

Todos siguieron la enorme figura de Hagrid, él los guio lejos de los alumnos de segundo en adelante.

Se subieron a unos botes y cruzaron un lago, el Lago Negro que le había nombrado Ron, acercándose al gran castillo. Hogwarts estaba sobre un peñasco que ocultaba una cueva, a donde se dirigían los botes. Aquella imagen superaba cualquier otra que pudiera haber impresionado a la chica. Y aumentó cuando pasaron por debajo de la roca para atracar los botes en un muelle.

Harry apretaba levemente la mano de su hermana, ella lo miro y le sonrío mientras se entretenía mirando la espléndida imagen del castillo durante la noche.

-Es asombroso, no me lo imaginaba de esta forma.- susurro la pelirroja.

Hagrid, los hizo descender y frente a ellos, una enorme puerta de madera se alzaba.

-Profesora McGonagall, le traigo a los de primero.- la mujer era bastante severa por lo que parecía.

-Gracias, Hagrid.- todos los niños de 11 años se quedaron junto a la profesora.

-Yo los llevare desde aquí.- abrió la inmensa puerta para que todos pudiesen entrar.

El vestíbulo era muy espacioso, las paredes de piedra estaba bien iluminado con antorchas en cada esquina igual que en Gringotts, el techo era muy alto que casi ni se distinguía y una magnifica escalera de mármol, que conducía a los pisos superiores.

Los Mellizos Potter |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora